La Dama del General

CAPÍTULO 25

- Ya llegue - dijo la Emperatriz, entrando al salón -Disculpen la demora, pero debía tratar un asunto urgente con mi esposo.

- No se preocupe mi señora, lo entendemos.

Comenzaron a ingresar los sirvientes cargando telas y joyas de oro que fueron encargados por la propia Emperatriz, ya que era la boda de una de uno de sus hijos y solo quería que tuviera lo que no pudo tener la suya.

- Mande a traer nuestros tejidos mas finos para la elaboración de tu vestido - sonriendo se le acerco a Gulf para tomar su mano - La persona que se case con mi hijo solo  debe tener ante sus ojos lo mejor del mundo, tiene que parecer que se esta casando con la criatura mas hermosa del mundo.

- Estoy tan abrumado que ya no se que escoger - dijo Gulf sonriendo algo melancólico - Quisiera que mi Tía estuviera aquí.

- Tesoro mío - dijo tomando el rostro de Gulf con sus dos manos -Todos quisiéramos eso, pero en este momento solo preocúpate en quedar resplandeciente ¿Esta bien?

- Esta bien, disculpe - hizo una reverencia ante ella para después sonreír - Terminamos rápido, que Mew me a invitado a una cita esta noche.

Luego de ello, seguían seleccionando los materiales  para la elaboración del vestido. El Superior del Norte había decidido no asistir, en vez de ello solo se había queda en su cuarto aun llorando la muerte de su hermana, pero teniendo una compañía no muy grata.

- Te esperábamos ¿Por qué no quisiste ir a despedirla por ultima vez? - le comento Art a su padre.

- Lo hice porque no quiera verle la cara a alguien que sabia que se pondría mal si me veía ahí debido a que al verme el pasado volvería - dijo el Superior del norte echado en su cama.

- ¿A que te refieres? - Art se acerco a su padre y se sentó a un costado para verlo directamente.

- Hace muchos años tu tía se enamoro de un hombre y este mismo le correspondía con la misma e incluso creo que mas intensidad en los sentimientos, solo con verlos te dabas cuenta que no existía un amor más grande que el suyo e incluso escuche el rumor que la luna fue testigo de la noche en que le propuso matrimonio - dijo sonriendo.

- Valla, nunca podría imaginarlo porque ella se veía siempre con una mirada tan fría.

- Ella no era así - dijo dejando caer una lagrima - Se volvió así porque descubrió que a aquel hombre lo habían comprometido con su mejor amiga, trataron de pelear por su amor, pero las cuestiones políticas fueron mas importantes para los padres del joven porque en esa época nuestra familia no tenia mucho poder como ahora.

- Entonces ¿Ella lo abandono? - Art ya estaba muy curioso por esa historia.

- Un día ella empezó a sentirse mal, no quería calumniarla por haber deshonrado a la familia, pero por suerte no había deshonrado a la familia y es que toda la tristeza de saber que su primer amor se iba a casar con otra la puso así - soltó un suspiro -  Luego, para mantener la paz en su corazón decidió irse de viaje por un tiempo, regreso llorando desconsoladamente diciendo que fue a ver la boda para cerrar de una vez ese capitulo en su vida.

- Ella debió sufrir mucho por ello, pero ¿Ese hombre sabia cuanto daño le había hecho?

- Si, pero me imagino que cuando lo vio en su boda debió decirle algo - menciono de manera fría - En fin, dejemos de hablar de ello.

- Pero padre, de verdad quiero saber que... - fue interrumpido

- Te dije que no - dijo serio - En vez de eso, tráeme mi frasco de medicina que esta en la habitación de tu Tía; me había olvidado de ello.

Art hizo una reverencia y fue a la habitación de su Tía, pero al llegar ahí la consciencia le estuvo jugando una mala pasada porque sabia perfectamente que ese incidente no era algo natural y que lo mas probable es que su intento de matar a su adorado hermano de nuevo había fracasado. No tenia tiempo para arrepentimientos así que se armo de valor e ingreso.

Estuvo buscando por todos lados la medicina de su padre, hasta que la encontró encima de una mesa donde estaban todos los dibujos de su tía. Siempre supo que ella tenia un gran talento porque siempre regala pinturas en los cumpleaños de cada integrante de la familia o cuando la invitaban a una velada importante en el norte; pensaba llevárselos a su padre para que los guardara, ya que sabia cuanto le gustaban los dibujos de su tía y que tal vez eso le devolvería la sonrisa.

Al tomarlos junto con la medicina dejo caer uno, pero no esperaba que fuera un retrato del emperador; siguiendo pasando los dibujos desde abajo y la mayoría eran retratos de el. Hasta que llego al dibujo de un bebe y un niño que tenían en una esquina el símbolo de una rosa blanca; todos sabían que las rosas blancas eran entregadas solamente a los parientes sanguíneos, pero esta tenia un escudo alrededor y entonces lo descifro; ese era el escudo que tenia cada retrato de la casa en donde vivían. 

- Así que tuviste un hijo querida tía - dijo Art sonriéndole al recuadro de su tía de como si hubiera encontrado la llave de la caja de pandora - Esto será beneficioso para mi.