Albert Wesker, un hombre que buscaba la perfección y el poder para si mismo. Haría lo que fuese con tal de lograrlo, pero todo cambiaria con la llegada de esa niña... Esa niña la cual tenía sus ojos. Unos ojos los cuales provocan miedo a cualquiera...
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Narra T/N...
Tenía un mal presentimiento, sentía que algo malo pasaría. Así que, en un momento en donde Hunk se distrajo, yo tome una navaja y la oculte en mi pierna; tal vez y sea de ayuda. Luego de eso, Hunk y yo nos dirigimos hacía el gran salón, en donde todos se me quedaron viendo muy sorprendidos por mi atuendo. Solo los ignore, ya que en serio me importaba muy poco lo que ellos pensaran de mí. A lo lejos, pude apreciar a mi padre y Excella, esta al parecer no conocía el concepto del espacio personal. Mi padre al verme, rápidamente se alejó de ella y se acercó a mi para así depositar un cálido beso en la frente.
- Mi hermosa niña, tú solo avísame si alguien se sobrepasa contigo para así poder arrancarle el alma. - Dijo mi padre en un tono firme.
- Tú también estas muy guapo, papi Wesker. - Dije en broma, en lo que, lo abrazaba. No estaba mintiendo, realmente tengo un padre muy guapo. Al separarme de los brazos de mi padre, pude apreciar el disgusto en el rostro de Excella, al parecer ella todavía no se dio cuenta de quien soy.
- Albert, ¿Quién es esta ''señorita''? - Preguntó Excella, en lo que, se acercaba y tomaba el brazo de mi padre. La loca se sintió amenazada por mi presencia.
- Soy T/N, la hija de este guapo señor de traje negro. - Dije, acercándome a ella y alejándola de mi padre. - Como hoy no me diste la oportunidad siquiera de decir mi nombre, era de esperarse que no supieras quién soy. - Dije sonriendo amablemente. - Es un gusto, señorita Excella.
- E- El gusto es todo mío, T/N. - Dijo en un tono algo tembloroso. Ahora que ya sabe quién soy, supongo y empezará a comportarse mejor. - Albert, tienes una hija muy bonita. - Dijo con una sonrisa forzosa.
- Dime algo que no sepa, Excella. - Dijo mi padre, en lo que, volvía a besar mi frente.
- Papi, iré a saludar a los invitados, después vuelvo con ustedes dos. - Dije, en lo que, me alejaba de ambos.
- Realmente, estas loca niña. - La voz de Hunk apareció al lado mío. - Nunca en mi vida había visto a Excella tan asustada.
- Ella no es alguien muy relevante, solo es una pieza más para el proyectó de mi padre; que luego de haber cumplido con su parte, mi padre la desechara. - Dije sin detener mi paso. - Hunk, iré a hablar con algunos invitados y lo quiero hacer sola.
- Esta bien, como usted ordené, señorita Wesker. - Dijo Hunk, en lo que, se alejaba de mí.
Pasaron unos minutos y ahora me encontraba en el hermoso jardín de la mansión. Había demasiadas personas, así que, necesitaba respirar aire puro. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me percaté que tenía un acompañante.
- La luna se ve hermosa, ¿no es así? - La voz dulce de un chico hizo que rápidamente me volteara. Era un chico alto con el cabello algo rizado; él era simplemente hermoso.
