Albert Wesker, un hombre que buscaba la perfección y el poder para si mismo. Haría lo que fuese con tal de lograrlo, pero todo cambiaria con la llegada de esa niña... Esa niña la cual tenía sus ojos. Unos ojos los cuales provocan miedo a cualquiera...
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Narra Albert Wesker...
- Papi... Me... Duele el cuerpo...
Con solo escuchar esas palabras salir de los labios de mi princesa, supe que nada iba a estar bien. Aunque, estaba nervioso y asustado, traté de mantener la calma para no asustar más a mi princesa. La tomé en mis brazos y salí de las instalaciones de Umbrella para dirigirme a donde se encontraba mi hermana.
Cuando llegué, todo el cuerpo de T/N estaba hirviendo y cubierto de sangre. Realmente no sabía por qué y eso me enojaba. Fue como si su cuerpo hubiera sido lanzado hacía una tina con ese líquido. Ella sólo lloraba en mis brazos en lo que me pedía que la ayudará con su dolor.
- ¿QUE DEMONIOS LE SUCEDIO A T/N? - Preguntó mi hermana muy alterada.
- ¿Acaso crees que lo sé? - Dije enojado, ya que, los nervios me estaban dejando loco. - Solo salgamos de aquí antes de que empeoré todo.
- ¿Y que hay de la muestra del virus? - Preguntó mi hermana, recordándome sobre la maldita muestra que envíe a Wong a buscar.
- Al diablo con la muestra. La vida de mi hija esta en peligro. - Dije decidido, aunque, la muestra era algo que necesitaba, ya me las arreglaría para conseguirla.
Rápidamente, subí al avión y recosté a T/N en uno de los asientos. El avión ya había despegado en dirección a la isla de mi hermana. Así que, ya no estábamos en peligro... Pero la vida de mi princesa si corría peligro, ya que, no sabíamos que le había sucedido.
- T/N, cariño mío. No te preocupes, todo estará bien, ya estás aquí con nosotros. - Dijo mi hermana, en lo que, empezaba a quitar la ropa llena de sangre de T/N. Para darle privacidad a ambas yo me encontraba algo lejos.
- ¿Tu... Quién... Eres? - Dijo mi princesa en un tono casí inaudible. T/N desvió su mirada hacia mí y pude apreciar sus ojos de color blanco completamente. - Tú... Tú e- eres el ca-usante de todo y- y yo lo- lo sé.
Sus palabras hicieron que me quedará en completo shock. Sé que mi hija es demasiado buena como para entender mis planes. Así que, nunca le dije nada y jamás la entrometí en mis cosas, ya que, sabía que eran peligrosos.
- ¡¡¡T/N POR FAVOR DESPIERTA!!! - La desesperada voz de mi hermana hizo que rápidamente saliera de mis pensamientos. - ¡ALBERT, LA NIÑA SE ESTÁ MURIENDO!
- ¡MIERDA!, ¡NO DIGAS ESAS COSAS! - Me acerqué rápidamente a las dos y pude ver como el pecho de mi princesa bajaba lentamente. Ella había dejado de respirar. - ¡MIERDA NO! T/N PRINCESA POR FAVOR REACCIONA. - Dije en completa desesperación. Me niego rotundamente a aceptar que MI HIJA ESTÉ MUERTA.
☆☆☆
7 meses Después...
T/N aún estaba con vida, pero se encontraba bajo un coma inducido. Según los médicos y científicos que estaban encargados de la recuperación de la chica rubia, inducirla a un coma controlado sería lo mejor, ya que, así se mantendría la seguridad y el bienestar de la chica. También, ayudaría a minimizar el dolor físico y uno que otro trauma neurológico.
