Capítulo: 16 Deseo nunca haberme ido

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Deseaba ser terca, ignorar el peligro y pensar que Khum Sam podría protegernos, pero yo también deseaba cuidarla, no hacerla sufrir, porque mi amor es tan grande que a veces no parece caber en mi pecho. Nita me dijo sobre su familia, el riesgo que era para ella dar la espalda a su abuela, también el que esa mujer que yo no conocía, podría quitarme a nuestro bebé, la idea me hacía enfermar. Si Khum Sam cree que me siente, yo la siento más poderosamente, porque mi marca pulsa cada vez que estoy con ella, Khum Sam la calma con su presencia. Nita se había ofrecido a llevarme hasta la casa de la abuela, a riesgo de que yo fuera fuerza y no debilidad para Khum Sam, y quería ser su fuerza, decirle de nuestro bebé, eso era lo que iba a hacer, hasta que la escuché gritar, corrí fuera del coche, ella estaba llorando con su abuela en brazos. Mi corazón sangró, siendo yo la causante de todo esto, por amar a una mujer inalcanzable, obcecadamente estudiar lo mismo que ella, fingir en mi solicitud y conocer a la verdadera Khum Sam, para fortalecer este amor que antes era apenas una obsesión juvenil, que no se comparaba al amor real. La verdadera Khum Sam es más entrañable que la de las revistas, haciendo berrinches por mi compañía, enojándose y pidiéndome perdón con una tierna voz que decía: "Soy la Chamcham de Monmon." Khum Sam fue valiente por mí, a riesgo de destruir lo que le quedaba de su familia, mientras yo conservaría la mía. Ser egoísta, extender mi mano y sujetar la suya, para que lo abandone todo por mí, y casi lo hice, pero sus lamentos, su confusión, su amor dividido. No quiero ser la causante de tu dolor, mi amada, no quiero que tengas que decidir, no quiero que rompas promesas más antiguas que mi llegada, sonríe, aunque sea una mentira, una vida en la que yo no estoy por ser menos de lo que merece una noble dama como tú. No puedo decirle del bebé, porque Khum Sam no me dejará ir. No sé si es lo correcto, desearía saber que hice lo que es correcto para ella, a pesar de que no lo sea para nosotras. Mi juramento sigue en pie, te amaré por el resto de mi vida. "Adiós para siempre, mi amor. Adiós, mi amada Khum Sam." Caminé lejos, casi corriendo con la boca tapada y mi llanto, tomé un taxi y cuando creí que vomitaría, le pagué al chofer, vomité finalmente y caminé aturdida hasta mi casa, encontrándome con Nop, mi amigo y vecino, el hombre que me amaba, aunque yo amaba a Khum Sam. El dinero sólo protege al dinero, recordé.
- ¿Mon? ¿Por qué lloras?
-Nop... ¿Por qué, Nop? -Pregunté u él me abrazó estrechamente, su olor no era tan reconfortante, no era lo mismo, no era el aroma de ella. - ¡¿Por qué no puedo estar con ella?! ¡¿Por qué no puedo ser egoísta?! ¡La amo! ¡La amo y no puedo hacer nada por ella!
-Mon... ¿Qué estás diciendo?
- ¡Soy buena, linda y trabajadora, ella me lo dijo! ¡¿Pero por qué sigo sin ser suficiente?! ¡¿Por qué este plebeyo no puede estar con su princesa?! ¡Va a crecer sin ella! ¡Mi bebé va a crecer sin Khum Sam!
Sé que mi llanto, mis confesiones, lastimaban a Nop, porqué él todavía me quería, pero no podía ver otra cosa que mi sufrimiento, y Nop siguió abrazándome y acariciándome la cabeza y la espalda. Una vida sin Khum Sam, mi bebé creciendo sin su otra madre, era algo tan desgraciado que deseaba morir, acabar con todo, sin embargo, no podía arrepentirme de conocerla. Nop me cargó, me subió a mi habitación para sorpresa y preocupación de mis padres, me acomodó en la cama, me arropó y besó mi frente, prometiendo que todo estaría bien, pero nunca lo estaría, no mientras la quiera tanto. Mi cuerpo estaba tembloroso, me abracé y seguí llorando hasta que me quedé dormida, fue entonces que la escuché, la voz de Khum Sam. Estaba llamándome, implorando por mí, y no pude ir con ella, así que mi espalda resbaló en la pared junto al balcón, mis piernas contra el pecho y seguí llorando, pareciendo que no pararía jamás. En la mañana siguiente, estaba en mi cama, mi madre trayéndome el desayuno y acariciándome.
-Mon... ¿Estás segura de esto? Khum Sam vino de nuevo, está afuera y lleva mucho tiempo esperando... No puedes esconder tu embarazo.
-De no hacerlo, su abuela me quita a mi bebé. -Respondí carente de emociones, mi madre me miró con terror a la idea de perder a su nieta.
-No puede hacer eso. ¿Verdad?
-Tiene dinero, nosotros no. ¿Qué se lo impediría?
-La honorable dama lo haría.
-Su abuela tiene más dinero e influencias... No quiero ser más la causante del dolor de Khum Sam... Dije que se vaya, por favor.
-Tu padre y yo no estamos de acuerdo con lo que haces, pero si crees que esa mujer puede quitarte a tu bebé, entonces estamos de tu lado... Es que... Me duele por ella.
- ¡¿Crees que a mí no me duele?! -Grité sin pensar, mi dolor controlándome de nuevo. La imagen de Khum Sam en el suelo con su abuela en brazos era demasiado para mí.
Ella venía todos los días, tenía que alejarme del balcón, ignorar sus llamadas y era duro hacerlo, las semanas pasaron hasta que una se volvió tres, tres se volvieron cuatro y luego cinco, ella había disminuido sus visitas hasta que no vino más. Khum Sam finalmente se había rendido, las llamadas perdidas que decían: "Mi jefe" eran borradas inmediatamente del historial. La vida sin Khum Sam era miserable, no recordaba que fuera tan malo cuando solamente la admiraba de lejos. Un día no me pude resistir, fui a la empresa y la miré salir desde una tienda cercana. Era la misma, su aire ennoblecido, pero falto de sonrisa, así que temí por eso, el cambio de la mujer cruel a una dulce había desaparecido, trayendo a la vieja Khum Sam. "No era esto lo que quería." Pensé mientras la miraba bajar sus gafas oscuras y suspirar pesadamente, subiendo a la señorita Duanpen y retirarse. Volví a mis viejos hábitos también, seguirla en la televisión, internet y revistas. En la tarde bajé por un jugo debido a las náuseas, mis padres veían el televisor con atención, lo miré también y había una rueda de prensa, Khum Sam junto a la señora Nita.
-Queremos anunciar oficialmente nuestro compromiso. La dama Samanun y yo nos casaremos, aunque todavía no hemos fijado la fecha. -Decía la señora Nita, sabía que no debía sorprenderme, pero igualmente las náuseas regresaron poderosas y fui corriendo al baño a vomitarlo todo.
- ¿Estás bien, hija? -Preguntó mi padre mientras me sujetaba el cabello.
-Khum Sam está con otra. ¿Por qué me duele a nivel físico?
-Porqué estás marcada por ella, Mon. Ver a tu compañera con otra conseguirá enfermarte hasta que te debilites.
- ¿Qué voy a hacer?
-Debes deshacer el marcaje. -Respondió taciturno y sollocé, tocando mi marca. No me sentía capaz, pero era riesgoso seguir así. Unida a Khum Sam significaba que mi cuerpo reflejaría mi corazón, que estaba destruido.
-Sí lo hago no podré sentirla más... No podré saber si todavía me ama.
- ¿Y ella te ama? -Preguntó acariciando mi espalda y girándome para abrazarme. Asentí efusivamente.
Khum Sam me extrañaba y estoy segura de que ella podía sentir lo mismo, el marcaje nos conectaba, sin la marca, ella volvería a ser una extraña. La marca me mantenía, conseguía que no terminara de derrumbarme, la perdería y perdería a Khum Sam, ella también sentiría nuestro lazo roto y pensaría que la dejé de amar. Aun así, fuimos a una clínica, me hicieron exámenes para cuidar a mi bebé, que crecía más rápidamente que los bebés de los betas. Me senté en una silla especial, me ataron las manos y los pies, y el medicó me inyectó un líquido ambarino directamente en la marca, la piel me dolió poderosamente, tanto que grité. Aquel líquido obligaría a la marca a cicatrizarse, desapareciendo con el tiempo. La primera noche sin mi marca fue terrible, no paraba de verme en el espejo, mi torso desnudo y la piel blanca y lisa. Mi mente divagó a la vez que ella puso su marca en mí, fue un accidente por una mujer ignorante, pero ella no se arrepintió, de hecho, días después estaba orgullosa de sí misma, alardeando de que era mi jefa, mi novia y mi dueña. Solté una risita débil, porque ella era graciosa sin intentar serlo. Mi insoportablemente linda, Khum Sam. Mis manos rozaron mi piel, mi pecho y mi clavícula, hasta llegar a la garganta, imaginé sus manos sobre mí, su lengua y gemí. La marca desapareció, pero nada parecía haber cambiado, ya no podía sentirla, no obstante, podía sentir más agudos mis sentimientos por ella. La extrañaba, la deseaba y la amaba.
Por su lado, Khum Sam lloraba, pudo sentir claramente mi agonía, luego no la sintió más, dándose cuenta de lo que había hecho. Se encerró en su habitación, pues su abuela no permitirá que ella estuviera sin vigilancia hasta la boda, una a la que ella no quería asistir, como si no fuera suya. Ya se habían probado los vestidos, hecho las fotos y las invitaciones, pero la fecha todavía no estaba fijada, hasta que la abuela llamó a Khum Sam, le dijo que en un par de semanas se realizaría y ella no hizo más que asentir. Recibió una llamada de Kirk, asistió y se encontraron en el coche de él frente a la casa de la abuela.
- ¿Qué es lo que quieres?
-Dije a Nita y a la abuela que no quieres casarte con ella, sino conmigo.
- ¿No recuerdas que no te he perdonado?
- ¡Sam! ¡¿Realmente te casaras con alguien que no te quiere?!
- ¿Cuál es la diferencia? Casarme con alguien que no quiero, pero me quiere, a casarme con quien no quiero y no me quiere, cuando podría casarme con alguien a quien amo y me ama.
-Sam... ¡Basta, Sam! -Gritó y la empujó queriendo desnudarla, Khum Sam luchó con él y le dio una cachetada, el señor Kirk se congeló por su acción y miró el sostén rosado.
- ¿Por qué ese color? Odias los colores brillantes e infantiles.
- ¡¿Cuántas veces más vas a traicionarme?! ¡¿Encima me preguntas eso?! ¿Qué te importa que es lo que uso y de qué color?
-Lo siento, Sam... Es que... estoy dolido.
-No haces más que conseguir razones para que te odie más, Kirk.
Salió del coche acomodando su ropa, o lo que quedaba de ella, esnifó y siguió a su habitación, encontrando la puerta de la habitación de su abuela entreabierta. Se asomó y allí estaba la mujer mayor con Nita.
- ¿Segura que la señorita Kornkamon se va a mantener al margen? -Preguntó la abuela de Khum Sam a Nita, la mujer más joven con una sonrisa arrogante.
-Mientras crea que le vas a quitar a su bebé, dudo mucho que se aparezca.
Khum Sam mordió su dedo para no gritar, manteniéndose en silencio, su ira surgía de nuevo como lava. La abuela asintió sin sonrisa, simplemente se sentó cansadamente en su cama.
-No puedo creer que Sam la haya embarazado.
-No es algo importante, lo considero conveniente. Si sigue en su posición, Kornkamon no mostrará el rostro. Déjela tranquila con su hija.
-Sigue siendo hija de Sam, tal vez podamos quitársela. -Razonó la abuela, su ceño fruncido. -Podemos hacer que Sam se la quite, sólo hay que hacer que Kornkamon sea la mala, después de todo abandonó a Sam.
-Le prometí a la jovencita Kornkamon que dejaría que se quedara con la niña, de hecho, que no se enteraría, no creo que se quede quiera, aunque sea Sam quien se la quite.
-Como sea, pensaré en eso luego. Concentrémonos en tu boda con Sam.
-Sam siempre pospone la fecha.
-Ya le he dicho la fecha, no puso objeción esta vez.
- ¡No habrá una maldita boda! -Gritó Khum Sam, su ira y su dolor luchando entre sí para ver quién era el más poderoso. No se extrañaba de Nita, pero su abuela era otra cosa. - ¡Así que de esa forma amenazaron a Mon!
-Sam, sé razonable, hago esto por tu bien.
-Y yo soy la estúpida que por creer que te estabas muriendo, permití que se fuera lo único bueno que me ha pasado... Me voy.
- ¡Sam! ¡No puedes!
-Puedo. ¿Quieres desheredarme? ¡Bien! Tengo una empresa propia, tal vez por eso no querías que la tuviera, deseabas mantenerme controlada. Ahora entiendo a Mon, ella necesita trabajar, saber que es libre, pero que esté conmigo porque lo desea. Eso era lo que ella trataba de hacerme entender y fui muy obstinada para verlo. -Khum Sam se pasó la mano por el cabello de la frustración. -No creí que llegaras tan lejos, Abuela. ¡¿Tan sólo por un título que no nos sirve para nada?!
Estaba en mi cama y en su cuna, a mi lado, estaba Mind, mi pequeña bebé. Me costaba creer que no había hablado con Khum Sam en casi medio año. El dolor no cesaba, ya que, puede que no esté marcada, pero ella seguía siendo madre de mi hija y eso nos seguiría uniendo.
- ¡Mon! -Escuché que gritaban y quise asomarme al balcón para revisar, pero era la inconfundible voz de Khum Sam. - ¡Mon! ¡No puedes negarte a verme esta vez! ¡Mon, no voy a irme!... ¡Sigo siendo tu jefe!... ¡Eres mía!
Sus gritos eran cada vez mayores, mis padres se angustiaron por molestar a los vecinos, así que no me quedó de otra que bajar. Todavía no me sentía lista para enfrentar a Khum Sam. Al salir y encontrarme con ella en la verja, la abrí para dejarla entrar, ahora las dos frente a frente en el jardín.
-Renuncié, Khum Sam... Ya no tengo tu marca, así que no soy nada tuyo.
Ella frunció el ceño, se acercó a mí y di un paso atrás, me sujetó, rompió el tirante de mi camiseta y me mordió con fuerza en su abrazo.
Continuará...
Espero que les esté gustando, quedan pocos capítulos.
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Fanfic de GAP THE SERIE: Mordida de posesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora