Capítulo 21- La sudadera

10 0 0
                                    

James

El hecho de que Emma y yo estemos acurrucados en el sofá mientras hablamos con la pareja feliz me llena de una mezcla de alivio y emoción. Hasta hace unos minutos no me había dado cuenta de lo mucho que le había echado de menos estos días.
No escucharla cantar en el coche, no cenar sus famosos sandwiches, sus "cuchicheos" en clase mientras el profesor nos riñe porque eso es todo menos cuchicheo, su pelo alborotado por la mañana y sus pies descalzos acurrucados con los míos. Lo vida sin ella simplemente no es vida. Observo cómo ríe a mi lado mientras Nora el cuenta algo sobre clase

- ¿Me lo estás diciendo enserio?- pregunta incrédula

- Te lo juro- Emma lleva sus manos a su rostro y tapa su boca sorprendida- Lilian y Julian están saliendo

- Por fin, llevo diciéndole dos meses a Julian que la invitara a salir

- Pues por fin lo ha hecho- la dos dan pequeños saltitos sobre el sofá, que tiembla por la acción y yo río al ver la emoción de mi amiga- Pero bueno dejemos de hablar de ellos y vayamos a lo importante- dice Nora una vez pasada la emoción y Emma le mira extrañada- ¿Quien es el chico con el que has pasado la noche y con el que espero que te hayas acostado?- me atraganto con la Coca-Cola que estoy bebiendo y me limpio la boca patosamente ¿Por qué está chica tiene que ser tan directa? Me giro hacia mi amiga y veo una reacción similar a la mía

- Eh- duda bajo mi atenta mirada- Tan solo un chico- baja la mirada ¿Por qué no nos dice con quién ha estado? ¿Lo conozco?

- Eso no me vale Emma ¿Quien es?- inquiere Nora- No me digas que es el camarero de la fiesta- ¿Cómo qué camarero? ¿Qué fiesta?

- ¿Qué?- pregunta confundida Emma

- Sí, el chico ese moreno y guapísimo que no te quitaba la mirada de encima- Mi amiga se pone roja y me mira de reojo- Cuando le dijiste que no tenías novio vió literalmente el cielo abierto, solo le faltó saltar el mostrador y darte un buen morreo- bromea Nora, pero yo no le veo la gracia. Pensar en un chico mirando a Emma mientras baila y se divierte en una fiesta me pone enfermo, pero me pone más enfermo aún pensar que ese tío pueda ser el que ha pasado la noche con ella. Evoco en mi cabeza la imagen de Emma bajando del coche del chaval. La miro y recuerdo su sonrisa angelical ¿Desde cuándo sonríe así a un desconocido?

- No es él- mi angustia no disminuye- Aún así no pasó nada- dice, pero mi mente no puede procesar esa información. Observo sus manos y no puedo evitar imaginarlas entrelazadas con otras, sobre el cuerpo de otro o apretando las sábanas de otra cama. Necesito dejar de pensar en esto o me voy a volver loco. Aparto mi mirada, pero se posa en sus labios, esos labios que han besado a otro chico y lo peor, le han sonreído como si no fuera la más perfecta y jodida sonrisa que jamás ha existido

- ¿Te piensas que somos tontos? Obviamente ha pasado algo. Me sé tu armario entero, esa sudadera no es tuya- siento un golpe en mi estómago, Emma se sorprende pero no contesta. Aparto la mirada. Supongo que sí que ha pasado algo entre ellos

- Se manchó la mía- responde tras unos largos e interminables segundos y siento su mirada sobre mi, pero sigo con mi mirada desviada

- ¿Quieres que te diga de qué se manchó?- bromea Nora, Emma se pone roja y yo aprieto tanto mi mandíbula que escucho castañear mis dientes

- Bueno ya está Nora- interviene Adam después de lanzarme una larga mirada- Si Emma dice que no pasó nada, no pasó nada- Relaja el ambiente y mi corazón lo agradece. Nora cambia de tema y continua hablando con una Emma distraída en sus pensamientos, que posiblemente tenga nombre y apellido y sea el dueño de la sudadera que lleva puesta.
Noto la mirada de Adam sobre mi, a decir verdad la he sentido desde que ha comenzado está fatídica conversación. Le miro esperando alguna palabra, pero tan solo me analiza en silencio

Incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora