Seguimos besándonos, hasta que decidí avanzar más. Lo quería todo. Quería que cada parte de su cuerpo fuera mío. Tenerlo indefenso entre mis brazos a mi merced. Era excitante.
Lo siento Séran, pero éste humano es todo mío y no se lo daré a nadie nunca. Porque soy demasiado egoísta para prestarlo. Kei es mío.
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Sentí como nuestros labios se juntaban, eran suaves y deseosos. Muchas cosas habían pasado los últimos días, pero justo ahora solo me importaba una cosa...Alex.
Me senté a horcadas en sus piernas y profundicé el beso cerrando los ojos, disfrutando de cada roce de sus manos en mi cuerpo. Nuestras respiraciones habían comenzado a acelerarse, mi temperatura subía hasta el punto en que comencé a necesitar deshacerme de esta ropa tan molesta.
Rodeé su cintura con mis piernas, pegándolo más a mi, podía sentir una opresión en mi sexo por parte de él y no pude evitar soltar un gemido. Dejé una de mis manos en su cuello mientras que con la otra intentaba desabotonar mi pantalón, pero no pude ya que Alex había tomado mi mano y me miraba sensual. Nuestros ojos se encontraron, miel contra gris.
Sentí un leve aire recorrerme el cuerpo y cerré los ojos como acto reflejo. Los abrí, ahora yo estaba bajo él. Su rostro se acercó al mio y con una leve inclinación de mi parte juntamos nuestros labios. Abrí un poco la boca para dejar pasar su lengua dentro de mi y así lo hizo. Nuestras lenguas se fundieron en una batalla por el control que claramente estaba perdiendo. Notaba en él una sensación de deseo, al igual que yo. No quería esperar más.
-Alex...-lo llamé con la respiración entrecortada. Nos separamos un poco, mientras yo aprovechaba para tomar aire.
-Sí...-sus ojos se posaron en mis labios y pasó con la yema de sus dedos la comisura de ellos. Yo en cambio comencé a tirar de su camiseta dándole a entender que quería pasar a algo más que besos y caricias.
Quitó sus dedos de mis labios y se alejó un poco de mi, dejándome con un aire frío. Sin decir más se quitó la camiseta y la aventó fuera de la cama, dejando ver su perfecto cuerpo ante mi vista, era espectacular. Su torso estaba moderadamente marcado al igual que sus brazos. Su piel pálida le daba una apariencia de mármol esculpido de un dios griego. Su cabello azabache contrastaba con éste y sus ojos parecían plata liquida y rebosante de deseo.
Me quedé embobado ante tal espectáculo. Tenía un hermoso cuerpo pero yo...
No es que fuera gordo pero...sí demasiado delgado. No tenía nada de masa muscular que presumir, tenía un cuerpo tan simple.
Se acomodó de nuevo entre mis piernas y se montó sobre mi. Sin dejarme escapatoria y casi sin espacio para moverme. Sus manos las tenía posadas a los costados de mi cabeza dejando nuestros rostros frente al otro. Me sonrojé ante la poca distancia que teníamos, podía notar mi cara derretirse ante él.
Sonrió sensual acercando su cara a la mía. Me perdí en sus ojos platinados y dejé que pudiésemos continuar nuestro enfrentamiento de besos. Era bueno. Pasé una de mis manos por su cabeza y tomé su cabello, haciendo presión sobre el, acercándolo más.
Tomé la orilla de mi playera para deshacerme de ella pero su mano me detuvo y nos separamos del beso. Estaba jadeando, tenía tanto calor. Su cuerpo estaba ardiendo, ¿o era el mío?. Mi cabeza había comenzado a fallar.
-No...-susurró sensualmente en mi oído y yo me estremecí al sentir su aliento cerca de mi nuca-. Yo me encargaré de eso-soltando mi mano pasó sus dos brazos por debajo de mi espalda para después levantarme sin problema. Ahora yo estaba sentado en sus muslos y nuestras miradas estaban enfocadas en el otro-. Alza los brazos y no los bajes-ordenó y yo obedecí dudoso.
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Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]
RomanceKei es un chico común y corriente, al pasar un año después de un incidente en el bosque en el que es abusado por una criatura misteriosa, pensaba comenzar de nuevo sin ningún tipo de anomalías pero...eso no sera posible después de conocer a un alumn...