Neu Reich

Capítulo 25-Contacto con los nativos

Después de atravesar el bosque llegamos a la aldea que el avión de reconocimiento había avistado. Nuestra llegada había causado gran conmoción entre los habitantes de la aldea. Ya que frente a nosotros había un grupo de lo que parecían ser soldados. En ese momento bajé del Sd.Kfz y al momento siguiente los soldados también bajaron de los camiones— Muy buenas soy el Mariscal de campo James Reaper y estos mis hombres. Verán venimos de una isla al Norte de aquí, somos exploradores y me gustaría hablar con la persona que esté al cargo— — ¿Una isla al Norte? No hay nada al Norte — — Bueno sí que lo hay de allí venimos. Tu eres el que está al mando — —¡Soy Aiden III de Wulfrum. Hijo del señor de estas tierras!— —Un placer conocerte, estos son mis hombres — —Venga, por qué no hablamos en un sitio más tranquilo— —Si, estaría bien— —Sus hombres también pueden acompañarnos— acto seguido seis de los soldados y yo seguimos al joven de cabellos rubios. Al llegar a la aldea nos sentamos en una mesa en medio de la aldea—Es una aldea muy bonita ¿Por cierto ha dicho que es el hijo del señor de estas tierras. Sería posible hablar con él?— —Si bueno, por el precio adecuado — rápidamente comprendí que lo que me estaba pidiendo era un soborno— Verás, no te tenemos ni idea de cuál es la moneda local y... — — Dado que eres el líder de estos hombres, debes de tener una posición importante en tu tierra. Además en esta tierra es una falta de respeto que un invitado no regale algo a su anfitrión — estaba apunto de contestarle cuando de repente dos hombres nos interrumpieron— Joven señor hemos encontrado a la puta— estos llevaban a rastras a una mujer joven con orejas de animal. La mujer luchaba por soltarse del agarre de los soldados—Lo siento mucho por esta interrupción, enseguida vuelvo— en ese momento se levantó y cuando llego hasta donde la mujer estaba le dio un puñetazo en el estómago y mientras estaba tendida en el suelo comenzó a patearla—¡Puta semi-humana! Cuando lleguemos al castillo te voy a...— antes de que hubiera terminado la frase lo golpeé en la cara y cayó al suelo. Los caballos estaban increíblemente conmocionados por lo que había hecho—¡Maldito bárbaro! Me has pegado— sin hacerle caso me agaché y le tendí la mano a la joven semi-humana— ¿Estás bien? No te voy a hacer nada— con reticencia me mira y me da la mano —¡Matadlos!— exclamó el joven de cabellos rubios y rápidamente los caballeros con sus espadas en alto corrieron a hacia los extranjeros que pensaban estaban desarmados. Al verlos venir los soldados levantaron sus maschinenpistole

y abrieron fuego contra los caballeros derribando los cuestión de unos segundos. En el momento en que los extranjeros levantaron esos extraños palos y los caballeros comenzaron a caer muertos al suelo. Aiden se tirado en el suelo viendo horrorizado como su escolta de doce caballeros yacían muertos en el suelo. Lo que más le horrorizaba era como sus equipados con una armadura encantada, con resistencia a la magia. Había resultado ser inútil contra ese ataque. De repente recibió una fuerte patada en el estómago, al mirar vio que había sido la semi-humana—¡Puta semi-humana!— pronunciado Aiden con dolor, acto seguido recibió otra patada está vez más fuerte —Esa no es forma de tratar a una dama. Hay que tratarlas con respeto ¿Me estás escuchando?— le preguntó dándole unas palmadas en la cara—Si te-te escucho— —Bien, ahora mis hombres te darán una pequeña lección sobre por qué no puedes pegar a las mujeres. Luego darás una pequeña compensación a esta mujer y luego te largaras para no volver nunca ¿En tendido?— el joven asintió —Dile a tu padre que quiero hablar con el. En cargarlos de el— acto seguido los soldados comenzaron a apalearlo y varios minutos después de la paliza se marchó. Una vez que se marchó la gente de la aldea se reunió a nuestro alrededor armados con herramientas de trabajo gritando

—¡Largo!— —¡Fuera!— en ese momento la joven semi-humana grito— ¡Vasta! Estos hombres han hecho algo que todos vosotros habéis pensado hacer desde siempre. Se han enfrentado al hijo del barón que desde hace años nos roba nuestras cosechas y pertenecías ¿Y vosotros queréis echarlos? Ese bastardo a matado a mi padre y también a muchas buenas personas de esta aldea. Nos roban nuestro dinero que tanto nos cuesta obtener. Yo digo que ya basta. Basta del abusó del barón y sus esbirros— en ese momento todos los aldeanos saltaron en una ovación—¡Siiiiiiiiii!— — ¡Yo, como líder de la aldea, declaro a estos hombres como héroes de nuestra aldea! Y para celebrarlo, haremos una fiesta en su honor— —¡Siiiiiiii!— rápidamente tiraron sus herramientas y comenzaron a vitorearnos como héroes.