Capítulo 15: La noble Samanun y la plebeya Kornkamon

5.6K 461 14
                                    

Me costó mucho reunir el valor para subirme a la señorita Duanpen y dirigirme a mi casa de crianza, había sido muy difícil convencer a la abuela de dejarme vivir en mi propia casa, también el que yo creara mi propia empresa, que, para su sorpresa, lleva cuatro años siendo exitosa. Podía recordarme siendo una niña y corriendo pos sus jardines, a mis padres cargándome con cariño, para luego ver la sonrisa de la abuela, luego como regañaba incesantemente a mis hermanas, todo porque ellas no eran alfa y yo sí. “Mi orgullo.” Decía la abuela desde que era pequeña, mientras me acariciaba la cabeza. Samanun Anuntrakul debía ser el orgullo de la abuela siempre, hasta que mi mundo se desmoronó, la primera hija de nuestra familia se fue al ser obligada a casarse con el hombre elegido por la abuela, fugándose con una persona no digna, alguien que no le daría bisnietos, siendo desheredada, habiendo yo tenido que buscarla para poder entregar algo de dinero, porque ella era mi hermana y merecía su herencia, ella me agradeció y no la volví a ver, después estaba Song, un trauma que jamás desaparecerá, pues la encontramos muerta el día de mi cumpleaños, apenas yo entraba a la universidad. La abuela no lloró, pero yo sabía que estaba triste. Siempre me pregunté si se sintió culpable por su muerte. Ella se sentía presionada por la abuela, poco valorada por ser omega, también comprometiéndola con alguien que ella no amaba. En una sociedad moderna como esta, debería ser extraño que haya matrimonios arreglados. Al final, solamente quedé yo, el orgullo de la abuela, para ser alabada, presionada, sin libertad de decisión. Papá y mamá estaban muertos, también Song y no había nadie en casa más allá de la abuela para darme su amor. Sería la primera vez que la decepcionaría del todo. Ella nunca quiso que me juntara con Tee, Jim y Kade, pero ellas eran mis amigas, las únicas que pudieron ver más allá del cascaron vacío que yo era. Yo no sonreía, pero era feliz al verme rodeada de su vitalidad, aun así, todavía me sentía sola, así que dependí de Kirk, mi amigo de la infancia. Nita no había crecido conmigo, solamente era el matrimonio arreglado, así como el resto de mis hermanas. Una mujer omega, rica y de sangre noble como yo, pero a la que no amaba, tampoco conseguía simpatizar con ella. Kirk que me miraba con amor, Nita que miraba la conveniencia, así que siempre pensé que me casaría con Kirk, hasta que Mon apareció. 
—Gracias. —Dije a la ama de llaves que me sirvió un vaso de agua con hielo al sentarme en el sofá. Ella me miró sorprendida, su señorita jamás dio las gracias por eso, o tal vez pasó hace tanto la última vez que no lo recuerdo.
  Miré una foto en la pared, mi yo adolescente me miraba, recordé a la pequeña que ayudé una vez. Era adorable e indefensa, esa pequeña del vestido rosa. Nunca hubiera imaginado que después de más de una década me enamoraría de esa niña. La vida sin Mon era más aterradora, volver a ser la Sam amargada y solitaria era algo que no deseaba. Recuerdo ir de compras con Mon, verla sonreír, escucharla llamarme Khum Sam o Lady Boss, también estar enojada, llorar y avergonzarse, a darme ordenes o ceder a mí. Traté de que esos recuerdos me animaran a hacer lo que vine a hacer. Tal vez pierda a la abuela, la familia que me quedaba, eso será igual a traicionar con un puñal a mi abuela, pero la vida sin mí Monmon era demasiado triste. Mi miedo y mi amor es igual de grande, así que Mon, dame fuerza, nunca me digas que me odias, porque quiero ser una buena novia, quiero que no estés arrepentida de todo el esfuerzo que hiciste para volver a conocerme, ser algo más que la omega que decían todos, la niña que consiguió arrebatarme el corazón. Mon, dale valor a esta cobarde.
