↦↦↦JustD333mon↤↤↤
Narra Félix Lee...
Y claro, la suerte no estaría de mi lado... Bueno aun que era de esperarse que algo así le sucediera a T/N y todo por mi culpa. Las enfermeras me explicaron que T/N seria como una beba pequeña por algunos cuantos días y que en eso no podía despegarme de ella ya que debía de ayudarla a ''volver'' a la normalidad.
— ¿Puedo pasar a verla? — Pregunte yo en lo que pasaba mis manos en mi rostro.
— Claro... Después puedes pasar a la recepción para firmar los papeles de su alta. — Dijo la enfermera en lo que me sonreía alegremente.
— Gracias. — Dije para sin más entrar a la habitación de T/N. Esta se encontraba jugando con sus manos, pero se detuvo apenas y entre. — Hola pequeña... Soy...
— FELIX — Dijo alegremente la peliblanca en lo que torpemente alzaba sus brazos en búsqueda de abrazarme a lo que yo rápidamente correspondí a la acción.
— Me alegra que recuerdes quien soy... ¿Recuerdas a los demás? — Dije en lo que acariciaba sus despeinados cabellos, pero ella solo me miro algo confundida por mi pregunta.
— Por su expresión, yo diría que es una suerte que te recuerde, pero ¿Será que recuerda que parentesco tienen? — Dijo Piers entrando por la puerta de la habitación y diablos tenía razón.
— T... Digo Zara ¿Sabes que soy de ti? — Pregunte yo a lo que ella solo negó rápidamente — Claro... Si recuerdas como hablar ya es mucho... Bueno, yo soy tu hermano menor por un año.
— ¿Zara? Zara.... Zara — Empezó a repetir ella varias veces en un tono de confusión.
— Ese es tu nombre pequeña... A ver dilo.... Zara Lee. — Dije yo en un tono dulce.
— Zara... Lee. — Dijo ella con una hermosa sonrisa que hacía que sus ojos se enchinen.
— Muy bien. — Dije yo devolviéndole la sonrisa.
— Félix las enfermeras te esperan para firmar los papeles del alta de Zara. — Dijo Piers en lo que nos miraba a ambos. — Vístela yo los espero afuera.
— Amm Piers... su ropa está completamente manchada de sangre. — Dije yo mirándolo con seriedad.
— Iré a ver que le consigo. — Dijo Piers en lo que se retiraba de la habitación.
Una vez que él se fue puede estar un poco más tranquilo. — Bien, Zara ¿Recuerdas a tu padre? — Pregunte yo en lo que veía como ella negaba levemente. — Carajos....
— Carajos. — Repitió ella, pero para ser sincero sonó tan tierno que no se podía tomar como insulto.
— Eso no lo repitas. — Dije yo en lo que acariciaba su cabeza.
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𝘓𝘢 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘤𝘢𝘴𝘪 𝘋𝘪𝘰𝘴 /𝘓𝘦𝘰𝘯 𝘚. 𝘒𝘦𝘯𝘯𝘦𝘥𝘺 𝘠 𝘛𝘶/
RandomAlbert Wesker, un hombre que buscaba la perfección y el poder para si mismo. Haría lo que fuese con tal de lograrlo, pero todo cambiaria con la llegada de esa niña... Esa niña la cual tenía sus ojos. Unos ojos los cuales provocan miedo a cualquiera...