Después de caminar hasta nuestro destino, decidí pararme frente a la entrada del barracón. Extrañada Erika pregunta—¿Por qué te paras de repente?— —Es que... Bueno estaba pensando en cómo lo voy a hacer— —¿Hacerlo...? ¿Te refieres a...?— — Me refiero a como os voy a poder entrar en brazos a las tres sin matarme en el proceso... (Chasquido de dedos) ¡Lo tengo!— —¡Así, comooooo....! ¡¡Kyaaa!!— sin decirle nada a Erika la levanté en brazos, la besé, y la cargué al hombro seguidamente abrí la puerta —¡Te voy a matar! ¡Bájame!— — Enseguida— en cuanto pase por la puerta la dejé en el suelo y acto seguido la besé apasionadamente—Tengo que ir al baño—dijo Erika y torpemente echó a andar. Acto seguido volví a salir, agarre por la cintura a Luvellia y Mimi las levante, las llevó al interior del barracón, cierro la puerta de una patada y las senté sobre la mesa. Una vez que estuvieron sobre la mesa las observe, Luvellia y Mimi se agarraron de la mano temerosas de su destino. Para intentar calmar las y no parecer tan intimidante me senté frente a ellas en una silla y con voz tranquila hablé—Antes de comenzar quiero deciros que me esforzare por ser un buen marido para las tres, que pase lo que os cuidaré y amare hasta que muera y os prometo que nunca jamás os golpeare, a menos que me lo podáis— esas palabras parecieron tranquilizarse un poco—Os he estado observando durante toda la celebración, mejor dicho os he estado observando durante nuestros breves encuentros y en todos ellos las dos teníais una cara de preocupación y tristeza. Supongo que ninguna se había planteado que fuera su boda así—ese momento Luvellia habló con voz apagada y temblorosa—Si nosotras saber que terminar de forma parecida— — Lo que quiero decir, es que a pesar de las circunstancias de nuestro compromiso me gustaría conoceros saber lo que os gusta y lo que no, vuestras esperanzas, deseos, aficiones. También me gustaría aprender vuestro idioma y saber más cosas de vuestra cultura. Me gustaría sentir que cuando me mirais, me veáis como vuestro marido, no como si fuera un tirano con él qué os han obligado a casaros— —Sentimos si ofender comportamiento mío y de hermana— dijo Luvellia con tono de arrepentimiento— Nosotras estar arrepentidas, no volver a pasar —dijo Mimi con tono de arrepentimiento—Escuchar, no os digo esto porque esté enfadado con vosotras, simplemente os cuento como me siento, al igual que vosotras también podéis ¿Como os sentís?— durante un momento dudaron en responder a mi pregunta, se miraron y al final Luvellia respondió —Asustadas. No querer sufrir daño. Esposos orcos ser grandes, brutos y algunos malos. Ellos hacer sufrir daño, mucho cu-cuando.....hacer bebés—dijo un poco avergonzada. En ese momento me levanté, me acerqué a Luvellia y despacio y con cariño comencé a besarla, mientras Mimi nos observaba con fascinación y vergüenza a partes iguales. Después de unos segundos me retiré y mientras la miraba le pregunté—¿Te ha gustado?—ella asintió —Esposo, querer más— en ese momento le beso en el cuello y comienzo a bajar hasta su clavícula, luego le susurro—Mira que comportarte así delante de tu hermanita, eres una pequeña pervertida—ella no sabía qué significaban aquellas palabras pero en ese momento se sintió muy avergonzada y febril—U-un momento—en ese momento me detuve y me aparte. Acto seguido se acercó a su hermana y le retiró el pelo hacia un lado—Ella ser hermana pequeña— dijo, luego le dio un beso en la mejilla y la abrazo—Hermana no tener miedo de esposo, ser bueno, no hacer daño. El no ser como orcos, el tratarnos bien— pese a los esfuerzos de Luvellia, su hermana seguía asustada—Tranquila, puedo esperar hasta que esté preparada. Hay una habitación, separada con dos camas que Erika ha preparado para vosotras. Buenas noches — bese a Luvellia y estaba apunto de marcharme cuando de repente se levantó—¿Es-estar enfadado?— me volví y la bese apasionadamente intentando calmar sus temores—No, no estoy enfadado. Pero me habría gustado poder dormir con mis tres preciosas esposas en nuestra primera noche juntos—acto seguido fui a la habitación principal. Al entrar me encontré a Erika desnuda frente a mí, por acto reflejo se cubrió los pechos. Al verme me dedicó una sonrisa seductora, se descubrió los pechos y posó desnuda con los brazos en la cabeza—¿Te gusta lo que ves?—ansioso asentí y acto seguido me hizo un gesto con su dedo para que me acercara. Rápidamente la empuje contra la cama enterrando mi cara entre sus pechos —¡Ahh! Nmh, nghh...Son los pechos que tanto amas ¡Ahh! — —Sí, ordeñarte— —¡Chúpame las tetas!— De repente la puerta se abrió y Erika gritó por la repentina intrusión —¡¡¡Kyaaa!!!— al escuchar el grito de Erika saque la cara de entre sus pechos y al darme la vuelta vi a Luvellia y Mimi con sus caras totalmente coloradas por la vergüenza y balbuceando. Me senté en el borde de la cama y les pregunté—ejem...¿Q-quereis? —Mimi miró a su hermana— Adelante decir—acto seguido dejó caer las pieles que cubrían su cuerpo y con voz entrecortada dijo—¿P-poder dormir con esposo?— sin decir nada me acerque hacia Mimi la abrace y comencé a besarla despacio, al ver que ella aceptaba y disfrutaba del momento, empecé a bajar mis manos hacia sus nalgas, presionando cada vez más contra mi. Mientras besaba a Mimi, Luvellia se acerco y hablo— Esposo yo también querer besos— siguiendo sus deseos me separe de Mimi y comencé a besar a Luvellia. Después de terminar de besarlas las atraje a la cama y las hermanas levantaron sus preciados pechos a cada lado exigiendo atención—Esposo darme más besos ¡Ahh! — — Nmh, nghh... no seguir besándome a mí— —Ah, ahh... pecho se siente caliente... y raro ¡Ah, hyahh!—El aroma de hermosas mujeres había dejado mi pene duro como una roca. De repente caigo hacia atrás y de repente noto como me quitaban los pantalones y la ropa interior—Vaya...está tan hinchado y duro. Voy a tener que ordeñar tu pene de inmediato— Erika comenzó a lamer su pene desde la base hasta la punta—Esperar Yo también hacer—Luvellia también enterró su cara en mi entrepierna— Entonces hagámoslo juntas...— respondió Erika. Justo cuando comenzaron a extender la lengua hacia el pene, Mimi rápidamente se giró — ¡Yo también hacer!— — Vaya vaya, tú debes de ser la pequeña...Mmmm, creo que hemos acaparado toda la diversión las mayores. Es deber de unas hermanas mayores enseñarle a la pequeña cómo tener relaciones sexuales— en ese momento Erika y Luvellia a agarraron a Mimi —¡No-no, e-esperar! ¿Qué estár...?