—Sam. —Escuché la voz de mi abuela y me paralicé. “En mis sueños, pongo un anillo en tu dedo anular, Mon, así que ámame siempre.” Pensé mientras me levantaba para recibir a mi abuela. Ella siempre usaba trajes rojos, así como sus labios, su cabello corto lleno de canas, con paso digno. —Siéntate, Sam.
—Te veo bien, Abuela.
—Y yo no te he visto en meses. —Me reprendió y traté de no agachar la cabeza. Ella me miró con severidad debido a eso. —Siempre has sido mi orgullo, Sam, así que he tratado de darte lo mejor.
—Lo sé, abuela, y lo agradezco.
—Siempre estoy pendiente de ti, ya sea de tu empresa o tu vida, pero no pude imaginar que pudieras relacionarte con una empleada.
—Ese imbécil de Kirk habló de más.
—No me importa Kirk, me importa la familia. Cuando yo muera serás el rostro de la familia Anuntrakul. Te conseguí una compañera digna, pero también te permití un candidato a la altura, y Kirk es apenas suficiente. —Dijo lanzando fotos mías con Mon. —Pero esto es simplemente… el colmo.
— ¿Desde cuándo sabes esto?
—Solamente desde que lo mencionó Kirk, por lo que empecé a averiguar si era verdad, pues mi nieta nunca vino a decírmelo.
—Planeaba hacerlo abuela.
— ¿Antes o después de que te amenazara con buscarte?... Te relacionaste con una empleada, Sam, y eso es inaceptable.
—Mon es dulce, buena y trabajadora. Me ha enseñado la mejor versión de mi misma, abuela, por eso te pido tu bendición para casarme con ella.
— ¿Mi bendición? No puedo creer que me pidas tal cosa… Termina con ella y regresa a casa, es lo único que tengo por decir.
—Abuela, amo a Mon. ¿Acaso eso no importa? Soy feliz con ella.
—Puedes ser feliz con Nita, ella te admira y desea un compromiso. ¡Nuestra familia no será manchada por la sangre de alguien inferior!
— ¡Ella no es tal cosa como alguien inferior! ¡Ella me hace sonreír de felicidad! ¡Finalmente mi sonrisa es por ser feliz, no por fingirlo! 
— ¡Tú eres Samanun Anuntrakul, mi nieta y harás lo que te diga!
— ¡No voy a casarme con Nita!
—Pues entonces Kirk, pero deshazte de la chica.
— ¡No perderé a Mon! ¡No puedo, Abuela! ¡No quiero ser miserable! ¡Además, ya la he marcado! —Grité con todas mis fuerzas y la abuela me abofeteó, siendo la primera vez que me pegaba en la vida.
—Sam, hago esto porque te amo… Encontraré a la chica si es necesario y terminaré con el marcaje.
— ¡No puedes! ¡Me une a ella! ¡Mon es a quien yo quiero! ¡Es la que llegó a mi vida y me cambió, la persona que he esperado toda mi vida!
—Pero que estupidez. ¡Descendemos de reyes!
— ¡No necesito una princesa, necesito a Mon! ¡Si me obligas a casarme me suicidaré! —Grité en llanto y caminé lo más rápido que pude, siendo seguida por la abuela que me llamaba. En la entrada Kirk me detuvo. — ¡Suéltame!
—Sam, se comprensiva y escucha a tu abuela. ¿Quieres alejarte de tu familia?
—Mi familia que debe amarme no debería hacerme escoger entre mi amor y mi lealtad. Amo a la abuela, pero amo mucho a Mon y no quiero perderla.
—Sam, yo te amo.
— ¡Pero yo no te amo a ti!
