Capitulo 11

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Clarke sobrellevó su vida bastante bien hasta la boda de Gaia.

Mika Herrera London la encargada de vestir a Gaia diseñando para la novia un brillante traje en tono bronce y para las damas de honor sunos sencillos vestidos en tono miel para Echo, melocotón para la encantada pupila de Jordan y oro para Clarke.

- Será una combinación encantadora. Esta gama de colores brillantes realzará rostros. Estarás espectacular, Gaia.

Pero Gaia se sentía nerviosa.

- No quiero nada espectacular. Basta con ir limpia y arreglada.

Las hermanas se echaron a reir.

Días más tarde, Echo pensó de pronto que Clarke acudiría sola a la recepción.

- ¿Quieres ir con alguien? - preguntó un tanto afligida - Tal vez si invitas a ese fotógrafo con el que sales últimamente...

- No, gracias.

- Pero, ¿por qué? Estoy segura de que a Gaia le encantará verlo en la fiesta.

- Tal vez. Pero puedo pasarla muy bien sin él o sin alguien a mi lado

- ¿Estás segura?

- Claro que sí.

- ¿Y no sería divertido que alguien te lleve a la boda?

«Oh, Lexa, Lexa», pensó Clarke.

- No, no sería divertido - respondió Clarke, con firmeza

- Has cambiado - comentó Echo.

- Ya no voy agarrada a tus faldas, hermanita. Tenía que pasar alguna vez - comentó en tono ligero

- No se trata de eso. Cuando Finn te hizo la vida imposible, pensé que lo habías superado bastante bien. Sin embargo, tengo la sensación de que te vigilabas todo el tiempo, como si no quisieras volver a caer otra vez... Y ahora, no sé, es como si de alguna manera hubieras dejado de preocuparte.

- Ahora estoy en mis cabales... He encontrado mi camino - repuso Clarke con frivolidad.

Pero Echo no se rió.

- Sí, puede ser. ¿Es por eso por lo que no quieres llevar al fotógrafo a la boda? ¿Por temor a que sea otro Finn?

Clarke puso las manos sobre la mesa y se levantó. Se encontraban en la cocina, rodeadas de listas de la boda.

- Escucha por que no volveré a repetirlo - suspira - Finn me importa un bledo. No temo a los hombres ni a nadie. Temo engañarme a mí misma - dijo con calma. Echo frunció el ceño, confundida - ¿Estás enamorada, verdad? - preguntó. Echo asintió con una sonrisa - Bueno, yo no lo estoy. Y no quiero ir del brazo de alguna persona para aparentar. Si yo me enamoro de sera de alguien que me ame igual que yo a el, y lo enseñaré orgullosamente. Y si no me enamoro, me sentiré orgullosa de ser yo misma. Estar enamorada es algo demasiado importante como para jugar con ello.

- Sí que has cambiado - dijo Echo, lentamente - ¿Cuándo has aprendido tanto sobre el amor? - preguntó «Cuando encontré a una mujer de una sola mujer», pensó Clarke, pero optó por encogerse de hombros, sin responder - ¿Tal vez has encontrado a alguien? - inquirió, vacilante.

Clarke volvió a sentarse y ordenó las listas de Gaia.

- O tal vez nací para estar sola. Sea como sea, sobreviviré.

***

El día de la boda amaneció claro y brillante. La ceremonia se iba a celebrar en la capilla del Colegio de Oxford, donde Jordan era rector. Así que si el tiempo lo permitía las fotografías y la recepción tendrían lugar en el jardín del Rectorado.

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