─ Cartas ─

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Iván leyendo las cartas que le escribe Rodrigo es como…

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Iván leyendo las cartas que le escribe Rodrigo es como…

Su casa estaba llena de luces y música, sus padres bailaban mientras que su hermana estaba sentada junto a su pareja, él estaba solo y eso lo fastidiaba, quería poder ir a abrazar al castaño justo cuando el reloj marcará la media noche, quería que...

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Su casa estaba llena de luces y música, sus padres bailaban mientras que su hermana estaba sentada junto a su pareja, él estaba solo y eso lo fastidiaba, quería poder ir a abrazar al castaño justo cuando el reloj marcará la media noche, quería que fuera lo último que Rodrigo viera en el año y al mismo tiempo lo primero, solo era un deseo cursi que escondía para él. Sin embargo el mayor le había dado un obsequio antes de que cada uno se fuera con sus familias.

—No lo abras hasta que yo te diga.

Fue lo que le dijo, y así lo hizo, se espero hasta que su amado le diera la señal, lo único que sabía es que era una pequeña caja, no pesaba y estaba adornada con diferentes corazones que simulaban ser los de Minecraft, mientras pensaba en que podría haber dentro, su celular vibró.

—Hola bua.

—¿Ya puedo abrirla?

Realmente no podía con su curiosidad, pues mil cosas pasaron por su cabeza para responder su incógnita, quería saberlo que guardaba esa caja y porque tanto misterio.

—No, espera otro rato —una pequeña risa se escuchó —. El próximo año nuevo hay que estar juntos.

—Si, por cierto, ¿Cuándo vas a regresar a buenos Aires?.

—Talvez el cuatro o cinco, depende, ¿Por qué?

—Nada más —alargo el sonido final —. Me acostumbre a que estemos juntos, aquí no hay un enano ruidoso.

—Aquí tampoco hay un poste que se la pase durmiendo y mordiendo.

Ambos rieron mientras que sus respectivas familias solo los observaban, para ese punto lo único que sabían era que sus hijos estaban en una relación, ¿Con quién? Era la duda, aunque ya se daban una idea. El pelinegro salió de la casa al sentirse observado, sentándose en la puerta de entrada.

—¿Saliste de tu casa?

—si, no dejaban de verme, ahora estoy en la entrada.

Por su parte el dueño de aquellos ojos esmeralda comenzo a caminar a la salida de su propia vivienda, sentándose del mismo modo, en la entrada de su casa, soltó una risita que confundió al otro y procedió a hablar.

𝗜 𝗪𝗶𝗹𝗹 + ❝ Rᴏᴅʀɪᴠᴀɴ ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora