Capítulo 22- El concierto

8 0 0
                                    

Emma

La casa está vacía y el silencio reina en ella. Debo decir que ver una película estando sola no es una gran idea, pero ¿Sabes estos días que te apetece sentir la adrenalina de un buen susto? Pues hoy es uno de esos días. Aprieto con aún más fuerza la almohada que tapa la mitad de mi cara. Porque aunque me cueste admitirlo soy demasiado cagueta como para no cerrar los ojos y ver esas escenas

- Quieres quedarte quieta de una vez- le grito a la estúpida niña que se esconde de la muñeca diabólica en el armario- Si sigues llorando te encontrará y te matará- exclamo histérica aún ignorando el hecho de estar hablándole a una pantalla. Obviamente la muñeca encuentra a la niña. Grito con todas mis fuerzas y me escondo detrás del cojín.
La película termina finalmente, con la niña muerta y la muñeca esperando una nueva víctima con sed de sangre. La pantalla se queda negra y la absoluta oscuridad llena la habitación mientras que por mi mente pasan miles de formas de ser asesinada en este mismo instante. Sin poder evitarlo el pánico controla mi cuerpo y corro a ciegas para encender la luz. Deseo con todas mis fuerzas no ser alcanzada por ningún espíritu endemoniado mientras corro por el salón. Después de lo que me parece una eternidad logro encender la luz. Suspiro aliviada no sin antes asegurarme de que no estoy acompañada. Estúpido, lo sé, pero totalmente necesario. De repente un sonido me asusta heciendome saltar, la pantalla de mi móvil se enciende

- Joder- intento calmar mi corazón, que va literalmente a 100 por hora- Que susto
Me acerco finalmente al móvil y veo "Zane" en la pantalla. Sonrío y agarro el teléfono

- Dime- digo al descolgar la llamada

- Emma, mi grupo y yo hemos tenido un pequeño percance ¿Podrías hacerme un gran favor?- su voz suena realmente agitada

- ¿Tu grupo?- pregunto extrañada ¿Qué puedo hacer yo por su grupo?

- Te prometo que no tengo otra opción, eres la única que creo que podría ayudarnos- suena desesperado, pero siento también un poco de vergüenza en su tono

- Claro- digo sin pensar- Os ayudaré ¿Qué necesitáis?- escucho un suspiro al otro lado del teléfono, parace realmente aliviado

-Mi hermana es la cantante del grupo, pero esta mañana ha despertado con anginas y no puede cantar. Necesitamos a una cantante y solo he podido pensar en ti

-¿En mi? ¿Quieres que cante?- sueno más incrédula y sorprendida de lo que pretendía

- Emma, te he oído cantar y pareces un jodido angel caído del cielo- siento como el color sube a mis mejillas y me alegro de que Zane no pueda verme en estos momentos

-Una cosa es cantar mientras hacemos tortitas y otra muy distinta dar un concierto- digo histérica

- Si no pensara que eres capaz de hacerlo no te pediría el favor- cierro los ojos para pensar y sé que es sincero

- No sé si soy la persona que buscas, pero si necesitas mi ayuda allí estaré- escucho un suspiro de alivio y mi mente recrea su sonrisa

- No sabes cuánto te lo agradezco- suena reglamente agradecido y aunque no sepa en qué lío me acabo de meter siento que ha valido la pena, aunque sea por esos segundos

- Me debes una muy grande- escucho su risa a través del móvil

- Tranquila que te lo compensaré, por cierto ¿Donde estás?

- En casa

- Bien, preparate que voy para allá a recogerte

- Vale

Cuelgo y el pánico se apodera de mí cuando veo mi reflejo en el espejo de salón. Estoy horrible. Corro al baño y me arreglo el pelo, me maquillo lo más rápido posible y corro al armario

Incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora