Me revolví en las sabanas, girando de un lado a otro mientras me encogía abrazado a las cobijas. Intentaba permanecer con los parpados cerrados y relajar mi cuerpo para poder así conciliar el sueño, pero me era completamente imposible. De todas maneras ya era tarde.
Decidí rendirme en el intento y me senté en la cama, recargándome el en cabezal de madera y miré la pared contraria con un gesto agónico, de dolor. La luz se filtraba por las blancas cortinas dejando entrar en el cuarto una gran iluminación. Posé mi mano en mi pecho y lo cerré en un puño con la tela de mi pijama en ella, dando un leve alarido lastimero. El pecho me ardía mucho.
No había podido dormir nada por culpa de ese dolor incesante, incluso sentía que al intentar calmarlo se hacía más agudo. Quemaba, y lo hacía demasiado. Apreté los dientes frustrado y tomando toda mi fuerza de voluntad me paré tambaleante. Recargué mi cuerpo en la pared y suspiré entrecortado. ¿Qué me estaba pasando? ¿por qué parecía que tenía el infierno en el pecho?.
Miré al techo y cerré de nuevo los ojos fuertemente y de alguna forma calmé mi respiración. ¿Puede que fuera por la preocupación? ¿tal vez la presión?. Podrían ser la causa de mi malestar, después de todo, al final habíamos decidido actuar esta misma noche. Hoy le iríamos a rescatar. Y solo seriamos nosotros tres.
Lo sabía muy bien, era una misión suicida, pero si realizábamos todo bien con respecto al plan, tal vez lograríamos salir de ahí completos. Tal vez...
Pero ¿me quedaba de otra?. Si no salía no sólo habremos fracasado sino que también a parte de Seran, también perdería para siempre a Alex. Jamás volvería a verlo y mucho menos tendría la oportunidad de poder reconciliarnos.
Pasaron algunos minutos y abrí los ojos más calmado. El dolor por fin había bajado y ahora ya casi no lo notaba. Pasé mi vista sobre la cama y recordé que Maki no estaba. ¿Ya se había levantado? ¿en qué momento lo había hecho?.
Después de una rápida ducha y cambiarme de ropa, bajé a la estancia donde no había nadie. Así que pasé al comedor. Kanra estaba sentada en un extremo de la mesa desayunando como si fuera un humano común por la mañana, Maki por su lado se dedicaba a observar a Shion, con esa misma mirada desconfiada y penetradora de ayer. Shion solamente se dedicada a lavar algunos trastes ignorando la mirada del castaño. ¿Qué era lo que le pasaba?.
Kanra volteó su vista hacia mi y me sonrió amable, al poco tiempo Maki hizo lo mismo y yo se las devolví un poco más leve. Caminé hacia ellos y me senté en una de las sillas libres y Shion me entregó un plato con algunos huevos estrellados y condimentados en el, junto con una malteada de vainilla.
-Gracias-agradecí. Y comencé a comer con una sonrisa agradecida.
-De nada-respondió y se sentó en el otro extremo, enfrente de mi y también empezó a comer.
-Kei ¿estas bien?-preguntó Kanra preocupada. Yo la miré confundido y ladeé la cabeza-. Te ves algo pálido...bueno...muy pálido. ¿Dormiste bien?-preguntó tomando otro bocado. Pude notar la mirada de Shion sobre mi también interesado con mi respuesta y me puse algo nervioso. ¿Estaba bien contarles sobre el ardor que había tenido?, no era nada grave, a decir verdad, ya se me había quitado.
-Pues, no dormí tanto que digamos-respondí haciendo una mueca de disgusto.
-¿Por qué?-cuestionó Shion y yo me giré a verlo algo serio. Ahora que lo pensaba si decía lo del dolor tendría que explicarle la causa ¿no?. Nos quedamos unos segundos callados, mientras pensaba en algo.
-Ni idea-me encogí de hombros como algo sin importancia. Era un tonto cuando se trataba de mentir-. Puede que sea de esas veces en el que te da insomnio de la nada-hablé intentando sonar normal. Shion enarcó una ceja extrañado y sin darle más vueltas al asunto continuó desayunando.
ESTÁS LEYENDO
Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]
RomanceKei es un chico común y corriente, al pasar un año después de un incidente en el bosque en el que es abusado por una criatura misteriosa, pensaba comenzar de nuevo sin ningún tipo de anomalías pero...eso no sera posible después de conocer a un alumn...