Solamente tu

Capitulo 7

Ambas corrieron hacia la embarcación tomadas de la mano. «Esta vez sí que es real», pensó Clarke.

En la cubierta, Lexa fue la primera en quitarse la arena con la pequeña regadera que había en el bote. 

Cuando termino Lexa se sentó con las piernas cruzadas en uno de los pequeños sofás que había a unos metros de ella. La mirada de Lexa era penetrante, sentía como la observaba, como sus ojos recorrían cada movimiento que hacia sus manos. En un pequeño instante sus ojos se conectaron y vio en ellos una inmensa lujuria que la hizo estremecer. 

La hacia sentir deseada.

Lexa contemplaba el cuerpo de Clarke, como su cabello se derrama sobre sus hombros, mojado y algo despeinada, luciendo extremadamente sexy. La inglesa observa como se desliza cada gota de agua sobre su cuerpo, a un ritmo impresionantemente lento. Es capaz de ver cómo se desliza por el delgado cuello de Clarke, se acumula en sus clavículas, desciende poco a poco por sus voluptuosos senos, entonces continua su camino por su atlético abdomen y se derrama sobre sus tornados muslos.

- ¡Dios! - dice Lexa en un suspiro sin despegar la vista de Clarke

Con cada movimiento que hacia Clarke, su mente empezaba a divagar. Lexa quería enredar sus dedos por ese cabello húmedo, acercarla hasta extinguir cualquier separación posible, fundirse en un salvaje y hambriento beso, que las dejase sin aliento. Poder perderse en el deseo. 

Necesitaba saborear cada centímetro de su cuerpo. En verdad como la deseaba. 

Lexa le tiende su brazo para que se acercara. 

Clarke empujó lentamente a Lexa hacia atrás en el sofá, haciendo que al instante descruzara sus piernas y así Clarke poder sentarse a horcajadas sobre sus muslos y poder presionarse entre mis piernas.  - ¿Comenzando ahora? - jadeó.

- Sí. En este mismo instante - Dijo Lexa Tomando su cuello para tirar de ella y darle un beso ansiado, pero lento disfrutando de cada rose.

Lexa la agarro de sus húmedos muslos y la apretó firmemente contra ella. Las manos de Clarke se deslizaron sobre los pechos perfectos pechos de Lexa. 

A juzgar por los fuertes gemidos y jadeos, el deseo de Clarke era tan intenso como el de Lexa. Los besos eran lánguidos, las caricias cuidadosas y calculadas. Se tomaron el tiempo para aprender de la otra, complaciéndose hasta que Clarke sintió que podría romperse en un millón de pedazos con la intensidad de las sensaciones de estar con ella.

Clarke estaba sobre los pechos de Lexa jugando con toque de dientes en mi pezón, la suave caricia de la lengua. Y cada vez que Lexa le rogaba que siguiera adelante, se reía como si fuera la cosa más obvia del mundo y que no se detendría hasta que estuviéramos satisfecha.

Sin previo aviso, Clarke abandonó su generosa atención a los pechos y se levantó del sofá. Se arrodilló en el suelo, luego tiró y manipuló las piernas de Lexa hasta desacérese dela ultima prenda que la cubría. 

La anticipación de su boca sobre su intimidad hizo temblar el cuerpo de Lexa. Besó su camino hacia arriba lentamente por el interior de un muslo, luego el otro mientras sus uñas trazaban patrones en las pantorrillas. Después de una eternidad de tormento, finalmente la tomó con la boca. Lexa se arqueo contra ella, Lexa trato de agarrarla, pero Clarke tomó su mano y la guió hacia sus pechos, sus dedos sobre los míos acariciando su pezón mientras su lengua jugaba a través de su calor.

El silencio entre ellas se sintió íntimo de alguna manera. No era un silencio absoluto, hubo muchos jadeos ... gemidos ... gruñidos bajos, pero no hubo palabras. Como si hubieran encontrado otra forma de comunicarse. La boca de Clarke se suavizó y la sensación de ella chupando ligeramente su clítoris hizo que Lexa se  aplastara contra su cara, rogándole por más.