❂ capítulo cuarenta ❂

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✧・゚: *✧・゚:*  maratón 2/3   *:・゚✧*:・゚✧


dedicado a golden karlis lovelace livingstone.

el momento gold rush es la base de nuestra amistad.




ZEERAH



No debió haber venido.

Sabía que probablemente no era una buena idea, que un baile era precisamente el lugar en el que menos le interesaba estar. No después de su último viaje, con toda la nueva información que tenía en su poder. Debería aprovechar la ocasión para ir a la biblioteca y encontrar las respuestas que le faltaban.

Pero era muy difícil decirle que no a su prima.

Mucho más cuando se había pasado los días anteriores buscando un vestido para ella, esforzándose con el resto de las brujas para decorar el gran salón y lograr que mucha gente asistiera. Mel había puesto mucho empeño en la primera celebración que Gindar tendría después de la caída de su reinado, así que no pudo negarse.

Pero debió haberse preparado mejor. Suponer que no solo estarían las demás integrantes de su aquelarre, sino todos esos invitados. Antiguas familias que en algún tiempo se habían aliado con las brujas cuando eran poderosas, aquellos lores y ladies con sus familias numerosas que no habían partido tras el declive del continente. Ahora, al presenciar que la magia había vuelto o estaba en su camino a restaurarse, estaban más que interesados por reafirmar dichas alianzas.

Y ahora que había entrado en el salón, sentía como su corazón se entrujaba en su pecho; había un centenar de ojos sobre ella y Zeerah quería salir corriendo.

Pero las puertas se cerraron a sus espaldas y el estruendo causó que se encogiera en su lugar. La canción que sonaba había terminado y los músicos también parecían expectantes, como el resto de los invitados.

Al otro lado del salón, se encontraban los príncipes. Incluso ellos la estaban mirando como si fuera la pieza faltante para que la celebración realmente comenzara. Daerys parecía nervioso al costado de su hermano, Sander mirándola sobre su hombro con curiosidad y Jaekhar...

Bueno, era difícil interpretar la expresión en el heredero. Pero sus ojos brillantes estaban sobre ella y no se apartaban.

Zeerah comenzó a sentir como su corazón latía de manera desbocada y puntos negros aparecieron en su visión. Debía salir de ahí, alejarse lo más pronto posible, ir de vuelta a las sombras, como siempre había sido...

Pero alguien la tomó de la mano. Mel estaba frente a ella con una de sus bonitas sonrisas y le preguntó algo que Zeerah no alcanzó a oír. Pero, lo que si escuchó, fue a alguien toser a su derecha y de pronto el baile se reanudó. La música empezó de nuevo, así como las conversaciones y las risas. Ya casi nadie estaba prestándole atención, pero quienes si lo hacían, al menos trataban de no ser demasiado obvios. Zeerah respiró de nuevo.

Drakhan NeéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora