CAPÍTULO 22

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Todos en el reino fueron a contemplar en la sala del trono del palacio del emperador el cuerpo de aquella hermosa joven, antes de disparar las flechas para calvimar su cuerpo que iba rumbo al mar.

Los padres de la nación estaban guardando la compostura ante todos porque querían evitar algún malentendido entre los presentes.

Todos estaban tristes, pero especialmente había un muchacho de cabello negro que no paraba de llorar en los brazos del príncipe, ya que el momento de disparar las flechas ya iba a comenzar.

Una vez todos reunidos en el océano decidieron empujar la balsa donde estaba aquella hermosa mujer que estaba dejando un gran vacío en los corazón de todos.

- Hoy estamos despidiendo a una gran mujer y una gran amiga que durante muchos años trajo felicidad a nuestros corazones, tanto para su familia y todos aquellos que la conocieron - dijo el emperador agachandose para estar cerca del rostro de ella - Solo puedo decirte - dijo besando su mano - Muchas gracias por haber existido y haber llegado a nuestras vidas, te veremos en la eternidad.

Terminado el discurso del emperador había alguien que estuvo muy pendiente de su discurso y de su dolor de corazón, por eso es que ya había arreglado todo para darle una última alegría que se llevaría para siempre en su corazón. Aprovechando que el emperador ya había dado la orden para empujar donde estaba el cuerpo de su amada y disparar las flechas ella aprovecho en llevar a cabo su plan.

- Hijo mío - dijo la emperatriz con una sonrisa fingida.

- Dime madre.

- Quisiera que tocaras la canción que te tocaba yo cuando te ibas a dormir cada noche, con tu flauta - dijo ella sacando de su túnica la flauta de su hijo.

- ¿Estas segura, madre? - dijo el príncipe dudoso porque su madre nunca le había pedido tocar esa canción en público.

- Claro que si - dijo ella tocando su mejilla para después dirigirse al frente de todos - Atención mi hijo quiere brindar una canción que le gustaba mucho a mi amiga y que es un homenaje a su nombre - e inmediatamente le hizo la seña para que comenzará.

Apenas aquel joven empezó a tocar su flauta, el emperador entró en estado shock y sorpresa ante aquella melodia que sólo lograba  que las lágrimas empezaran a salir de sus ojos recordando aquella hermosa melodia, ya que ese día  le había pedido matrimonio a esa mujer que tenía flamas alrededor de ella.

Flashback

Aquella habitación estaba completamente a oscuras y una joven que había llegado de visita estaba poniendo velas en ciertos lugares de la habitación mientras sonreía de felicidad al ver lo deslumbrantes que eran y una vez listas empezó a tocar su flauta.

En ese instante, un joven se había aparecido y la miraba lleno de amor y devoción porque estaba viendo a la criatura más hermosa y pura que este mundo haya conocido. Se acercó a ella recibiendo un abrazo de su parte.

- ¿Que haces aquí? - dijo ella sorprendida al descubrir que su pequeño concierto tenía un espectador.

- ¿Quieres casarte conmigo? - dijo el emperador tomándola de las manos y mirándola a los ojos con ese brillo que sólo ella conseguía que tuvieran - Ya no quiero esperar más, quiero estar a tu lado toda la vida y darte todo mi corazón porque se que si tu lo tienes siempre estará cuidado y protegido.

- Acepto - dijo aquella joven llena de emoción, alegría y con lágrimas en los ojos desde que el había dicho el porqué quería casarse con ella.

-El no pudo mas con la felicidad y la levantó entre sus brazos para contemplar a aquella figura angelical que tenía en sus brazos y haciendo la promesa de estar juntos para siempre en un beso en el que ellos sumaron toda su felicidad.

Lo que no imaginaban es que por la rendija de la puerta había una persona que unos instantes atrás había sido rechazada por aquel hombre y que contempló todo lo que había ocurrido ahí.

La Dama del General Donde viven las historias. Descúbrelo ahora