Capítulo 03: Una molesta empleada

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Era puro aburrimiento, he de admitir, así siempre fue mi vida desde que mis padres murieron y se encargó de mis hermanas y de mí la abuela, a ella mis amigas no le gustaban, mi forma de pensar o mis decisiones, por lo que cambió lo que le permití, siendo demasiado pequeña y viendo a mis hermanas mayores odiándome, sin darse cuenta de que soy como ellas. La mejor educación para una niña noble, pero estaba enjaulada en mí misma, la coraza que cree porque nadie más podía entrar, no lo podía permitir, no mientras la abuela mantuviera la llave de mí ser. Era apenas una simple empleada como todos los demás, así que no debería importarme, no obstante, seguía en mi escritorio sintiéndome extraña. Ella había llorado frente a mí, consiguiendo que recordara a todas las personas que lo habían hecho antes, y nunca me había importado, no lo suficiente como para sentirme mal, odiando verla llorar. Yo soy Samanun Anuntrakul, debería ser indiferente a lo que los otros sintieran, eso me enseñó la abuela, porque nuestra familia era lo primero, de sangre noble. Sin embargo, mis piernas se movieron por sí solas, hasta que la encontré abrazada en la calle con la ropa mojada. Era mi culpa. Era una omega, no debería estar en mi empresa, la abuela puso esa condición, y algo en mí lo encontró divertido, una manera de desafiar a la abuela sin que se enterara. Con la chaqueta en las manos la coloqué en los hombros helados de la caucásica y pequeña chica. Kornkamon me miró sorprendida, posiblemente casi tanto como lo estaba yo misma con mi acción. Suspiré, dije lo que tenía que decir y llamé al taxi para que la recogiera, pero seguía inquieta. Subí al piso donde se encontraba mi oficina privada, pero antes de abrir la puerta y entrar a mi refugio vi su escritorio, el bolso de un chillón color rosa me miraba de forma despiadada, recordándome de que ella temblaba mojada y llorosa, que posiblemente llegara a su hogar teniendo que dar explicaciones de su estado y me molesto. "No es mi culpa, ella mintió." Quise decirle al objeto inanimado, pero estaba engañándome.

Estaba enojada con la abuela por obligarme a casarme, estaba enojada con Kirk, aunque fuera mi amigo, por complaciente y rastrero como un perro, también con Nita que, aunque hermosa, me irritaba más que ver a Kirk arrastrándose, ya que la abuela preferiría que ella fuera mi pareja, pues tenía también título, no sólo dinero como tenía Kirk, pero estaba más furiosa conmigo misma por tener demasiado miedo de ir en contra de los deseos de la abuela. ¿Cómo podría no obedecer a la persona que me crio cuando nadie más podía hacerlo? Así que aquí estaba yo rompiéndome la cabeza por una empleada mentirosa a la que debería despedir solamente por llevarme la contraria, además de ser una omega, que estaba en contra de las reglas impuestas por la abuela para poder independizarme. Tendría la libertad de vivir lejos de mi casa de crianza, en mi propio lugar, tener autonomía de mi propia empresa creada desde cero y no la familiar hasta que la abuela estuviera demasiado cansada para hacerse cargo. Claro, tendría que ocuparme de dos empresas, o mi abuela me obligaría a destruir esta, si no era capaz de manejar ambas, así que me esforcé.

Estaba demasiado agotada para pensar, por lo que busqué la ficha de la molesta empleada y encontré su dirección, busqué ese bolso que parecía mirarme con reproche, lo tomé alegrándome de que los empleados ya se habían ido a sus casas y conduje con la señorita Duanpen y lo que vi al llegar a su casa me molestó. ¡Ella debería estar llorando, no en una cita con un niño flaco! Así que empujé su bolso en sus manos y me fui mucho más molesta que antes. Quería despedirla y no quería hacerlo, estaba hecha un lío. Estaba aburrida, me recordé. En el trabajo levanté el rostro para ver a lo lejos a la señorita Kornkamon yendo a los baños y por alguna razón quise ir a verla. No le di importancia a la razón, más allá de que era la pequeña cosa rosa y desafiante que me había molestado muchas veces desde que llegué de mis vacaciones. Antes de poder ir a hablar con ella, Kirk llegó con una bolsa de papel en las manos.

—Pareces más irritada que de costumbre, Sam.

—Inoportuno. —Solté sim pensar. ¡Me interrumpió en el trabajo, especialmente cuando iba a ver que hacía aquella chica sospechosa! Me enojé y me levanté de mi escritorio. —Ve a trabajar, que seas rico no te hace vago.

Fanfic de GAP THE SERIE: Mordida de posesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora