Capítulo 12- Hospital

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James

Estoy a unos minutos de salir al ring y siento como todo mi cuerpo tiembla. Siempre me pongo muy nervioso antes de pelear aunque tenga que disimularlo al salir. Una de los cosas más importantes es mantener la sangre fría y aún que pueda aparecer que es para intimidar al oponente, te ayuda a que tu mente y cuerpo se mantenga alerta hasta el último momento, sin dar nada por hecho.

Anuncian el comienzo de la pelea en 5 minutos por el megáfono y el público chilla, hay mucha más gente que nunca. Mi nerviosismo aumenta. Me siento tan pequeño en este momento que tan solo quiero girarme y echar a correr.
Intento tranquilizarme controlando mis respiraciones, cierro los ojos y me imagino a Emma a mi lado, como en la última pelea cuando me sujetó en el momento en que pensaba que iba a romperme. Me gustaría que estuviera aquí, a mi lado. Y como si mi deseo se hiciera en realidad siento sus pequeñas manos entre las mías. Abro lentamente los ojos rezando para que no haya sido mi imaginación. Y allí está ella, tan hermosa como siempre, la miro y me sonríe dulcemente. Lleva puesta mi camiseta, como en cada partido. No puedo evitar sentirme orgulloso al verla con ella puesta.

Estuvimos allí, con nuestras manos entrelazadas y su mejilla contra mi brazo desnudo hasta que le dirigieron que debía irse. Antes de marcharse me da un fuerte abrazo. Se separa de mi a regañadientes y me mira con una expresión que conozco

-"Ten cuidado"- leo en su mirada y yo le respondo un " no te preocupes, lo tendré" que aunque no sale de mi boca ella escucha perfectamente. Le doy un beso en la coronilla y veo como se leja sin dejar de observarme

- Aquí tenemos señoras y señores a James Corwell, el terror del estatal- salgo y la luz de los focos me ciega, camino hasta el ring al que me subo sin mayor problema mientras el público estalla en gritos y aplausos. Mi actitud ya ha cambiado y ahora tan solo estoy deseando que el baile empiece , ya no queda nada de ese chico que quería salir corriendo por patas hace cinco minutos.

Después de presentar a mi oponente, un tal Alexandre, suena la campana que da comienzo a la pelea. Sonrió. Como me encanta ese ruidito.

Vamos por el tercer asalto y estamos bastante igualados. Esquivo su ataque y le golpeó con éxito. Aumento la distancia entre los dos, se acerca y alza su brazo hacia mi cara, pero me muevo rápidamente antes de que me alcance. De repente veo fugazmente como esboza una sonrisa torcida e inmediatamente sé que va a pasar , sin embargo mi cuerpo no reacciona lo suficientemente rápido, caigo violentamente y mi cabeza se golpea secamente contra el suelo. Un dolor insoportable azota mi cabeza, intento moverme pero el dolor no me deja. Hay miles de gritos a mi alrededor pero yo tan solo puedo escuchar el sonido de mi corazón que va más rápido de lo que debería. Varios zapatos se acercan a mi corriendo y me hablan ¿Que me están diciendo?

-James....James¿estás...bien?...James
¿...escuchas ?- comienzo a distinguir las palabras de Matthew. Intento asentir con la cabeza pero duele demasiado. Me ayudan a levantarme y poco a poco mis pupilas empiezan a enfocar y el dolor disminuye gradualmente

- Bien- digo costosamente- Estoy bien- Matthew me mira preocupado y después de observarme se gira hacia el árbitro

- Se termina la pelea- sus palabras me despiertan de un salto

- No- intervengo decidido- Quiero continuar, puedo continuar- anuncio con dificultad aunque parece más una súplica

- No vas a pelear así- Matthew se encara a mi, su mirada es dura

- Por favor, déjame terminar lo que he empezado- ruego sin apartar mi mirada. He entrenado muy duro para ganar está pelea. Después de todo el esfuerzo de estas últimas semanas me merezco salir del ring con la cabeza en alto

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