—Sam, quédate aquí en casa y haz lo que te digo. —Dijo la abuela tras mi espalda y vi como caya de rodillas, la atrapé apenas a tiempo.
— ¿Abuela? ¿Estás bien? ¡¿Abuela?!
—Sam, por favor. —Jadeó la abuela sudorosa y al borde del desmayo.
—Khum Sam. —Escuché la voz de Mon, sorprendiéndome al verla en compañía de Nita. Ella me miró con la abuela en brazos, no sabía qué hacer, si algo le pasaba a la abuela, perdería a mi familia para siempre. No quería hacer sufrir a la abuela, no deseaba por ningún motivo perder a Mon. —Khum Sam… ¿Qué es lo que quieres hacer?
—Te quiero Mon… pero no quiero que la abuela muera. ¿Qué hago? ¿No sé qué hacer? —Lloré como nunca, no queriendo perder a nadie. ¿Por qué tenía que escoger? ¿Por qué la abuela no podía darme su bendición? Primera vez deseaba no ser la honorable dama, desesperadamente quería ser como Mon, un plebeyo, un omega, lo que sea mientras pudiera mantenerla a mi lado. —Yo le dije, Mon… Dije que te amo. ¡¿Por qué pasa esto?!... Abuela, no mueras. —Sollocé abrazando a mi abuela, mi maquillaje se corría. Kirk intentó tomar a mi abuela de mis brazos, sujetando mi hombro y lo sacudí. — ¡No me toques!
—Khum Sam, renuncio desde hoy a trabajar para usted.
—Espera… ¿Qué? —Levanté el rostro y vi a Mon llorando igual a mí.
—Está bien si la escoges a ella, Khum Sam, es tu familia.
—No, Mon… ¡No lo hagas! ¡Yo le dije! ¡Le dije!
—Te deseo lo mejor, Khum Sam, por favor, no me busque más.
— ¡Mon! ¡Mon, no te vayas! —Grité con la abuela en los brazos, Mon alejándose. No podía abandonar a la abuela, tampoco perseguir a Mon, mi corazón se quebraba tan dolorosamente. — ¡Mon! ¡Por favor!... No me dejes.
   ¿Para qué había sido todo esto al final? Me enfrenté a la abuela para enfermarla, para de todas formas perder a Mon. Me encontraba aturdida en el sofá, un doctor revisaba a mi abuela, le había subido la tensión y colapsó. Desobedecer a la abuela casi la mata, el doctor diciendo que debía descansar y mantenerse tranquila. Nita hablaba con el doctor y Kirk acariciaba mi espalda, pero yo únicamente podía ver las lágrimas de Mon y las mías. Conocía a mi Monmon y lo que vio fue un desastre.
—Tengo que ir por Mon. —Murmuré levantándome del sofá.
— ¿Vas a abandonar a tu abuela? —Me detuvo Kirk y sacudí mi brazo sin éxito.
—No lo sé… No quiero… Deseo que la abuela se ponga bien, pero… tengo que buscar a Mon… ¡Amo a Mon! ¡Todo lo hice por ella! ¡Ésta cobarde fue valiente por una vez en la vida gracias a ella!
— ¡Mira lo que ha hecho tu supuesto acto de valentía! ¡Casi mata a la persona que lo dio todo por ti!
— ¡Maldito seas, Kirk! ¡Jamás me casaré contigo! ¡Jamás! ¡¿Por qué le dijiste a la abuela?! ¡¿Por qué no entendiste que no te amo?! ¡¿Por qué no paras de juzgarme?! —Exclamé golpeando su pecho, llorando y tratando de ser detenida por él. — ¡Te odio! ¡Todo esto es tu culpa!
—No sean más escandalosos, el doctor dijo que la abuela necesitaba calma y silencio. —Reprendió Nita y dejé de agredir a Kirk.
