Capítulo 4

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Son las 2 de la madrugada, el teléfono de Harry comienza a vibrar sobre la mesita de noche. Se sobresalta al notarlo y lo coge sin mirar en la pantalla quién llama.

- ¿hola? - una voz ronca y profunda.

- Harry... - apenas se escucha en un susurro pero Harry reconoce la voz y se pone alerta, no es bueno que le llame a estas horas. - perdón por despertarte.

- No pasa nada, ¿qué ocurre? - su preocupación aumenta cuando nota un pequeño sollozo al otro lado de la línea.

- Estamos en el hospital, Amelie ha empeorado y la he tenido que traer, hace más de media hora que la han entrado pero no me dicen nada. Estoy... estoy desesperado.

- Vale tranquilo, ella va a estar bien. Seguro que enseguida te darán noticias. Me visto y voy. - dice ya saliendo de la cama.

- No hace falta, solo necesitaba hablarlo, no es nec- es interrumpido

- Louis, nos vemos en 10 minutos, vivo cerca del hospital. - cuelga.

Como ha dicho a los 10 minutos aparece por la puerta del hospital, localiza a Louis en la sala de espera y sin decir nada se sienta a su lado. Se miran un momento a los ojos y Louis cansado y derrotado apoya la cabeza en el hombro de Harry. El menor también sin pensarlo mucho coge la mano de Louis que descansa en el apoya brazos.

Y dentro de todo ese nerviosismo, de esa desesperación por saber por qué no le dicen nada de su hija, de desear con todas sus fuerzas que esté bien, se siente algo más tranquilo, algo más calmado sabiendo que Harry está sentado justo a su lado cogiéndole la mano.



Pasa cerca de media hora donde lo único que ha reinado entre ellos es el silencio cómodo y caricias sutiles entre sus manos. Hasta que sale una enfermera.

- ¿Familiares de Amelie Tomlinson? - busca con la mirada, los dos se levantan rápidamente.

- Sí, nosotros. - Louis se acerca rápido a la enfermera. - soy su padre.

El exmodelo no quiere darle más importancia de la debida al vuelco que le ha dado su corazón al decir Louis "nosotros" como familiares de la pequeña. Ahora no es momento de pensar en esas cosas.

- La paciente tiene placas de pus en las amígdalas, una gran infección. De ahí la alta fiebre. Le hemos realizado unas placas y varias pruebas, de momento está todo bien. Le hemos dado antibiótico en vena y suero. Deberá quedarse en observación al menos hasta mañana para ver como evoluciona.

- ¿Podemos ir con ella? - Ahora el ojiazul ya respira algo más tranquilo.

- Sí, la acabamos de subir a una habitación, la 317, está descansando, no hagan mucho ruido. - la enfermera se marcha.

- Qué bien, es una niña fuerte. Dale un beso de mi parte. - El canguro piensa que ahora Louis querrá estar a solas con su hija, no quiere ser un estorbo o estar de más en un sitio.

- ¿Te vas? Pensaba... yo pensaba... bueno claro, es muy tarde y te he despertado de madrugada. Gracias por venir, no quería llamar a mi familia y preocuparlos pero, pero... - estaba divagando bastante – tú... a ti... Quédate un rato más. Por favor.

El ojiverde asiente y le acompaña a la habitación. Su corazón se siente cálido, es posible que pensase en él para acompañarle en este momento, que le gustase su compañía como él disfruta de la suya.

Al entrar en la habitación encuentran a la pequeña durmiendo en la camilla, parece todavía más pequeña en esa cama tan grande, tiene dos vías conectadas a las dos bolsas con medicamentos, está un poco más pálida de lo normal y las ojeras muy marcadas.

¿Qué me has hecho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora