Llegamos al fondo y como había pensado Kei estaba ahí. Se encontraba recargado en la pared mirando al vacío. Se veía diferente, sólo. Me acerqué a él con una leve sonrisa y lo llamé.
-Kei-tardó un momento en reaccionar. Giró su cabeza lentamente y me miró atónito. Como si hubiese visto a un fantasma. ¿Qué le había pasado? ¿qué había visto aquí? ¿se había enterado de algo?.
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¿Cómo es qué había llegado hasta este punto?. En el que llegara a odiar a Alex por nada, en el que prácticamente estaba jugando con el corazón de Séran y en el que todo lo que giraba a mi entorno se despedazaba poco a poco...y todo por mi culpa.
No quería herir a Séran, quería que él fuera feliz, pero no podía mentirle y mentirme a mi mismo. Sabía muy bien que mi corazón seguía loco y perdido por Alex. Había sido tan sincero al confesarse sin siquiera saber muy bien sus sentimientos y yo...yo ni siquiera le había podido dar una respuesta a Alex. Era un imbécil.
¿Cómo lo vería a la cara ahora?. Si es que lo volvía a ver.
-Soy un idiota...-susurré triste. Dejé que las lagrimas comenzaran a caer por mis mejillas. Eran frías. Me acurruqué en una esquina de la celda y miré al techo. ¿Volvería a ver la luz del sol? ¿volveré a verlo?.
Merecía quedarme en esa celda y pudrirme el resto de mi vida. No merecía que me amaran, ni que me quisieran, estar solo era tentador, sin nadie a quien pudiera hacerle daño. Solo yo. Y con suerte olvidarían mi existencia.
Me quedé mirando a la nada, sin ninguna expresión en el rostro, era tan patético. Había prometido volverme fuerte y que jamás lloraría otra vez, sin embargo justo ahora podía estar dando el show más lamentable de mi existencia. Todo esto era porque soy débil, un fracasado y un insignificante humano...no, era menos que un humano, no era nada.
-Jamás saldré de aquí...-embocé una sonrisa triste-. Jamás veré a Alex de nuevo...no lo merezco-me lamenté.
Estaba a punto de quedarme dormido sino fuera porque una voz en mi cabeza me hizo reaccionar. Era la voz de Alex. ¡No! ¡no podía ser él!.
-Kei-escuché. Esta vez juraba que no era imaginación mía. Era el sonido que había estado esperado escuchar desde hacia mucho ¿realmente era él?. Giré mi cabeza en dirección a las rejas. Era mentira lo que mis ojos veían.
-A-alex...-dije tartamudeando. Las lágrimas habían empezado a bajar por mis cachetes. No me importaba, aunque sea por ésta vez, quería llorar. Me paré lentamente y caminé hacia él. ¿En verdad era él? ¿no era una ilusión? ¿en serio estaba enfrente mío?. Solo había una forma de saberlo.
Extendí mi mano lentamente y atravesó la reja. Solo había una forma de responder a eso. ¿Podía sentirlo? ¿podía tocarlo? ¿sentir su piel con la mía?. Mis dedos pasaron suaves por su mejilla. Se sentía tan real.
-Vine por ti-confesó dulce, sonriendo y colocó su mano sobre la mía. Podíamos sentir el calor del otro. Se me hacía tan lejano.
-¿En serio...eres tú?-pregunté aún sin creérmelo, no quería que todo fuera una alucinación mía.
-...Soy yo...-contestó extrañado. Embocé una sonrisa feliz. No era mi imaginación, realmente lo volvía a tener frente a mi. Podía sentirlo-. Kei...-su mirada se tornó un tanto triste-. Perdón por haberte dejado-comentó con una expresión dolida-. Te amo, sin ti, no sabría como vivir. Por favor perdóname-me miró suplicante. Verlo así me estaba matando, él no debía sufrir, no quería que lo hiciera-. Todo es mi culpa, estás aquí por mi culpa-no. No es verdad-. Lo siento, estuviste sufriendo por mi culpa-no sigas. Te lo ruego-. Si no me hubiera ido, no estarías llorando. Perdóname-¿llorando?.
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Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]
RomanceKei es un chico común y corriente, al pasar un año después de un incidente en el bosque en el que es abusado por una criatura misteriosa, pensaba comenzar de nuevo sin ningún tipo de anomalías pero...eso no sera posible después de conocer a un alumn...