Albert Wesker, un hombre que buscaba la perfección y el poder para si mismo. Haría lo que fuese con tal de lograrlo, pero todo cambiaria con la llegada de esa niña... Esa niña la cual tenía sus ojos. Unos ojos los cuales provocan miedo a cualquiera...
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Los tres amigos de la peliblanca se encontraban indignados y en completa negación al enterarse de que ella sería la única en ir a esa tan rara ''misión'' que, en realidad, parecía ser más una clase de suicidio. Los tres a pesar de ver la grabación y escuchar las absurdas, pero demandantes condiciones de la de cabellos cortos miraron a la peliblanca negándose a dejarla ir sola.
- T/N estas loca si es que crees que te dejaremos ir sola. - Dijo el de cabellos castaños mirando con preocupación a su contraria, pero esta solo lo miraba con un rostro inexpresivo.
- Tae, no seas imbécil. - Dijo la chica en lo que se alejaba bruscamente del chico. - ¡Ustedes mismo vieron la grabación! ¡Si llegan a ir conmigo Jake morirá sin siquiera yo poder acercarme!
- ¡Entendimos esa parte, pero también será algo estúpido que vayas sola! - Hablo esta vez el pelinegro, Jungkook. - ¿Acaso no recuerdas que ella fue la que asesino a tu tía?
- Claro que lo recuerdo y es por eso que debo hacer lo que quiere... Es por eso que debo obedecer. - Dijo la peliblanca esta vez un poco más calmada, sin embargo, no dejaba de mirar a todos los presentes de forma amenazante. - Se de lo que es capaz... Ella tiene a mi hermano, ¿Lo entienden? ¡La vida de mi hermano está en juego! ¡Esto no se trata ni de ustedes ni de nadie más que ella y yo!
- T/N, tranquila. - Hablo esta vez el capitán en lo que le pasaba un vaso con agua. - Es en vano que sigan discutiendo... T/N y yo ya hemos decidido y planificado todo, así que tienen dos opciones... O toman el cargo que se les dio en este caso o se largan de aquí sin causar más problemas.
Lo último que el capitán dijo hizo que los tres chicos se quedaran helados y pensativos en su lugar. El tono que había utilizado sonó más como una amenaza a que como una advertencia. Todos miraron a la chica la cual se encontraba sentada en un rincón con la mirada perdida y temblando a causa de la ansiedad y nervios que le causaba toda la situación.
- Estas loca, pero confió en ti y si dices que iras sola es porque así se hará. - Dijo el de cabellos rubios, Félix, en lo que abrazaba a la peliblanca. - Te tome cariño hermana adoptiva, así que por favor, vuelve con vida.
La peliblanca acepto el cálido abrazo del rubio, pero no eran con las intenciones que se pensaban. De hecho, ella se acercó al oído del chico para poder susurrarle. - Necesito que me consigas algunas cosas especiales. - Dijo esto dejando una pequeña hoja de papel en las manos del rubio.
El rubio entendió de inmediato a lo que se refería la chica, así que simplemente escondió la pequeña hoja de papel. - Yo también te quiero. - Dijo el alejándose de los brazos de la chica.
- ¿Y ustedes dos? - Pregunto la peliblanca refiriéndose a el castaño y pelinegro que se encontraban indecisos. - Es tiempo de actuar no de dudar...
- Sobrevivimos a muchas locuras juntos, así que me encantaría ser parte de esta también. - Dijo el castaño dándole a la peliblanca una afirmación positiva.
