Capítulo 8- Pelea a muerte

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Emma

Llevamos treinta minutos discutiendo sobre que película ver. Una parte de los niños quieren ver la nueva película de dragón ball mientras que otros quieren ver El colegio de animales mágicos. La verdad es que no me entusiasma ver ninguna de las dos, pero habíamos prometido llevar a los niños del orfanato a ver una película al cine. Miro a James que se sienta pesadamente a mi lado y pega un bufido

- Creo que me va a explotar la cabeza de tanto chillido- ahora somos los dos los que bufamos a la vez mientras observamos como esos pequeños monstruos se gritan entre ellos.

- ¿Que os parece Tadeo Jones: la tabla esmeralda- dice desesperada la chica que nos atendía y observaba ese caos desde hacía 5 minutos. Los niños se giran hacia ella y se hace el silencio. Después de los segundos más largos de mi vida todos empezaron a saltar emocionados por la película

James, la chica y yo nos miramos y les tres soltamos un suspiro de alivio

- Gracias dios todo poderoso- dice James haciendose la marca de la Cruz y yo no puedo evitar reírme.

Después de comprar toda la tienda de comida nos disponemos a ir hacia la sala. Cuando por fin logramos sentar a todos en su sitio sin que ninguno salga corriendo hacia la pantalla o se lancen las palomitas. James y yo nos sentamos en nuestros sitios

-¿En qué momento se nos ocurrió esta idea?- pregunta quitándose palomitas del pelo

- Eso mismo me he preguntado yo desde que hemos llegado- digo sacudiendo su pelo

- En serio que no se cómo Amelia consigue que le hagan caso- dice incrédulo- Nosotros no éramos así

-No- me río- nostros éramos peores

- ¿Nosotros?- pregunta dramático con una media sonrisa

- En verdad sólo tú

- ¿Yo? Pero si yo era una caramelito- dice como si fuese la verdad única del universo

- Un caramelito que rompió los cristales de un coche- inco mis cejas, pero mi amigo aparta la mirada indignado

- Eso fue culpa de una problema momentánea de punteria, no mia- se cruza de brazos- Yo quería pegarle un pedrazo al capullo de Isaac

- ¿Y eso te parece mejor? - exclamo indignada

- Si- suelta sencillamente. Este chico es de lo que no hay - Ese niñato le pegó a Adam, se merecía un buen golpetazo- yo abro la boca para replicar, pero su cara orgullosa hace que me detenga y suspire negando con la cabeza- ¿Por qué me miras así?- me pregunta sin entender mi reacción y las luces de la sala comienzan a apagarse

- Callate que va a empezar- le callo divertida

- Oye, yo quiero saber porque me has mirado así- dice indignadísimo y yo me muerdo el labio para evitar sonreír

- Shhhh - le chisto y veo cómo se enfada como un niño de cinco años cuando le han quitado su gominola. Ahora si, una pequeña sonrisita se dibuja en mis labios.

Cuando éramos pequeños Adam, James y yo coincidimos en el colegio. Isaac junto con otros niños intimidaban a Adam. Cuando James se enteró se encargó de que le dejasen en paz y jamás volvieran a acercarse a él, desde entonces Adam y él habían sido inseparables

Miro de reojo a James, sus ojos están fijos en la pantalla y se le ve más interesado a él que a algunos niños de la sala. La luz se refleja en su rostro, acentuando sus rasgos: su marcada mandíbula, su nariz tierna, su pronunciada nuez y su pelo despeinado. No puedo evitar dejar escapar un suspiro. Decir que está guapísimo se queda corto.

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