Capítulo 12: Dolor y compromiso.

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Ahora lo que me preocupaba más era lo que iba a decirle en cuanto despertara. Creo que era hora de que supiera algunas cosas con respecto a mi, los vampiros...sus padres, éste pueblo y sobre todo con él. Ya no podía ocultarlo o si no conociéndolo querría investigar por su propia cuenta.

-¿Me perdonarás por ocultarte la verdad, Kei?-murmuré melancólico acariciando su mejilla.

Pero eso será en la mañana.

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Un latido, dos latidos, el movimiento constante de algo que subía y bajaba y el leve roce del aire al pasarme por el cabello. 

Abrí los ojos despacio, permitiendo que se acostumbraran a la luz de la habitación. Otra respiración ajena. Moví las manos para levantar la cabeza un poco y vi al ser de quien provenían los sonidos y sonreí como un bobo al verlo. Alex estaba acostado abajo de mi con la cabeza ladeada hacia la ventana, el cabello le caía de lado dándole un toque salvaje a su perfecto rostro y un leve hilillo de saliva caía juguetón por la comisura de su labio terminando en la almohada, mojándola. 

Intenté retirarme de encima de su pecho lentamente, tratando de no despertarlo pero al momento de querer ponerme recto noté como su brazo estaba fielmente sujeto a mi cintura desnuda. Me sonrojé ante el tacto y lo miré un corto momento antes de quitar su brazo y arrastrarme hacia la orilla de la cama sin hacer mucho movimiento. Lo cual me fue algo difícil dado que me dolía todo el cuerpo, cada parte de él, incluso partes que ni recordaba haberlas ocupado nunca. ¡Joder! ¡era como si me hubieran hecho un masaje un montón de luchadores y luego se hubieran subido a bailar sobre mi!.

-Tch...-me quejé bajo al colocar un pie en el piso. Y para acabarla estaba frío como un hielo. Bajé el otro pie despacio, de una forma en la que mi trasero le daba la cara a la pared del otro lado de la cama. Si tenía el cuerpo hecho trizas no quería imaginarme como estaría mi culo. 

Tomé doto el aire que pude y aguanté la respiración cuando me impulsé con los brazos en la cama para poder ponerme de pie. Me quedé un momento intentando controlar el dolor de mi cadera y las piernas, estaba comenzando a tambalearme. Dí un paso para intentar estabilizarme pero al hacerlo mis piernas perdieron fuerza y caí, impactando contra el duro piso y reprimí un grito.

-¿Kei?-me quedé paralizado al escuchar la voz de Alex. Intenté hacer fuerza con los brazos para al menos intentar voltearme, pero inútil, no tenían fuerza y dolían mucho. Volví a caer en el piso. Escuché el crujido de la cama, genial-. ...¿Qué estas haciendo en el suelo? ¿estas bien?-preguntó parándose sin ningún inconveniente y lo envidié mentalmente. 

Se quedó un momento a lado de mi sin hacer ruido y yo volteé la cabeza extrañado ¿no iba a ayudarme?. Pero cuando lo vi me sonrojé. Enfrente de mi vista tenía a Alex desnudo completamente, dejándome ver su escultural cuerpo en primera fila, con el cabello revuelto salvajemente y una cara adormilada ¿qué más podían querer alguien que acaba de caer adolorido al piso?. Y el angulo en el que estaba no ayudaba mucho, podía ver perfectamente su miembro. Me quedé unos segundos viéndolo embobado hasta que escuché un risa divertida proviniendo de él y moví los ojos para mirarlo indignado. 

-Creo que alguien quiere una segunda ronda-dijo sensual mirándome malicioso y cruzando los brazos, pasando su peso a un pierna. Estaba seguro que mi cara había pasado de un tono más profundo que el rojo. Abrí la boca para responder con la vergüenza a más no poder, pero lo único que salió fueron balbuceos y palabras sin sentido. Su sonrisa se ensanchó y yo aparte la mirada de nuevo al suelo.    

-Ca-cállate-logré decir intentando darle algo de dureza-. Ayúdame a levantarme-esta vez no hizo ningún comentario, pero tardó unos instantes en ayudarme. Se agachó a mi lado y se inclinó un poco. 

Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora