Capítulo 18-Hogar dulce hogar

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Mientras el chófer conducía puede ver el castillo a través de las ventanas del coche

—Veo que mis esposas no han perdido el tiempo en comenzar a gastar dinero que ni siquiera tenemos— — A mi me parece precioso

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—Veo que mis esposas no han perdido el tiempo en comenzar a gastar dinero que ni siquiera tenemos— — A mi me parece precioso...Lo siento mucho Káiser — —Tranquilo, tiene razón es precioso— Unos minutos después llegamos a la entrada del castillo custodiada por dos guardias que nos dieron el alto—¡Auchthun! Esto es un área restringida—al bajar del coche los dos hombres se pusieron firmes —Lo siento mucho Káiser no le...— —Tranquilo soldado, estoy contento de que sean precavidos—saque una pitillera les ofrezco coger un cigarrillo a los dos guardias y se lo enciendo. Acto seguido me vuelvo a montar en el coche y avanza ha estar frente a la puerta y bajo— Soldado, me presta su cartilla— el soldado hace lo que le pido— Ahora en adelante sera mi chófer. Si tiene algún problema enseñé su cartilla con sus órdenes— — ¡Jawohl!— seguidamente baje y entre al interior del castillo. Al entrar todo parecía estar en obras, había cables sobre saliendo de las paredes y techo, herramientas, materiales y equipos de trabajo esparcidos por todos lados. Durante un rato pasee por las distintas estancias las cuales estaban en distintos grados de terminó. Después subí las escaleras que parecían dar al segundo piso y me dirijo hacia la única habitación que tenía puerta. Al abrir la puerta vi a Erika, Luvellia y Mimi las tres durmiendo abrazadas en la misma cama. Mi primer impulso fue el de desnudarme y meterme al lado de Erika pero al ver las como dormían cómo dormían, decidí dejarlas dormir y salir de la habitación. Había salido de la habitación cuando de repente escuchó como la puerta se abre —¿Jim?— al darme la vuelta veo a Erika vestida con una camisa mía blanca que le llegaba casi hasta las rodillas, mientras somnolienta bostezaba y se limpia los ojos con el puño—¿Es un sueño o estás aquí de verdad?— me acerco a ella y comienzo a besarla, después de un momento me separé —¿A ti te parece un sueño?— —Te he echado de menos— Saltó a mi pecho y se cuelga de mi cuello —Vamos aún sitio dónde podamos hacer ruido—.

Casa de baños

—Joder Erika ¡Mmmh! Si chupas así de fuerte¡Aaaah! Voy a correrme ¡Aaaah!— —Nn, nhh

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—Joder Erika ¡Mmmh! Si chupas así de fuerte¡Aaaah! Voy a correrme ¡Aaaah!— —Nn, nhh... ahm, nnh...Kiss... nmh...¡Nnh! Nn, nmh... kiss, slurp, esposo... Niyu, chup...ahm, la culpa es tuya por estar tanto tiempo fuera, sin dejarme probarlo Nn, nhh... ahm, nnh...— —En ese caso ¡Aaaah! Voy a follarte esa boca tuya— en ese momento me levantó, le agarro las muñeca y la cabeza y comienzo a follarle la boca—Te gusta esto ¿verdad?... Cuántas veces te has tocado pensando en que te hiciera esto ¿He?— —¡Mmmh! Nnh! Nn, nmh... kiss, slurp— —¡Aaaah! ¡Joder!— en el momento en que me corrí le agarro la cabeza fuertemente y saco mi pene de su boca. Ella abre la boca y me enseña su boca llena de semen—Trágatelo todo— le digo jadeando, sin decir nada se lo traga y a continuación comienza a lamerlo como si fuera lo más delicioso del mundo—Ha salido mucho y era muy espeso— —Lo he estado reservado todo para ti y ese perfecto coño tuyo— en ese momento se levantó, mientras con su mano sostenía mi pene y hacía rozar la cabeza del glande contra su entrada — Debe de haber sido una verdadera tortura —durante el resto de la noche Erika y yo estuvimos disfrutando de la compañía uno del otro.

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