Capítulo 10-Operación Barbarroja

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2° grupo de exploración, Capitán Schäfer

Mientras esperábamos a que los refuerzos llegarán, había enviado un grupo de exploración, para que determinarán la ubicación de la partida de caza de Durotan. Al mando del equipo de reconocimiento se encontraba el capitán Schäfer. Después de encontrar el rastro, lo siguieron por el bosque hasta una aldea. A continuación tomaron una posición elevada y observaron

—Hay cuatro guardias apostados en la empalizada y varios custodiando a nuestros objetivos

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—Hay cuatro guardias apostados en la empalizada y varios custodiando a nuestros objetivos. Qué opina capitán — Schäfer miró hacia el cielo con cara pensativa— Podríamos montar una distracción. Dentro de poco va a anochecer, llevamos unas pocas minas y granadas. Podríamos atraerlos al bosque y utilizarlas para eliminar a unos cuantos. Mientras tanto un pequeño grupo podría intentar colocarse en la aldea y liberar a los objetivos— —El problema con ese plan es que una vez liberados seremos más fáciles de encontrar— — Pediremos apoyo aéreo, seguro que nos lo proporcionan ¿Que opinas?— — Lo que tú digas— — Voy a comunicarme con el equipo de retaguardia—.

Retaguardia

Me encontraba impartiendo órdenes a los capitanes de los tanques —...los tres tanques Maus VIII

se encargaran de abrir el camino y detrás les seguirá la infantería

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se encargaran de abrir el camino y detrás les seguirá la infantería. Una vez que...—cuando un soldado apareció — ¡Kommandant! El Capitán Schäfer ha localizado a los objetivos. También a pedido hablar con usted— rápidamente me dirigí al puesto de comunicaciones—Capitán Schäfer ¿Cómo se encuentran los objetivos? — —Herr Kommandant, desde nuestra posición no podemos determinar con exactitud el estado de los objetivos. Pero creo que hay algunos heridos entre ellos— — Miérda...Entendido capitán vuelva y....— —Herr Kommandant, si me permite tengo una sugerencia,ya que nos encontramos aquí ¿podríamos intentar recuperar a los objetivos? Está anocheciendo, llevamos unas pocas minas y granadas. Podríamos atraerlos al bosque y utilizarlas para eliminar a unos cuantos. Mientras  tanto un pequeño grupo podría intentar colocarse en la aldea y liberar a los objetivos. Y cuando hayamos liberado a los objetivos, que un escuadrón de aviones de ataque a tierra nos proporcionen apoyo mientras escapamos— durante unos segundos lo pensé, pero de repente se escucharon sonidos de disparos a través del altavoz —¿¡Capitán que ocurre!?— —Nos han descubierto,¡Necesitamos refuerzos de inmediato!—acto seguido se cortó la comunicación—¿¡Capitán!? ¡Responda!... Maldita sea— rápidamente di mis órdenes al operador de la radio—Informé a todas las unidades, que la operación Barbarroja da comienzo. También quiero que un escuadrón de aviones de ataque a tierra esté preparado para proporcionar apoyo aéreo sobre la aldea, a mi orden— —¡Jawohl!— respondió el operador de la radio. A continuación al salir del puesto de radio exclame—¡Todo el mundo, nos vamos!—.  En ese momento todo el mundo comenzó a moverse. Me encontraba en la torreta del tanque Maus que se encontraba al frente de la formación cuando de repente apareció Erika, y se subió a la parte delantera del tanque —¿¡Que haces aquí!?—pregunte sorprendido por verla—¿¡Tu que crees!? — —¡Ni de coña, tú te quedas!— rápidamente comencé a salir—¡Si, me dices que es una orden, te juro que...!— al salir me coloque frente a ella y la bese— No quiero que te hagan daño... Por favor quédate, y lleva a todos de vuelta a la playa—le dije mientras la presionaba contra mi cuerpo y la miraba fijamente a los ojos—Por favor quédate, y ven conmigo. No sé lo que haría si te pasará algo. No puedo vivir sin ti — pase el pulgar por sus labios y le dije—Te prometo que pienso volver a tu lado, aunque para ello tenga que atravesar el infierno— —Maldito casanova... té quiero — dijo mientras escondía su cara en mi pecho, intentando ocultar sus lágrimas. Con cuidado, sujete su rostros con las manos y le limpie las lágrimas con los pulgares—Necesito que me hagas un favor, nena. Quiero que lleves a Luvellia  y Mimi a casa, y os mantengáis a salvo. Eres la persona en la que más confío. Yo voy a volver antes de que te des cuenta. Te lo prometo —ella se limpió las lágrimas y mocos con la manga—*Snif* Es-esta bien, lo haré. Pero en cuanto vuelvas quiero que me expliques quienes son ¡Prométeme lo! — —Te lo juro por mi vida!—acto seguido me abrazó, me dio un pequeño beso en la mejilla y se marchó sin decir nada más. Después de ver como ella y el resto de la gente de la aldea se marchaban en dirección a la playa, grite—¡En marcha!—.

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