[Escuchar la canción en el momento indicado]
La luna alumbraba en los objetos como si de una manta blanca se tratara y hacía que el agua brillara como miles de luces brillantes y resbaladizas que se pasaban por mi cuerpo hacia la alcantarilla. Mi cabeza estaba posada en el frío mosaico blancuzco mientras que mi mente intentaba rescatar la poca realidad que me rodeaba. La verdad era que ya no sabía que pensar acerca de todo. ¿Cuándo fue que cambió todo tan drástico?.
Cerré la llave del agua y tomando mi toalla salí de la larga ducha que había tomado y me encaminé a mi habitación. Recorrí las cortinas para dejar pasar la liviana luz blanca al interior, iluminando todo y me cambié lo más rápido que mi cansado cuerpo me dejaba. Me puse unos jeans grises junto a una camiseta vino de manga larga, unos convers negros, una bufanda gris y una chaqueta negra.
Me vi al espejo antes de salir. Estaba algo pálido y mi cabello revuelto no ayudaba a que mi apariencia mejorara, incluso mis ojos claros se notaban más opacos de lo normal. Si no tuviera ropa de color encima me pondrían confundir con una mancha blanca a lo lejos o peor, con un fantasma.
-¿Por qué mi cabello tiene que ser tan blanco?-cuestioné en voz queda para mi. Miré de reojo las casas alumbradas con una lampara afuera de su puerta y maldije en mi subconsciente por tener que salir a vastas horas de la noche. Si hubiera sido otra persona seguro que la hubiera dejado plantada, pero Alex era especial. Sonreí como bobo al recordarlo mientras caminaba en línea recta cruzando a un costado del lago y acercándome al bosque.
Un leve crujido me hizo salir de mi ensoñación y me detuve en seco mirando hacia todas direcciones. Mi vista se posó en un tronco no muy lejos de mi, una sombra se movió a una velocidad considerable perdiéndose entre los demás árboles. Sin dudarlo salí corriendo en dirección a la casa de Alex sin dejar de mirar alborotado a mi alrededor.
Cuando por fin llegué con la respiración agitada, toqué frenéticamente la puerta y en un intento por tocar más fuerte, entre toda la conmoción no me di cuenta de que alguien la había abierto y sin poder parar golpeé algo blando pero muy firme. Una mano.
-Kei ¿qué te sucede?-preguntó Alex quien había parado mi golpe a pocos centímetros de su cara. Sin contestarle lo empujé con todas mis fuerzas entrando en la casa y cerrando la puerta de golpe. No quería quedarme afuera con lo que fuera que aya visto.
Alex me miró extrañado y se acercó cauteloso ante mi estado eufórico. Puso una de sus manos en mi mejilla deslizándola lentamente por mi cabello, causando que me tranquilizara ante su calor.
-Kei, tranquilo-me susurró y me dio un beso en la frente a lo cual enrojecí como respuesta. Me miró a los ojos con una expresión de cariño y sensualidad, lentamente bajó su cabeza hasta que sus labios tocaron los míos y cerré los ojos disfrutando del momento. Luego se separó descarado-. ¿Ya estás mejor?-preguntó con una leve sonrisa amable y asentí leve con la cabeza sonrojándome más.
-S-sí-respondí casi en un murmullo. Alex se separó un poco más de mi dejando un espacio frío entre nosotros y me miró de nuevo extrañado.
-¿Por qué estabas tan agitado?-cuestionó preocupado. Yo había me había olvidado de eso por el corto momento que había durado nuestro beso.
-No era nada-desvié la mirada incomodo. ¿Qué iba a decirle? ¡¿vi una sombra moverse por cuenta propia entre los árboles?!. Eso era ridículo-. Eso ya no importa-le resté importancia y lo miré con una leve sonrisa tímida. Pero él solo agravó su mirada a una u poco más severa e instintivamente me encogí un poco.
-Kei dime, no importa que tan absurdo sea lo que te aya asustado. Prometo que no me burlaré-levantó la mano a forma de promesa y yo suspiré con resignación.
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Un vampiro persistente [Yaoi/Gay]
RomanceKei es un chico común y corriente, al pasar un año después de un incidente en el bosque en el que es abusado por una criatura misteriosa, pensaba comenzar de nuevo sin ningún tipo de anomalías pero...eso no sera posible después de conocer a un alumn...