— en ese momento la hicieron arrodillarse, mientras Erika y Luvellia la abrazaban por detrás. Mientras estoy sentado en la cama, estoy delante de la arrodillada Mimi con mi pene totalmente erecto.Los lindos labios color melocotón se acercaron a la cabeza de mi extasiado pene y lo tocó. Se sentían suaves y húmedos. Esta sensación de logro por sí sola casi fue suficiente para llevarme cerca de la eyaculación—Uh, uhh~...... ¡Sabe extraño~......! — —Felicidades. Ahora, dale una mamada al pene de tu esposo¿Sabes lo que es una mamada?—temerosamente sacó su lengua rosada, comenzando a lamer y saborear mi pene—Haha— —Así que incluso alguien tan inocente como tú sabe sobre las mamadas. Pero, esta es la primera vez que haces este tipo de cosas ¿No? Nunca has salido con un hombre ¿Verdad?— —E-Es primera vez... — —Eso pensé, pero también me siento aliviado. Bueno, eso quiere decir que seré tu primer hombre — ella siguió lamiendo la punta de mi pene con un torpe movimiento repetitivo y continuo dándome una mamada "Oh, bueno, ese es el límite del conocimiento de una doncella ingenua" Al ver la torpe escena, Erika decidió intervenir — Observa cómo se hace— Entonces, sostuvo el glande con ambas manos y comenzó a entrelazar con saña su lengua alrededor de él *Niyu, chup, pe, chup*Observando desde el principio la escena de los movimientos obscenos de sus labios y lengua chupando el pene Luvellia y Mimi dejaron escapar una débil voz sorprendidas—Wow...... ¡In-Increíble.....!—después de unos minutos Erika se separó — Bueno, espero que te asegures de imitarme detenidamente ¿Entendido?— avergonzada asintió. Entonces extendió su lengua vulgarmente, moviendo sus labios adelante y atrás; chupando el pene mientras babeaba—Ugh, oh.....! Eres increíble Mimi, eres rápida para aprender como esperaba..... ¡Ku~!— —Yah~..... ¿¡¡Npuu!!?—el tejido blando de Mimi envolvió profundamente mi pene—¡Kuu, uh~! ¡Excelente, sigue chupándolo con grandes movimientos de ida y vuelta, Mimi!— —Nbuu, njubu~, ¿¡Juzu bu bu~!? Phu~a,nn, ah, ¡Ah! ¡¡Bu, habu~!!—La sensación irresistible de conquistarla es el placer absoluto, la resistencia de mi barra está llegando a su límite—Me vengo~, ¡Aquí voy~! — —¡Asegúrate de tomar todo el semen en tu boca~! — le dijo Erika *¡Dokun!* Un violento flujo blanco irrumpió hacia el exterior—Nm~~, Nm~~—, ella gimió, mientras *Byurubiyuruto* una enorme cantidad de semen se vertía en su boca—Ah~, ¡Kuu~....! Tra-Tragalo todo, abre la boca para mostrármelo— —¡Ah, ahuuh.....!— Sus pequeños labios se separaron lentamente de mi pene, y se abrieron debido a la orden. Había una turbia piscina de líquido mezclado con saliva en su boca, no es ninguna sorpresa que se acumule vapor—Okay..... trágatelo lentamente— —¡~.....! ¡Nm......~!— *Gokun ~* Su garganta blanca resonó, el semen que eyacule se hundió poco a poco en el cuerpo de Mimi—Haa, Haa...... ¡*Cough*......! — acto seguido Erika la beso —Nm~~, Nm~~Haa, Haa— — Sabe delicioso— A continuación Erika con ayuda de Luvellia la arrastraron hasta la cama—¡Kyah! ¿¡Qu-qué estár haciendo!?— —Ni siquiera trates de fingir que no lo sabes— —¡No-no tener que hacer eso! ¿¡E-esperar,!? He-hermana qué estár-... ¡deténer esto!—Erika sentó a Mimi en la lujosa cama con dosel, mientras Luvellia la abrazaba por detrás y extendió sus piernas. Con las piernas abiertas, su zona íntima quedo expuesta—Quieres tener sexo con Mimi, ¿verdad? Te enseñaré cómo tratar a una virgen. Puedes comenzar por besarla— —¡Por favor dejar bromear! Ésta primera vez...— —No estoy bromeando, niña tonta. Dijiste que querías tener sexo con nuestro esposo, ¿verdad? No todas las chicas tienen la suerte de perder su virginidad en los brazos de su hermana— —¿He-hermana?— — ¿No recordar cuándo enseñar darte placer?— —¡P-por favor no decir eso delante de esposo!— —¿Por qué no? Presentar hermana don del placer de la diosa ser parte más bellas— — P-Pero...— Mimi no podía soportar la vergüenza de tener las piernas abiertas, así que se mordió el labio y bajó la mirada. Sentía las miradas sobre ella, pero no hizo ningún intento de cerrar sus piernas —No te vamos a obligar, Mimi. Ni yo, ni tu hermana, ni nuestro esposo. Pero si no lo haces, Luvellia y yo pasaremos nuestra noche de bodas haciendo el amor con nuestro esposo — —Uuh... Ser mi primer beso—Todavía no era del todo sincera, pero su renuencia a dejar que Luvellia y Erika se acostaran a solas con su esposo la llevó a invitarme a comenzar—¿Estás segura...?—todavía no estaba seguro de si realmente debería de besarla, por lo que mire a Luvellia en busca de ayuda—Ella dice que poder, así que no razón para no hacerlo— —Estár bien ¡Dar prisa y bésarme!— exigía que la besara mientras tenía los pechos al descubierto y las piernas abiertas. Era una vista increíble, pero no era un sueño o una ilusión. Era muy real—Está bien... en ese caso...—Vacilante moví mi cara hacia su hermoso rostro que casi parecía el de una muñeca antigua. Tan pronto como mis labios la tocaron, su cuerpo saltó. Al parecer, había intentado retraerse, pero como Luvellia y Erika la sostenían por detrás, no tenía dónde escapar y aceptó el beso mientras su rostro se ponía tenso por los nervios—Nn, nhh... ahm, nnh...— Al sentir sus delgados labios, mi corazón latía más y más rápido. Reprimí el impulso de apresurarme y la bese un poco más fuerte. El dulce aroma de su pelo se hizo más fuerte y sus tetas gigantes fueron aplastadas contra su pecho—Kiss... nmh, Mimi...— —¿¡Nnh!? Nn, nmh... kiss, slurp, esposo... Niyu, chup...— Cuando abrió la boca para respirar, metí la lengua y capture su lengua caliente. Comencé a devorar los labios de Mimi. Su saliva se sentía increíblemente deliciosa mientras nuestras lenguas se enredaban dulcemente juntas—Vaya vaya. Un beso muy apasionado, me estoy poniendo celosa...— Erika exhaló un suspiro de celos mientras nos miraba a los dos besarnos—... Pwah, haa, haa... d-darme advertencia antes de meter lengua en boca próxima vez...—Una vez liberada del profundo beso que le impidió respirar, Mimi se sonrojó y respiró aliento. La mirada temerosa de sus ojos se había suavizado y esa mirada derretida inspiró aún más mi deseo masculino—Lo-lo siento... besárte se siente tan bien... que he perdído el control...— — ¿Qu-? Adulaciones no te harán-... ¡hyan!— Mimi chilló y miró hacia abajo, así que seguí su mirada—... ¿¡Qu-qué estás haciendo!?— La mano de la reina, con su guante blanco, había pasado por el lado de Mimi y se había metido entre sus muslos—Enseñar a mi hermana pequeña las alegrías del sexo como una buena hermana mayor debería hacer. Nada más que eso— mientras Luvellia le acariciaba la cabeza y sonreía — Tener razon hermana, ella ser sabia no temer. Hermanas mayores cuidar—Erika sonreía, pero parecía que estaba interfiriendo porque no le había gustado la forma en que nos habiamos mirado a los ojos. Al parecer, nuestro beso había sido lo suficientemente apasionado como para llenar de celos infantiles a Erika—Mira James. Tu beso ha creado una inundación absoluta aquí abajo...— —¡Por favor detener! El ver...— Mimi giró su cuerpo y sacudió la cabeza en señal de protesta, pero Erika frotó con su dedo la entrepierna. Una gran cantidad de liquido fluyo mientras se podía oír un sonido lascivo y húmedo con cada roce de sus dedos—Estás a punto de tener sexo, así que por supuesto que él te va a ver—Erika le dedicó una sonrisa encantadora— ¡Ahh... n-no mires!— Mimi estaba tan avergonzada que se cubrió la cara con las manos— Vamos, vamos, no lo encubras... ¿No quieres tener sexo con nuestro esposo?— Sus labios estaban cerrados por lo que formaron una sola línea y estaban mojados con néctar. Esos pétalos de flores no se habían oscurecido del todo y seguían siendo de un color rosa brillante sin tocar por los hombres 'Esta es la vagina de Mimi...'yo sería el primer hombre en penetrar esa hermosa vagina. Mi pecho ardía de emoción—¡Uuh... supongo que tener razón...v-vamos... méter ya!— —¿Estás segura...?— Mimi respondió a mi pregunta cerrando los ojos y asintiendo. Sus magníficos rizos color rosa y sus tetas húmedas de sudor se sacudieron. Cada una de sus acciones y reacciones parecían hechas a medida para seducir a un hombre—¡Por supuesto estar segura... si querer aparear—Después de chupar sus tetas y besarla con tanta pasión que olvidó respirar, su entrepierna ya estaba completamente excitada. Había resistido, pero tan pronto después de saber cómo era el sexo, no pudo contenerse más. Cuando Mimi con una voluntad fuerte me miró nerviosa, el último vestigio racional se desvaneció. Apunte mi pene completamente erecto hacia la entrepierna de Mimi—¡Kyah...!—Era el primer pene que había visto, al menos de cerca, así que la cara de Mimi se tensó cuando presioné contra su vagina. Presionó sus labios fuertemente y tensó su expresión para ocultar su sorpresa—No necesitas estar tan nerviosa. Solo relaja tu cuerpo— para ayudar a relajar la tensión de Mimi, Luvellia le acarició la cabeza —¡Ahh! se siente tan caliente presionando contra mí...— Mientras Mimi estaba distraída por la caricia de su hermana, yo tenía la cabeza hinchada del pene y le daba un beso en los labios externos que estaban empapados con jugos de amor. Frote mi hombría arriba y abajo por la rendija como si fuera a recoger el néctar, pero no pude reprimir el deseo por mucho tiempo—Lo siento... no puedo esperar más...— Sostuve mi pene por la base y presione la punta contra su ranura secreta. Reprimí el impulso de simplemente atascarlo y en su lugar moví lentamente mis caderas hacia adelante—Bien bien. Baja un poco la punta del pene mientras lo insertas—Erika nos observó y dio consejos mientras se tumbaba a su lado y amasaba sus pechos para ayudar a reducir el dolor de perder su virginidad. Mi pene se enterraba suavemente en su carne virgen —Nhah, ahhh... está entrando en mí...—Su vagina era increiblemente estrecha, pero mi erección empujó las paredes abiertas cuando la penetró. Lágrimas aparecieron en sus ojos y su rostro se retorció de dolor, pero ella no dijo una palabra al respecto, ya fuera por mi preocupación o por preservar su propio orgullo'¡Ahh!, su carne interna está envuelta al rededor de mi pene. Se siente tan bien...' Ella apretó con fuerza cuando separé su apretado interior y envié mi pene más adentro. En poco tiempo, rompí el himen que representaba su virginidad y enterré mi virilidad en lo más profundo de ella —¡Kh! Ahh... e-eso... ah, khh...— El cuerpo de la chica se puso rígido mientras hablaba lo que en realidad no eran palabras. Pero su suave carne vaginal apretó todo mi pene y se sentía tan bien que pensé que ya me iba a correr— estoy todo dentro...— Cuando soportó el dolor, el sudor le encasquetó el flequillo en la frente y sus ojos se cerraron de una manera adorable—¿E-en seiro? Hahh, hh... ahora pertenezco a esposo...— —¿Estás segura...?— Mimi respondió a mi pregunta cerrando los ojos y asintiendo. Sus magníficos rizos color rosa y sus tetas húmedas de sudor se sacudieron. Cada una de sus acciones y reacciones parecían hechas a medida para seducir a un hombre—¡Por supuesto estar segura... si querer aparear—Después de chupar sus tetas y besarla con tanta pasión que olvidó respirar, su entrepierna ya estaba completamente excitada. Había resistido, pero tan pronto después de saber cómo era el sexo, no pudo contenerse más. Cuando Mimi con una voluntad fuerte me miró nerviosa, el último vestigio racional se desvaneció. Apunte mi pene completamente erecto hacia la entrepierna de Mimi—¡Kyah...!—Era el primer pene que había visto, al menos de cerca, así que la cara de Mimi se tensó cuando presioné contra su vagina. Presionó sus labios fuertemente y tensó su expresión para ocultar su sorpresa—No necesitas estar tan nerviosa. Solo relaja tu cuerpo— para ayudar a relajar la tensión de Mimi, Luvellia le acarició la cabeza —¡Ahh! se siente tan caliente presionando contra mí...— Mientras Mimi estaba distraída por la caricia de su hermana, yo tenía la cabeza hinchada del pene y le daba un beso en los labios externos que estaban empapados con jugos de amor. Frote mi hombría arriba y abajo por la rendija como si fuera a recoger el néctar, pero no pude reprimir el deseo por mucho tiempo—Lo siento... no puedo esperar más...— Sostuve mi pene por la base y presione la punta contra su ranura secreta. Reprimí el impulso de simplemente atascarlo y en su lugar moví lentamente mis caderas hacia adelante—Bien bien. Baja un poco la punta del pene mientras lo insertas—Erika nos observó y dio consejos mientras se tumbaba a su lado y amasaba sus pechos para ayudar a reducir el dolor de perder su virginidad. Mi pene se enterraba suavemente en su carne virgen —Nhah, ahhh... está entrando en mí...—Su vagina era increíblemente estrecha, pero mi erección empujó las paredes abiertas cuando la penetró. Lágrimas aparecieron en sus ojos y su rostro se retorció de dolor, pero ella no dijo una palabra al respecto, ya fuera por mi preocupación o por preservar su propio orgullo'¡Ahh!, su carne interna está envuelta alrededor de mi pene. Se siente tan bien...' Ella apretó con fuerza cuando separé su apretado interior y envié mi pene más adentro. En poco tiempo, rompí el himen que representaba su virginidad y enterré mi virilidad en lo más profundo de ella —¡Kh! Ahh... e-eso... ah, khh...— El cuerpo de la chica se puso rígido mientras hablaba lo que en realidad no eran palabras. Pero su suave carne vaginal apretó todo mi pene y se sentía tan bien que pensé que ya me iba a correr— estoy todo dentro...— Cuando soportó el dolor, el sudor le encasquetó el flequillo en la frente y sus ojos se cerraron de una manera adorable—¿E-en seiro? Hahh, hh... ahora pertenezco a esposo...— ella no se había abierto mucho al principio, pero ahora sus ojos agudos se entrecerraron felices. No podría haber sido más feliz por sí mismo—Felicidades hermana ¿Cómo se siente tener a tu esposo dentro de ti?— —Mi barriga se siente tan llena... nunca he hecho algo tan embarazoso antes... pero no es una mala sensación...—Mimi brevemente lanzó una sonrisa llorosa cuando su hermana la felicitó, pero luego hinchó las mejillas y giró la cabeza hacia un lado para ocultar su vergüenza —Hee hee... no es nada de lo que avergonzarse. Cuando eres aficionada a un hombre, hacerlo tuyo y sentirlo dentro de tu vagina es el sentimiento más feliz que una mujer puede experimentar—dijo Erika —Ahh, ahh... hacerlo tuyo... es la felicidad de una mujer...— Mimi reflexionó sobre las palabras de Erika mientras sus bellos ojos miraban la cara de su esposo 'Mimi es muy linda...' Debido a que normalmente actuaba tan fría, la brecha creada por este comportamiento femenino apelo a mi corazón masculino—¡Ah, heeen!... A-adelante y muévete, esposo... y es mejor que te asegures de disfrutar esto...— Cuando inconscientemente comenzó a mover rítmicamente sus caderas, Mimi chilló. Todavía sentía algo de dolor al ser desflorada, por lo que se retorció y se revolvió alrededor de sus rizos rosados cuando la vara comenzó a remover su vagina—¡Kyah...! ¡ahh!, ¡ahh...! te sientes tan caliente dentro de mí... ¡heeen!—Sabía que debía ser amable, pero mi cuerpo se movía por sí mismo y Erika puso fin a mi salvaje empuje—Cariño, cálmate un poco. Debes ser más amable con una chica— acto seguido la miré, con una sonrisa traviesa—Entonces cuando llegue tu turno¿Quieres que sea amable?— Erika respondió a mi pregunta con una mirada furiosa y tono sensual—Sabes que me gusta que me folles duró — —Mmmm, es verdad—Ella dejó de masajear los senos de Mimi y colocó sus manos suavemente alrededor de mis mejillas—¡Haa, haa...! lo-lo siento preciosa ... ¡nmh! Cuando te llegue el turno te follare como un animal— Erika se acercó y me besó. Su lengua invadió inmediatamente mi boca haciendo que me excitara aún más por el hecho de que estaba besuqueándome con Erika mientras penetraba a Mimi—¡Esperar! ¡Hahn...! ¿¡Qu-qué hacer!?—Mimi tiró frenéticamente de mi pecho para que terminara mi beso. Ver a Mimi fruncir los labios por celos me llenó de una sensación agridulce—Hee hee. Esto es parte de la lección. Vamos cari , bombea lentamente dentro y fuera de ella en la parte superficial de su vagina— —Bien...—Seguí las instrucciones de Erika tirando de mi pene hacia atrás hasta que casi salió y luego empujando repetidamente solo la cabeza adentro y afuera. La carne vaginal, mojada con muchos jugos de amor, estaba envuelta sólo alrededor de la sensible cabeza y apenas podía contenerme para no meterla de nuevo dentro de ella—¿Lección?... ¡Ah, ahn!— Mimi claramente no aceptó esa explicación, pero una vez que siguió las instrucciones de Erika, ella arqueó su espalda y gimió con sus preciados pechos rebotando—Mira, se siente mejor que antes, ¿no? Y parece que la leche está a punto de explotar por tus pechos—Erika reanudó el masaje en los pechos crecidos de Mimi que estaban completamente expuestos. La leche comenzó a filtrarse desde los pezones rosados y un rocío blanco llegó a mi pecho —¡Kyah, nh, nnh...! n-no mis pechos... ¡Ahh...!—Mimi, de voluntad fuerte, solo podía retorcerse y jadear con la vara penetrando en su vagina y Erika acariciando sus pechos. Inconscientemente alcance las tetas rebotando ante mis ojos. Después de que agarre los pechos de Mimi mientras empujaba mis caderas, Christina puso sus manos sobre las suyas—... Ahn, no los aprietes tan bruscamente...— — ¡Hyah! ¡Mi-mi leche está saliendo...!—Ella por reflejo agarró mis manos, pero en realidad no estaba protestando. Instintivamente sentí su agarre y moví mis caderas más fuerte. Los gemidos de Mimi se volvieron más sexuales y su expresión áspera se suavizó como si se derritiera. Mientras disfrutaba complaciendola, chupe esas tetas perfectas—¡Hahhn...! no tan de repente, ¡Ah, ahh...! No mis pechos...—Mientras le sacaba la leche de los pechos y le penetraba la vagina, sentí el aroma agridulce del sudor que cubría la piel rosada de Mimi—¡Mimi... Esto se siente tan bien!— Impulsado por la excitación de este lado de Mimi que antes no se veía, me perdí empujando mis caderas. Mi pene empujó su apretada carne virgen una y otra vez mientras la cabeza golpeaba su cuello uterino—¡Oh cari! Te ves tan lindo haciendo esto... ¿Pero cuando me toca a mí?— —¡Ah, um...! n-no, yo no...—Mientras estaba ocupado teniendo sexo con Mimi, Erika exhaló un suspiro exagerado y me miró con mal humor. Erika disfrutó de mi reacción nerviosa mientras seguía atormentando los pechos de Mimi con hábiles movimientos de los dedos. Mis dedos blancos se clavaron en sus pechos y los transformé en nuevas formas obscenas —¡Hhh, ah, hyah...! Siento que me estoy volviendo loca... el pene de esposo me está frotando en el fondo... mi pecho se siente tan caliente, ¡Aah...! y mi leche sale a chorros... ¡Me-me voy a correr...!—La voz de Mimi de fuerte voluntad sonaba tan débil. Esas reacciones me llenaron con la alegría de saber que le estaba brindando placer. En algún momento, Mimi había comenzado a mover sus propias caderas para frotar su carne vaginal contra mi pene duro como una roca en busca de un placer aún mayor—Yo también voy a correrme...