Capítulo 4-En la guerra y el amor todo vale

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Era tarde en la noche cuando de repente se escucharon unos disparos, seguidos por una alarma. Rápidamente salí del catre y unos minutos después me había vestido con el uniforme de faena. Cuando de pronto sin previo aviso entró un soldado—¡Señor, esas cosas han vuelto, está vez vienen por el lado Este desde el mar!— Rápidamente, salimos de la tienda, esta vez iba equipado con un fusil BAR.

 Cuando de pronto sin previo aviso entró un soldado—¡Señor, esas cosas han vuelto, está vez vienen por el lado Este desde el mar!— Rápidamente, salimos de la tienda, esta vez iba equipado con un fusil BAR

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 Mientras nos dirigimos hacia la trinchera las bengalas comenzaron a iluminar el cielo de la noche. Al llegar a la trinchera vi que habían trasladado uno de los dos cañones. Una segunda andanada de bengalas, junto con los focos instalados en las torres de vigilancia iluminaron lo suficiente para que el cañón pudiera disparar—Señor, estamos listos para abrir fuego a su orden— —¡Necesito unos prismáticos!—De repente escuche una voz familiar—Señor tenga— era la Sargento Erika Von Strasser, que me había entregado unos prismáticos —Gracias ¡Lancen bengalas! ¡Apunten! ¡¡¡Fuego!!!— Una atronadora explosión resonó cuando el cañón fue disparado y unos segundos más tarde una columna de agua se levantó sin haber afectado a ningúna de las barcazas.Mientras recargaban a través de los prismáticos observe que en una de las barcazas parecía haber niños—¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego!— en ese momento los disparos de artillería cesaron —¿Qué pasa? ¿Por qué detiene los disparos señor?— —Mira y dime tú lo que ves—le tendí los prismáticos y luego los agarro y miró por ellos—Imposible, ¿son niños?— al llegar a tierra, de las barcazas comenzaron a bajar las criaturas y cuando estuvieron todas corrieron hasta perderse en el horizonte—¿Los perseguimos?— —No, es demasiado peligroso. Mañana por la mañana los buscaremos. Por ahora deberíamos descansar un poco— unos minutos estaba de vuelta en mi tienda dispuesto a dormir cuando escuche una voz familiar que provenía de fuera de la tienda—Amo ¿Estás despierto?—quería decir que no, pero no pude hacerlo—Adelante—al entrar vi a Erika, la cual sostenía una taza metálica— Siento mucho molestarlo, pero había pensado que tendría problemas para dormir por eso le traigo un poco de leche caliente. Bueno, técnicamente es leche en polvo caliente pero...—dijo un poco nerviosa—Gracias, te lo agradezco —acepte la taza y me la bebí—Bueno, creo que yo me voy— después de que terminara la frase me levante del catre, me pare frente a ella y agarrándola por las caderas, la presione contra mi y la bese hambrientamente. Unos segundos después nos separamos—¿Te gustaría pasar la noche conmigo?—durante unos segundos no dijo nada, simplemente estaba con cara aturdida y con su pecho agitado. Pero de repente me empujó, haciéndome caer al catre y ansiosamente se colocó sobre mi—Entonces, supongo que ninguno de los dos vamos a dormir esta noche—  —¿Quieres dormir? —sin responderme comenzó a besarme y durante toda la noche hicimos el amor.

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