Albert Wesker, un hombre que buscaba la perfección y el poder para si mismo. Haría lo que fuese con tal de lograrlo, pero todo cambiaria con la llegada de esa niña... Esa niña la cual tenía sus ojos. Unos ojos los cuales provocan miedo a cualquiera...
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Narra Leon...
Estaba en completo shock, ya que, T/N estaba frente a mis ojos. Todo su cuerpo estaba llenó de heridas y moretones. Se notaba cansada y débil, como si estuviera luchando por poder seguir respirando. A pesar, de estar en ese estado, ella solo dijo mi nombre y se lanzó a mis brazos. Se aferró a mi cuello y lo único que hacía era sollozar.
- T/N, ¿pero que te sucedió? - Dije con preocupación, en lo que, la abrazaba de vuelta con suma delicadeza para no lastimarla más. - Vamos a la enfermería debemos de curarte lo más rápido posible.
- Es- Esta bien, vamos. - Dijo con algo de dificultad, ya que, al parecer todo su cuerpo dolía.
Llegamos con rapidez a la enfermería y sin perder mucho tiempo empecé a curar y vendar sus heridas. Las heridas que tenía en su cuerpo realmente eran preocupantes, en especial la que tenía en su nuca. Hasta me atrevó a decir que cualquiera hubiera muerto con un golpe de ese estilo y gravedad. En lo que, la curaba ella iba contándome el porque estaba en la comisaria y eso me dejaba aún más sorprendido.
- ¿Realmente viniste hasta aquí solo para despedirte de mí? - Ella solo asintió a mi pregunta cosa que hizo que me alegrada de alguna forma. - Realmente, estas loca niña.
Ella solo me miro para luego abrazarme. Estuvimos así varios minutos, cuando de repente, una voz femenina nos interrumpió.
- Disculpen que interrumpa su escenita de amor par de tortolos, pero si no salimos de esta ciudad, moriremos. - Dijo la chica de gafas oscuras, en lo que, sacaba una credencial del F.B.I. - Ada Wong, agente del F.B.I.
- Leon Scott Kennedy, oficial novato de los S.T.A.R.S. - Dije presentándome, en lo que, ayudaba a T/N a ponerse de pie.
- Para ser un novato, no lo haces nada mal Leon. - Dijo dirigiendo su atención hacía T/N, la cual se escondía detrás de mi cuerpo. - ¿Y tu niña?, ¿Acaso eres muda? - Dijo con algo de rudeza hacía T/N.
- Mi- Mi nombre e-es T/N Wesker. - Dijo esta, aferrándose a mi brazo. Realmente, era muy tierna si ignorabas los rastros de sangre en toda su ropa.
- Bingo. - Dijo Ada en un susurro casí inaudible.
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Minutos antes, Narra Alex Wesker...
Toda esta maldita ciudad era un caos total. Personas corriendo de un lado a otro, niños llorando, cadáveres por doquier. Realmente, me daba igual la desesperación o miedo que esas personas estuvieran sintiendo, yo solo vine a buscar a mi princesa T/N. Ella era mi única preocupación. Cuando al fín llegué a la casa toqué la puerta con delicadeza, en lo que, mis guardias patrullaban por los alrededores.
- T/N cariño, soy yo, tu tía Alex. Abréme la puerta, por favor. - Hablé con delicadeza y sencillez.
Pasaron unos minutos y ella no respondía. Así que, sin pensarlo dos veces órdene a uno de mis hombres que derribara la puerta. La busqué por todos lados y ella no estaba. Mi desesperación era demasiada, si mi hermano llega a saber que su hija está rondando por la ciudad con un maldito apocalipsis zombi me mata.
