Mientras se tenga al
menos un amigo,
nadie es inútil.~
Robert Louis Stevenson.
El sonido de la alarma suena a las 7 de la mañana para sacarme del único momento en el que no siento ansiedad, el único momento que siento que soy libre. Me costó bastante conciliar el sueño, no dejaba de pensar en que hoy voy a estar con Luca y en cómo me pueden llegar a afectar mis síntomas, ya que últimamente no tolero la presencia de nadie por miedo a estallar en frente de ellos y lo que menos quiero es que el me vea como una idiota que no puede hacer lo más fácil del mundo, que es respirar. Cuando cerraba los ojos podía sentir como me latía la boca del estómago, podía sentir cada pulso y una presión en la espalda que nunca había sentido, estaba teniendo un nuevo síntoma. También la madrugada me hacía pensar, en el miedo por defraudar a mi madre y traer un chico a la casa.
Que carajo estoy haciendo, no puedo hacerle eso, no puedo romper su confianza. No, yo soy mejor que mi hermana, no soy ella, yo creo en mi, en qué solo es el vecino que viene a desayunar. Tengo 21 años, puedo invitar a quien yo quiera, no es nada ilegal. Si hay algo en mi vida que se hacer es controlarme en frente de un chico, cada vez que un chico me proponía algo indecente la imagen de mi madre aparecía y le decía que no, así que puedo manejarlo.¿En qué estaba pensando? ¿Que estoy haciendo? Ella siempre se entera, no sé cómo pero es como si su don fuera oler las mentiras. Siempre fui muy buena para mentir, lo hago de maravilla pero ella igual sospecha. Una frase que marco mi adolescencia para no cometer errores en una noche de fiesta es "siempre alguien te ve" y es verdad el mundo es muy pequeño, así que durante esos años preferí no correr el riesgo.
¿Como se me ocurre invitarlo?, se que no me voy a poder controlar mi ansiedad, a penas puedo estar bien sola.
—me quiero matar, ya no puedo decirle que no— recorro mi habitación una y otra vez con las manos en la cintura mirando el suelo.
Siento el cosquilleo en el estómago, el mareo comienza a perseguirme, y mi pulso se siente cada vez más rápido.
—Tranquila, es algo normal, es algo que hacías antes todos los días, te relacionabas con personas—
—respira, vamos, concéntrate, no pienses en que todo va a salir mal, no lo hagas, vos podés, esto es totalmente normal—
—estoy en casa no me va a pasar nada malo, estoy en casa, estoy segura— inhaló y exhaló lentamente intentando regular las pulsaciones, pero el maldito aire solo me llega hasta la campanilla, y mi pecho no tiene fuerza para inhalar profundo.
Decido ir a bañarme, me aferro a las paredes y camino lentamente hacia el baño. Mi cuerpo toca el agua y permito que cada gota sea como la morfina que calma mis turbulentos síntomas. Me relajo y me concentro en cada movimiento que hago al bañarme haciendo que mi respiración sea automática.Comienzo a vestirme, quiero verme linda pero no quiero sentirme asfixiada por una prenda y tener ganas de ponerme algo que haga que abdomen pueda respirar en paz y que mis rollitos no se marquen. Elijo un short de jean, una remera negra lisa con escote y mis converse grises de plataforma.
Continuó con mi rutina de skincare, para terminar aplicandome el maquillaje. Coloco la base y el corrector en pequeñas gotas, no quiero sentir la cara pesada, luego el rubor, el iluminador y el Rimmel. Por último tomo un poco de labial rosa con mi dedo índice y lo presiono sobre mis labios para darles un color natural. Pero no me gusta lo que veo, gasto mucho tiempo en intentar verme linda, intentar, porque ya se que verme bien es algo imposible. Pero aún así sigo sin estar satisfecha, odio ser tan perfeccionista hasta con mi cuerpo, estoy tan hundida en el fondo de la oscuridad que no el maquillaje me hace diferente. Termino de decorar mi outfit con unos bucles en mi pelo, no se para que si no van a cambiar para nada mi imagen de persona moribunda.
Por un tiempo estoy inmersa en terminar de arreglarme mientras canto without me~eminem. Hasta que veo el mensaje de mi vecino.
@DeLuca_P: buen día vecina, en 15 minutos estoy por tu casa. El día está hermoso podemos desayunar en tu balcón
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SIN CONTROL DE MI
RomanceA veces los seres humanos no estamos destinados a curarnos a nosotros mismos, si no que vivimos nuestra vida para curar a otros y gastamos hasta la última gota de nuestra alma en ellos. Por otro lado Callie jamás pensó que volver a confiar en un chi...