CAPITULO 13

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DAKOTA

     Cuando el ascensor se abre siento mi pulso acelerarse. No estoy acostumbrada a esto. Pedir disculpas nunca se me ha dado bien. Se que no se reconocer mis fallos. Aunque personalmente no creo que sean tantos. Sonrío al pensarlo. OK. Para ser honesta conmigo misma he de decir que estoy llena de fallos.

  Tomo una gran bocanada de aire y salgo del maldito chisme. Paso a toda prisa por recepción y no miro a nadie. La estúpida de Melissa cuando me ve intenta interponerse en mi camino. No le presto ninguna atención, agarro el pomo de la puerta que tanto asco me produce y la abro.

-        Tenemos que hablar.- le digo al hombre que mas daño me ha hecho en la vida.

-        Lo siento señor Williams no he podido detenerla.- dice la follamiga del imbécil del jefe.

 El levanta la vista y me mira impasible. Puedo ver las marcas de mis manos en su cuello. La tarde de ayer viene como un torrente de imágenes a mi cabeza. Cuanto me hubiera gustado acabar con su miserable vida. Pero tengo que aplacar las aguas. Tengo que mantener la paz de momento.

 Hago acopio de todas mis fuerzas y aparto la vista en señal de sumisión.

-        Siéntate.- dice

 Obligo a mis piernas a moverse pero el coraje me mata. Me muevo lentamente. Solo de pensar que tengo que pedir perdón me entran ganas de vomitar. Me siento e intento concentrarme en algún punto lejano. Cualquier cosa que me entretenga de mirarle la puta cara. Se que si lo hago no seré capaz de pedir perdón.

-        Y bien... ¿Qué quieres?- me dice el viejo. Sabe perfectamente a lo que he venido y se esta divirtiendo.

-        No se que me paso ayer. Se me fue la cabeza. Sabes que a veces no soy capaz de controlarme.- le digo. Se me esta revolviendo el estomago.

  El junta las manos a la altura de su pecho y enarca una ceja. Lo miro como un corderito degollado. Espero que mi estratagema valga la pena.

-        ¿te estas disculpando?- y ahí esta. Me va a obligar a decirlo.

-        Si.- digo sin mas

-        Dilo. -"joder"

-        Te pido perdón por intentar matarte ayer. – le digo intentando parecer arrepentida.

El se levanta y rodea poco a poco el escritorio dirigiéndose en mi dirección. Aspiro hondo. Soy incapaz de mirarle. El se posiciona detrás de mí y me pone sus asquerosas manos en mis hombros. Me tenso. El se agacha y me dice al oído.

"no me creo nada tu disculpa, pero la acepto, sabes que siempre has sido mi debilidad, mucho más que eso, sabes lo que me haces sentir, lo que provocas en mi"

Qué asco, si pudiera me arrancaría los oídos para no escuchar esto. Se lo que viene y lo que me va a costar controlarme.

Siento como aparta el pelo de mi cuello y lo pone todo junto en el lado contrario.

Mantén la mente en blanco

Mantén la mente en blanco

Solo deja que pase

Solo deja que pase

Su puta lengua deja un reguero de asquerosa humedad en mi cuello.

"eres tan suave, tan bella" continua mientras una de sus manos se cuelan por mi camiseta directo a uno de mis pechos.

"te deseo todo el tiempo Dakota, me vuelves loco" agarra uno de mis pezones y aplica un poco de presión.

Voy vomitar. Mi espíritu me ha abandonado, solo queda mi  cuerpo en este despacho.

Un suave golpe en la puerta hace que vuelva desde el lugar donde había hecho viajar mi mente.

"¿Quién?" grita Steven

La puerta se abre y veo a Frederick entrar. Nos mira y sonríe. Me encantaría ir y romperle la puta cara de gilipollas.

-        Jefe tenemos problemas.

Steven saca la mano de mi camiseta con frustración.

-        ¿Qué ocurre? ¿qué demonios ocurre ahora? Grita.

  Yo coloco mi camiseta y me levanto para marcharme. Algo le tengo que agradecer al imbécil este. Por lo menos no he tenido que soportar tener al viejo encima de mí.

-        Dakota tú te quedas.- ¡¡joder¡¡ vuelvo a sentarme en la silla. Frederick se sienta en la de al lado. Lo miro con asco. Steven le hace señas para que hable.

-        Los rusos han interceptado unos dispositivos que nos mandaban los chinos y ahora nos piden dinero para recuperarlo.

-        ¿Cómo dices? Habla Steven entre dientes.

-        Pues que después de que se quedaran con nuestras armas ahora nos roban y nos piden dinero. He hablado Shong Ling y esta que echa humo. Las Triadas quieren las armas ya y los rusos se niegan a dárselas. Demetri se esta convirtiendo en un grano en nuestro culo. Bonita falda Dakota.- termina el hijo de perra.

Me giro lentamente a él y entrecierro los ojos.

-        Bonita cara Frederick. – le digo con una sonrisa maliciosa. El me devuelve la sonrisa. Este cabrón disfruta provocándome.- ¿te hago otra?

-        Dakota coge a tu equipo y viaja mañana a Rusia. Enséñale a Berbatov que con los Ryder no se juega. Ya te puedes ir. Luego te bajan los informes.- dice Steven para terminar con nuestro cruce de odio

  Yo no me lo pienso dos veces y salgo disparada de ese maldito despacho. Avanzo por el pasillo a toda velocidad directa al ascensor que me lleve de vuelta a la Zona donde pertenezco.

Mañana viajaremos a Rusia.

Tengo que reunir al equipo.

Eso me pone de buen humor.

Una misión es justamente lo que necesito.

RYDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora