Estábamos caminando por una de las calles, no había nadie por los alrededores, ni un sonido. De todas formas ¿a quién se le ocurriría salir a las siete de la mañana un domingo?. Miré de nuevo las tiendas cerradas y las pacíficas casas. Como me hubiera gustado seguir durmiendo en mi cama, después de todo había pasado toda una semana durmiendo en el piso ¡¿era mucho pedir?!. Y además no podía olvidar el pulsante dolor del interior de mi trasero a cada paso que hacía.
-Kei ¿estas bien? ¿seguro que quieres seguir?-preguntó Alex volteando a verme preocupado a través de la bufanda gris que tenía puesta hasta la nariz.
-Sí, no estoy tan adolorido-sonreí levemente, mintiendo. El enarcó una ceja desconfiado y continuó caminando a mi lado mirando hacia en frente.
Continuamos durante unos minutos más, hasta que a lo lejos pudimos ver el lugar donde nos íbamos a encontrar. Era nuestra cafetería favorita. La mejor del pueblo, cabía decir. En la entrada se podían ver dos enormes ventanas que dejaban ver perfectamente el interior, delante de la escalera y en medio de la cerca de madera que rodeaba el lugar habían dos columnas de madera seguido de un tapete azul marino que conducía al hall del lugar.
Tenía dos pisos, ambas tenían una decoración casi igual pero a diferencia del primer piso la planta alta tenía una alcoba en cada pared. Alguna vez nos habían dicho que eran especialmente para que la gente arreglara sus asuntos en privado, pero ahora cualquiera podía entrar. Tenían un barandal de madera y cristal. Perfecta para disfrutar de la comida, el aire libre y una espectacular vista.
Entramos dejando sonar la pequeña campana encima de nosotros y caminamos rumbo a la alcoba que siempre utilizábamos Shion y yo. Una que dejaba ver el bosque y el lago.
El interior estaba diseñado de una forma en que los clientes se sintieran como en casa, las paredes eran de madera al igual que el piso y de ellas colgaban algunas fotos antiguas del pueblo. Había una en especial que me gustaba sobre todas, era acerca de cuando el pueblo apenas estaba siendo construido. Era muy diferente a como era ahora, tal vez eso era lo que me llamaba la atención.
Nos sentamos en una de las butacas acolchadas cubiertas de piel. Alex se sentó a mi lado dejando el asiento de enfrente completamente libre para Shion. El cual no tardó mucho en llegar. Lo reconocí en el momento en el que cruzó la escalera. Traía una cazadora marrón, unos jeans oscuros, unas botas negras y una bufanda de estambre naranja claro, lo cual hizo que sonriera divertido en mi mente. Contrastaba perfectamente con el color de su cabello rubio quemado.
-¡Ah! ¡Kei!-saludó sonriente al verme desde la entrada de las escaleras y yo le devolví el saludo con una sonrisa igual que la suya. Pero desapareció en cuanto vio a Alex a mi lado. Se acercó despacio pero ahora con una sonrisa más débil, casi nada y caminó hacia nosotros hasta tomar asiento en frente de nosotros.
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Estábamos sentados en el punto de encuentro que al parecer era una cafetería. Nunca había estado en una. No había pasado mucho tipo cuando un chico de cabello rubio entró al lugar donde estábamos y saludó a Kei. Pero al verme su sonrisa se fue casi por completo y caminó hasta nosotros algo...¿precavido?. Lo miré extrañado ante tal actitud.
Se sentó enfrente de nosotros y nos miró rápidamente pero sosteniendo su mirada un poco más de tiempo en mi. Casi nada. Después embozó una sonrisa y se dirigió a Kei.
-¿Y bien? ¿me vas a presentar a tu nuevo mejor amigo?-preguntó haciendo un puchero y me señaló con la cabeza. Kei rió ante el comentario algo nervioso.
¿Su nuevo mejor amigo?. Por alguna razón eso me ofendía, sin embargo sabía que lo nuestro no era solo amistad. O eso pensaba yo. Yo amaba a Kei y él a mi. Eramos algo mucho más que amigos.
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Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]
RomanceKei es un chico común y corriente, al pasar un año después de un incidente en el bosque en el que es abusado por una criatura misteriosa, pensaba comenzar de nuevo sin ningún tipo de anomalías pero...eso no sera posible después de conocer a un alumn...