—Sus paredes vaginales se apretaron tanto que pensé que estaban tratando de apartarme de ella, pero frotó mi pene bruscamente contra ellas mientras miraba un impresionante espectáculo de ordeño frente a mi. Una masa de deseo parecida a un magma brotó en mi entrepierna—¡Oooh!, no poder detenerme...¡Necesitar más...!—Erika debió haber estado celosa de que solo estaba haciendo que Mimi llegara al clímax porque ella llevó su cabeza más allá del hombro de Mimi y me suplicó que la besara. Tan pronto como lo hizo, ella empujó su lengua recubierta de saliva en mi boca. Mientras nuestras lenguas se entrelazaban, mi cerebro hormigueaba por el placer de nuestras lenguas derritiéndose—¡Hahh, ahhn...! no esposo... no besar otra... b-bésame a mí... ¡hyahn!—Mimi trató de separar a su esposo y Erika, pero sus brazos estaban demasiado débiles con el pene penetrando profundamente dentro de su vagina. Respiró pesadamente mientras miraba fijamente a los dos besándose—Kiss... slurp, kiss... Mimi, cari no hay necesidad de contenerse...—Erika terminó el beso y nos susurró suavemente —O-okay... vamos a corrernos juntos, Mimi...— Una vez que tuve el permiso de Erika, empuje mis caderas con todas mis fuerzas. Ya había superado casi mi límite, pero me contuve desesperadamente con la eyaculación para poder experimentar el clímax con Mimi que me había dado su virginidad—¡Ahn, ahn, ahn! ¿Ju-juntos?—Mimi no parecía saber lo que estaba diciendo porque la velocidad repentina de su pistoneo le impedía pensar con claridad. Extendió sus débiles brazos para abrazarme—¡Sí, juntos! ¡Me estoy corriendo!—Sus miembros delgados comenzaron a convulsionar y oleadas de apreturas corrieron por su vagina. La carne vaginal se retorció y apretó mi pene como si tratara de expulsar el semen—Hee hee hee... Se siente bien¿Verdad?...—Con esas palabras, Erika pellizcó fuertemente los pezones de Mimi. Al mismo tiempo, la leche brotó desde los pechos de Mimi y empapó mi pecho—¡Hyaaaahhh! Mis pechos... ¡Tanta leche! Y-y... se siente bien... ¡¡ahhhhhn~~~!!—Mientras rociaba leche, Mimi sacudió sus rizos rosados, arqueó la espalda y gimió—¡Uuh... Estar corriendo!—Finalmente llegué a mi límite y metí mi pene profundamente dentro de la vagina de Mimi cuando llegue al clímax—Ahh, esposo... se-se siente tan caliente dentro de mí...—Mimi se relajó en los brazos de Luvellia y miró al vacío mientras aceptaba todo mi semen en su vagina. Todo el nerviosismo normal había desaparecido de su expresión y reemplazado por la alegría de ser uno con alguien que amaba. Sus ojos agudos característicos se derritieron de placer—¡Hahhhh...! sentirse tan bien...—Después de llenar la vagina de la chica con mi semilla, exhale un patético suspiro y me deleite con la vista —¿Cómo estar hermana?—Preguntó Luvellia— Esta es la alegría de ser mujer—dijo Erika —Alegría... Mujer... ¡Ha! ¡Ha!...—Mimi repitió las palabras de Erika y saque el pene de su interior. Una cantidad increíble de líquido lechoso fluyó de su vagina. Me sentí algo mal cuando vi el toque ocasional de rosa mezclado con sangre, pero también estaba feliz de que me hubiera dado su virginidad. También había aprendido lo que le gustaba. La abracé mientras jadeaba con las piernas aún abiertas, pero de repente ...— Esposo. Ahora ser mi turno— Luvellia soltó a su hermana y me abrazó por el costado. Fácilmente la empuje sobre su espalda en la cama—¡Wah! ¿Eh? ¿Q-qué...?—Luvellia fue atrapada por completo por sorpresa, por lo que ella simplemente aceptó mi toque. Luego, le separé las piernas dejando a la vista su húmeda hendidura— Erika ¿Podrías cuidar a Mimi, mientras que estoy con Luvellia?—Erika suspiro, mientras colocaba la cabeza de Mimi en sus muslos y se lo acariciaba—Cuando sea mi turno, espero que te esmeres igual conmigo— dijo frunciendo el ceño, claramente celosa. En ese momento me acerqué a Erika y comencé a besarla hambrientamente, después nos separamos—¡Ha! ¡Ha!... En cuanto termine...¡Ha! ¡Ha! Voy a follarte cada agujero, hasta que amanezca—el pecho de Erika subía y bajaba rápidamente claramente excitada—¿Me follaras como un animal? ¿Violando y destrozando mis entrañas— —Como un animal sediento de sangre— Erika cogió mi mano, y lamió la punta de mi dedo corazón— Te quiero y quiero sentir tus bebés dentro de mi— —Yo también quiero verte, con mis bebés dentro— En ese momento Erika dirigió la mirada hacia donde estaba Luvellia y sonrió— Parece que una de tus esposas está muy excitada— al darme la vuelta vi a Luvellia con las piernas abiertas mientras se masturbaba, totalmente excitada. Acto seguido me susurró—Creo que la pobre no puede aguantar mucho más. Después de todo es tu deber como esposo— —¿Estás segura...?— Mimi respondió a mi pregunta cerrando los ojos y asintiendo. Sus magníficos rizos color rosa y sus tetas húmedas de sudor se sacudieron. Cada una de sus acciones y reacciones parecían hechas a medida para seducir a un hombre—¡Por supuesto estar segura... si querer aparear—Después de chupar sus tetas y besarla con tanta pasión que olvidó respirar, su entrepierna ya estaba completamente excitada. Había resistido, pero tan pronto después de saber cómo era el sexo, no pudo contenerse más. Cuando Mimi con una voluntad fuerte me miró nerviosa, el último vestigio racional se desvaneció. Apunte mi pene completamente erecto hacia la entrepierna de Mimi—¡Kyah...!—Era el primer pene que había visto, al menos de cerca, así que la cara de Mimi se tensó cuando presioné contra su vagina. Presionó sus labios fuertemente y tensó su expresión para ocultar su sorpresa—No necesitas estar tan nerviosa. Solo relaja tu cuerpo— para ayudar a relajar la tensión de Mimi, Luvellia le acarició la cabeza —¡Ahh! se siente tan caliente presionando contra mí...— Mientras Mimi estaba distraída por la caricia de su hermana, yo tenía la cabeza hinchada del pene y le daba un beso en los labios externos que estaban empapados con jugos de amor. Frote mi hombría arriba y abajo por la rendija como si fuera a recoger el néctar, pero no pude reprimir el deseo por mucho tiempo—Lo siento... no puedo esperar más...— Sostuve mi pene por la base y presione la punta contra su ranura secreta. Reprimí el impulso de simplemente atascarlo y en su lugar moví lentamente mis caderas hacia adelante—Bien bien. Baja un poco la punta del pene mientras lo insertas—Erika nos observó y dio consejos mientras se tumbaba a su lado y amasaba sus pechos para ayudar a reducir el dolor de perder su virginidad. Mi pene se enterraba suavemente en su carne virgen —Nhah, ahhh... está entrando en mí...—Su vagina era increíblemente estrecha, pero mi erección empujó las paredes abiertas cuando la penetró. Lágrimas aparecieron en sus ojos y su rostro se retorció de dolor, pero ella no dijo una palabra al respecto, ya fuera por mi preocupación o por preservar su propio orgullo'¡Ahh!, su carne interna está envuelta alrededor de mi pene. Se siente tan bien...' Ella apretó con fuerza cuando separé su apretado interior y envié mi pene más adentro. En poco tiempo, rompí el himen que representaba su virginidad y enterré mi virilidad en lo más profundo de ella —¡Kh! Ahh... e-eso... ah, khh...— El cuerpo de la chica se puso rígido mientras hablaba lo que en realidad no eran palabras. Pero su suave carne vaginal apretó todo mi pene y se sentía tan bien que pensé que ya me iba a correr— estoy todo dentro...— Cuando soportó el dolor, el sudor le encasquetó el flequillo en la frente y sus ojos se cerraron de una manera adorable—¿E-en seiro? Hahh, hh... ahora pertenezco a esposo...— ella no se había abierto mucho al principio, pero ahora sus ojos agudos se entrecerraron felices. No podría haber sido más feliz por sí mismo—Felicidades hermana ¿Cómo se siente tener a tu esposo dentro de ti?— —Mi barriga se siente tan llena... nunca he hecho algo tan embarazoso antes... pero no es una mala sensación...—Mimi brevemente lanzó una sonrisa llorosa cuando su hermana la felicitó, pero luego hinchó las mejillas y giró la cabeza hacia un lado para ocultar su vergüenza —Hee hee... no es nada de lo que avergonzarse. Cuando eres aficionada a un hombre, hacerlo tuyo y sentirlo dentro de tu vagina es el sentimiento más feliz que una mujer puede experimentar—dijo Erika —Ahh, ahh... hacerlo tuyo... es la felicidad de una mujer...— Mimi reflexionó sobre las palabras de Erika mientras sus bellos ojos miraban la cara de su esposo 'Mimi es muy linda...' Debido a que normalmente actuaba tan fría, la brecha creada por este comportamiento femenino apelo a mi corazón masculino—¡Ah, heeen!... A-adelante y muévete, esposo... y es mejor que te asegures de disfrutar esto...— Cuando inconscientemente comenzó a mover rítmicamente sus caderas, Mimi chilló. Todavía sentía algo de dolor al ser desflorada, por lo que se retorció y se revolvió alrededor de sus rizos rosados cuando la vara comenzó a remover su vagina—¡Kyah...! ¡ahh!, ¡ahh...! te sientes tan caliente dentro de mí... ¡heeen!—Sabía que debía ser amable, pero mi cuerpo se movía por sí mismo y Erika puso fin a mi salvaje empuje—Cariño, cálmate un poco. Debes ser más amable con una chica— acto seguido la miré, con una sonrisa traviesa—Entonces cuando llegue tu turno¿Quieres que sea amable?— Erika respondió a mi pregunta con una mirada furiosa y tono sensual—Sabes que me gusta que me folles duró — —Mmmm, es verdad—Ella dejó de masajear los senos de Mimi y colocó sus manos suavemente alrededor de mis mejillas—¡Haa, haa...! lo-lo siento preciosa ... ¡nmh! Cuando te llegue el turno te follare como un animal— Erika se acercó y me besó. Su lengua invadió inmediatamente mi boca haciendo que me excitara aún más por el hecho de que estaba besuqueándome con Erika mientras penetraba a Mimi—¡Esperar! ¡Hahn...! ¿¡Qu-qué hacer!?—Mimi tiró frenéticamente de mi pecho para que terminara mi beso. Ver a Mimi fruncir los labios por celos me llenó de una sensación agridulce—Hee hee. Esto es parte de la lección. Vamos cari , bombea lentamente dentro y fuera de ella en la parte superficial de su vagina— —Bien...—Seguí las instrucciones de Erika tirando de mi pene hacia atrás hasta que casi salió y luego empujando repetidamente solo la cabeza adentro y afuera. La carne vaginal, mojada con muchos jugos de amor, estaba envuelta sólo alrededor de la sensible cabeza y apenas podía contenerme para no meterla de nuevo dentro de ella—¿Lección?... ¡Ah, ahn!— Mimi claramente no aceptó esa explicación, pero una vez que siguió las instrucciones de Erika, ella arqueó su espalda y gimió con sus preciados pechos rebotando—Mira, se siente mejor que antes, ¿no? Y parece que la leche está a punto de explotar por tus pechos—Erika reanudó el masaje en los pechos crecidos de Mimi que estaban completamente expuestos. La leche comenzó a filtrarse desde los pezones rosados y un rocío blanco llegó a mi pecho —¡Kyah, nh, nnh...! n-no mis pechos... ¡Ahh...!—Mimi, de voluntad fuerte, solo podía retorcerse y jadear con la vara penetrando en su vagina y Erika acariciando sus pechos. Inconscientemente alcance las tetas rebotando ante mis ojos. Después de que agarre los pechos de Mimi mientras empujaba mis caderas, Christina puso sus manos sobre las suyas—... Ahn, no los aprietes tan bruscamente...— — ¡Hyah! ¡Mi-mi leche está saliendo...!—Ella por reflejo agarró mis manos, pero en realidad no estaba protestando. Instintivamente sentí su agarre y moví mis caderas más fuerte. Los gemidos de Mimi se volvieron más sexuales y su expresión áspera se suavizó como si se derritiera. Mientras disfrutaba complaciendola, chupe esas tetas perfectas—¡Hahhn...! no tan de repente, ¡Ah, ahh...! No mis pechos...—Mientras le sacaba la leche de los pechos y le penetraba la vagina, sentí el aroma agridulce del sudor que cubría la piel rosada de Mimi—¡Mimi... Esto se siente tan bien!— Impulsado por la excitación de este lado de Mimi que antes no se veía, me perdí empujando mis caderas. Mi pene empujó su apretada carne virgen una y otra vez mientras la cabeza golpeaba su cuello uterino—¡Oh cari! Te ves tan lindo haciendo esto... ¿Pero cuando me toca a mí?— —¡Ah, um...! n-no, yo no...—Mientras estaba ocupado teniendo sexo con Mimi, Erika exhaló un suspiro exagerado y me miró con mal humor. Erika disfrutó de mi reacción nerviosa mientras seguía atormentando los pechos de Mimi con hábiles movimientos de los dedos. Mis dedos blancos se clavaron en sus pechos y los transformé en nuevas formas obscenas —¡Hhh, ah, hyah...! Siento que me estoy volviendo loca... el pene de esposo me está frotando en el fondo... mi pecho se siente tan caliente, ¡Aah...! y mi leche sale a chorros... ¡Me-me voy a correr...!—La voz de Mimi de fuerte voluntad sonaba tan débil. Esas reacciones me llenaron con la alegría de saber que le estaba brindando placer. En algún momento, Mimi había comenzado a mover sus propias caderas para frotar su carne vaginal contra mi pene duro como una roca en busca de un placer aún mayor—Yo también voy a correrme...—Sus paredes vaginales se apretaron tanto que pensé que estaban tratando de apartarme de ella, pero frotó mi pene bruscamente contra ellas mientras miraba un impresionante espectáculo de ordeño frente a mi. Una masa de deseo parecida a un magma brotó en mi entrepierna—¡Oooh!, no poder detenerme...¡Necesitar más...!—Erika debió haber estado celosa de que solo estaba haciendo que Mimi llegara al clímax porque ella llevó su cabeza más allá del hombro de Mimi y me suplicó que la besara. Tan pronto como lo hizo, ella empujó su lengua recubierta de saliva en mi boca. Mientras nuestras lenguas se entrelazaban, mi cerebro hormigueaba por el placer de nuestras lenguas derritiéndose—¡Hahh, ahhn...! no esposo... no besar otra... b-bésame a mí... ¡hyahn!—Mimi trató de separar a su esposo y Erika, pero sus brazos estaban demasiado débiles con el pene penetrando profundamente dentro de su vagina. Respiró pesadamente mientras miraba fijamente a los dos besándose—Kiss... slurp, kiss... Mimi, cari no hay necesidad de contenerse...—Erika terminó el beso y nos susurró suavemente —O-okay... vamos a corrernos juntos, Mimi...— Una vez que tuve el permiso de Erika, empuje mis caderas con todas mis fuerzas. Ya había superado casi mi límite, pero me contuve desesperadamente con la eyaculación para poder experimentar el clímax con Mimi que me había dado su virginidad—¡Ahn, ahn, ahn! ¿Ju-juntos?—Mimi no parecía saber lo que estaba diciendo porque la velocidad repentina de su pistoneo le impedía pensar con claridad. Extendió sus débiles brazos para abrazarme—¡Sí, juntos! ¡Me estoy corriendo!—Sus miembros delgados comenzaron a convulsionar y oleadas de apreturas corrieron por su vagina. La carne vaginal se retorció y apretó mi pene como si tratara de expulsar el semen—Hee hee hee... Se siente bien¿Verdad?...—Con esas palabras, Erika pellizcó fuertemente los pezones de Mimi. Al mismo tiempo, la leche brotó desde los pechos de Mimi y empapó mi pecho—¡Hyaaaahhh! Mis pechos... ¡Tanta leche! Y-y... se siente bien... ¡¡ahhhhhn~~~!!—Mientras rociaba leche, Mimi sacudió sus rizos rosados, arqueó la espalda y gimió—¡Uuh... Estar corriendo!—Finalmente llegué a mi límite y metí mi pene profundamente dentro de la vagina de Mimi cuando llegue al clímax—Ahh, esposo... se-se siente tan caliente dentro de mí...—Mimi se relajó en los brazos de Luvellia y miró al vacío mientras aceptaba todo mi semen en su vagina. Todo el nerviosismo normal había desaparecido de su expresión y reemplazado por la alegría de ser uno con alguien que amaba. Sus ojos agudos característicos se derritieron de placer—¡Hahhhh...! sentirse tan bien...—Después de llenar la vagina de la chica con mi semilla, exhale un patético suspiro y me deleite con la vista —¿Cómo estar hermana?—Preguntó Luvellia— Esta es la alegría de ser mujer—dijo Erika —Alegría... Mujer... ¡Ha! ¡Ha!...—Mimi repitió las palabras de Erika y saque el pene de su interior. Una cantidad increíble de líquido lechoso fluyó de su vagina. Me sentí algo mal cuando vi el toque ocasional de rosa mezclado con sangre, pero también estaba feliz de que me hubiera dado su virginidad. También había aprendido lo que le gustaba. La abracé mientras jadeaba con las piernas aún abiertas, pero de repente ...— Esposo. Ahora ser mi turno— Luvellia soltó a su hermana y me abrazó por el costado. Fácilmente la empuje sobre su espalda en la cama—¡Wah! ¿Eh? ¿Q-qué...?—Luvellia fue atrapada por completo por sorpresa, por lo que ella simplemente aceptó mi toque. Luego, le separé las piernas dejando a la vista su húmeda hendidura— Erika ¿Podrías cuidar a Mimi, mientras que estoy con Luvellia?—Erika suspiro, mientras colocaba la cabeza de Mimi en sus muslos y se lo acariciaba—Cuando sea mi turno, espero que te esmeres igual conmigo— dijo frunciendo el ceño, claramente celosa. En ese momento me acerqué a Erika y comencé a besarla hambrientamente, después nos separamos—¡Ha! ¡Ha!... En cuanto termine...¡Ha! ¡Ha! Voy a follarte cada agujero, hasta que amanezca—el pecho de Erika subía y bajaba rápidamente claramente excitada—¿Me follaras como un animal? ¿Violando y destrozando mis entrañas— —Como un animal sediento de sangre— Erika cogió mi mano, y lamió la punta de mi dedo corazón— Te quiero y quiero sentir tus bebés dentro de mi— —Yo también quiero verte, con mis bebés dentro— En ese momento Erika dirigió la mirada hacia donde estaba Luvellia y sonrió— Parece que una de tus esposas está muy excitada— al darme la vuelta vi a Luvellia con las piernas abiertas mientras se masturbaba, totalmente excitada. Acto seguido me susurró—Creo que la pobre no puede aguantar mucho más. Después de todo es tu deber como esposo— acto seguido me acerco a Luvellia, le cojo la mano y le llamó los dedos —Delicioso—ella me mira excitada—Eres pequeña pervertida ¿Lo sabías? Mira que masturbarte frente a tu hermana, Erika yo — —¿Pe-pervertida? ¡Hyaaaa...!—sin decir nada, la puse boca abajo, dejando al descubierto su perfecto culo —Muy bonito¿Tu que dices Erika no crees que es bonito?— —No está mal. Pero en esa posición le vas a hacer daño— en ese momento le levantó el trasero y le abro las piernas dejando a la vista su coño que chorreaba jugos de amor— A mi me parece que es como tú, una pervertida en potencia— presione mi pene contra la vagina que olía fuertemente a sexo—Ah, ahhhn... sí, entra en mí...—en ese momento la penetro —¡Hyaaaa...!—mi pene separó las suaves paredes vaginales y alcanzó el cuello uterino casi de inmediato, haciendo que el cuerpo de Luvellia saltará—¡Hyaaaa...! Ahh...Nh, hh...— — Enhorabuena Luvellia, ya eres toda una mujer— —Nh, ahh, es tanto caliente... tu pene me está llenando... —Muchos jugos de amor, junto con un fino hilo de sangre se deslizó por su muslo. La intensa presión de su vagina en mi pene extendió un dulce hormigueo por todo mi cuerpo, por lo que gruñi de placer. Mi pene atrapado entre paredes vaginales fue cubierto de sus fluidos en poco tiempo mientras me movía rítmicamente con eso como lubricante. Su cuerpo comenzaba a aceptar el placer. Mi pene latía y estaba a punto de explotar la áspera carne interna se envolvieron a su alrededor y se retorcieron como si trataran de ordeñar el semen—Ahh...Nh, hh...—Las venas se hincharon en la virilidad enterrada y el líquido preseminal brotó desde la punta. mientras la penetraba—¡Hyaaaahhh! Mis pechos...— respiraba pesadamente y mi pene estaba completamente erecto—¡... no puedo esperar más!— —Yo también te deseo— sentía que mi corazón latía con fuerza mientras agarraba los regordetes muslos de Luvellia—Por favor, muévete más...—Según lo solicitado, moví ligeramente mis caderas. La carne vaginal se frotó contra mi vara para producir un sonido lascivo y pegajoso. Reprimí el impulso de empujar con todas mis fuerzas—Te amo...me encanta tu pene... ¡ah, sí!— —Ah, ah... es tan apretada...—Simplemente entrar en ella era suficiente para hacer que quisiera correrme. Los labios vaginales de Luvellia estaban completamente empapados de néctar que rezumaba de ellos —Ahhn... ¿Cómo se siente dentro de mí, esposo? —Su vagina era más suave que la de su hermana y se apretaba fuertemente alrededor de mi pene. Produjo muchos jugos de amor y me habría corrido si no hubiera tenido cuidado. En lugar de empujar todo el camino hacia adentro, agite su vagina con algunos empujes poco profundos para aumentar el tono sexual de su respiración. —Así es... ah, ahh, ahn... la mía es la mejor, ¿no?— —Sí, se siente muy bien...— Cuando estuve de acuerdo, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos se entrecerraron felizmente. Esta era la apariencia de una doncella enamorada. mientras la penetraba , use mi dedo medio e índice para extender los labios de su vagina—Ahh, estar dentro de mí... Nh, ahhh...—El intenso placer de frotar de cada golpe hacía que la parte inferior de mi cuerpo se sintiera como si se estuviera derritiendo. Luego movió solo sus caderas para meter su pene dentro de su vagina—... Ah, nh, tu duro pene me está golpeando en el fondo... Ahh, sí, solo así... ¡ahhhhn!— Erika ya no podía soportarlo más, rodó sobre su costado y esencialmente comenzó a masturbarse. Ella bombeó sus dedos dentro y fuera de su vagina mientras acariciaba sus pechos con la otra mano. Los jugos de amor salieron de su vagina. Ver ese lado sexual de esa mujer joven y seria era insoportablemente excitante para un adolescente —Estoy realmente mojada esperándote también, esposo. Por favor, ¡cógeme! ¡Quiero hacerlo contigo ahora mismo! ... por favor, dame tu semen...—Las palabras pronunciadas desde los labios seductoramente sonrientes de Erika vaporizaron la última parte de mi mente racional. Me abalancé sobre ella como un perro en celo y enterré mi rostro en su amplio pecho —¡Erika... no puedo esperar más!— —Está bien. Yo también te deseo— Erika parecía encantada de haberme convencido para que la atacara así, por lo que cerró los ojos y me tendió los labios. No dude en devorar esos labios. Su lengua estaba cubierta de saliva dulce y se sentía tan bien que pensó que su boca se estaba derritiendo. —Ahm, beso... ahh... ... beso, nmh....— y presionó mi pene contra la entrepierna de Erika—Ah, ahhhn... sí, entra en mí...— —Nh, ahh, es tan caliente... tu pene me está llenando... Por favor, muévete más...— *Ahh... se siente muy bien...* —Por favor vuelve pronto esposo...— me llamó Luvellia. Deseaba poder tener sexo con las dos a la vez, pero desafortunadamente solo tenía un cuerpo—Lo siento. Iré pronto—Repitió lo mismo una y otra vez mientras penetraba a Erika y Luvellia que se complacían impacientemente mientras esperaban su turno. Me suplicaron que permaneciera dentro de ellas por más tiempo o que volviera con ellas antes. Estaba llegando al clímax cuatro veces más rápido de lo normal. El sudor se derramó desde todas mis glándulas sudoríparas, y el dulce hormigueo que asaltó mi entrepierna tomó el control de mi cuerpo—¡Sí!—Gritó Erika —Golpéame más fuerte... nh, ahh...—Una vez que comencé a pensar acerca de la eyaculación, mis movimientos de cadera se hicieron instintivamente más intensos.Simplemente empujar la carne vaginal que intentaba ordeñarlo no era suficiente para satisfacer mi excitación. Agarre y masajee los pechos que rebotaban ante mis ojos. Chupaba la leche y disfrutaba de los dulces gemidos que producían. Coloque a Luvellia sobre Erika que masajeó sus enormes tetas con ambas manos y lamió la leche que venía desde sus propios pezones—Mis pechos se sienten tan llenos... no puedo detener la leche...—Cada vez que mi pene entraba en la vagina sensible de Luvellia, la leche se desbordaba de sus pezones—¡¡Me estoy corriendo! Me estoy corriendo, me estoy corriendo... ahhhhhhh!!— No podía aguantar más la necesidad de inseminar adentro, así que justo cuando me vine en la vagina que estaba dentro —¡Sí, córrete, córrete... Esposo!—mi pene palpitó una y otra vez a medida que liberaba más semen dentro la vagina de Luvellia —¡Ahhhn... yo-yo... te amo!— —A-ahh... ¿por qué no lo hiciste dentro de mí?— dijo con disgusto Erika, sin responderle comencé a embestirla con mi pene —¡¡Me estoy corriendo! Me estoy corriendo, me estoy corriendo...grrrrrrrrr!! — —Lléname con cada gota de tu semen...te amo! ¡Ahhhhn! ¡Sí, córrete, córrete...!— Mientras gritaba, la llené con mi semen. La cantidad de esperma que rezumaba de su interior fue increíble por segunda vez—Mis tetas se sienten tan calientes... a-ahhhn...— —¡Ahhn, mi leche también está saliendo...!—Al mismo tiempo, estalló una increíble cantidad de leche a partir de los pechos de las dos—Mis tetas se sienten tan calientes... a-ahhhn...— Al ver tal escena mi pene siguió palpitando una y otra vez a medida que liberaba más semen sobre las dos. El aerosol blanco cubría despiadadamente los cuerpos de las mujeres que yacían allí—Haa... haa, haa...—El letargo que siguió al placer intenso lo hizo colapsar en el lugar mientras respiraba pesadamente—¡Yo... todavía no estoy satisfecha...!—exclamó con insatisfacción Erika—Se que tiene más de tres descargas dentro de ti—Erika sonrió y comenzó a chupar mi pene cada vez más pequeño para obligarlo a enderezarse una vez más—Erika p-por favor espera... acabo de venirme, así que... ahh...—ignoró mis protestas y continuó su mamada de limpieza. Luego, mi pene se volvió duro una vez más y apuntó directamente al techo—Hee hee... Vamos a empezar —.
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Neu Reich
ActionJames Reaper un Sargento que al morir 50 años antes de lo que Dios había previsto.Es transportado a otro mundo. Y debido a su muerte prematura, Dios le concede tres habilidades, adquiriendo así la capacidad de convocar armas y soldados modernos, cu...