—Gracias por ayudar. —Le dije y ella asintió, todo era un poco extraño, pero las cosas que habían pasado me dejaron inestable. —Cuida de la abuela, Nita, por favor… Kirk, aléjate de mí vista.
   Subí a la señorita Duanpen y conduje lo más concentrada que podía, deseado encontrar a Mon, pedirle tiempo para que hable con la abuela con más calma y poder estar juntas. Después de todo, la peor parte había terminado. ¿Verdad? To qué el timbre de su casa una y otra vez, Mon no salió a recibirme, fue entonces que Nop apareció, ambos separados por la verja de la casa de los padres de Mon, así que mis celos estaban amenazando con emerger. 
—Quiero ver a Mon. ¿Dónde está?
—Durmiendo, lleva desde que llegó llorando… Todos dicen que por favor no vuelvas más, Khum Sam.
— ¿Todos? ¿Sus padres también?
—También ellos, ahora váyase, por favor, y no regrese más.
—Quiero que ella me lo diga… ¡Mon! —Sujeté las barras de la reja, deseando que me oyera y saliera. — ¡Mon! ¡Te juro que le dije!
— ¡Khum Sam! ¡Váyase ahora y no perturbe más!
   No podía entender, todo era un desastre, no pude hacer nada bien, no conseguí que la abuela entendiera, casi consigo que muera, y ahora Mon no quería verme. Conduje mi coche sin rumbo, quedándome en la plaza cerca de la empresa, por lo que lloré de nuevo. Regresé a vivir con la abuela hasta que se recuperara, o al menos ese era mi plan, ya que ella seguía en cama en mal estado. Fui a trabajar con la leve esperanza de ver a Mon, pero lo único que encontré fueron murmullos en los pasillos por su ausencia. Sabía que esto pasaría si aceptaba su renuncia, vería su escritorio vacío, mi oficina estaría ajena a su sonrisa reconfortante, donde su luz contrasta con mi oscuridad. Los días pasaron, así como mi depresión, a veces pasaba por su casa con el deseo de que cambiara de idea y bajara a verme, pero siempre se negó, hasta que las ocasiones que antes eran ir todos los días, fue un par de veces por semana, hasta que simplemente dejé de insistir. En mi móvil estaban sus fotos, el video de ella cantando en mi cumpleaños. Apenas le dirigía la palabra a Kirk, simplemente porque éramos socios y no había alternativa. La lady Boss del pasado regresaba, no quería que nadie se acercara a mí. La abuela poco a poco mejoró, hasta que la acompañé mientras ella comía en su cama.
—Vas a casarte con Nita. ¿Has entendido?
—Sí, abuela.
  ¿De qué me valía contradecirla? Mon no estaba, no había nada por lo cual ser valiente, no había nadie a mi lado al despertar, necesitaba llenar la soledad y no podía perdonar a Kirk por su traición. No quería ser la asesina de la abuela, tampoco quería arrastrarme si Mon ya no me quería. Era curioso, ella estaba marcada por mí, yo todavía la soñaba, a veces parecía como si la sintiera muy cerca, como si ella nunca me hubiera abandonado. Levanté el rostro para ver a Nita en el marco de la puerta de la habitación de la abuela con una sonrisa.  Nunca antes deseé tanto morir, así que finalmente entendía a Song.
Continuará....
Realmente espero que les esté guatamdo la historia, en apenas poco más de una semana desde que comencé a escribirlo ya está en el Ranking de chicaxchica en el puesto 30 de 14.9 k, es sorprendente.
Me gustaria mucho leer sus comentarios, me animan mucho, si les es posible encuentrenme en patreon como Fania Morey, las donaciones me ayudan a tener  tiempo para crear contenido.
Dato de la historia: Para los que no entiendan la razón por lacual Mon se siente poca cosa, es que, aunque ya no hayan reyes en tailandia, Sam tiene sangre noble, por eso es tan respetada, es de antepasados nobles, así que es consuderada una princesa y en tailandia se les respeta mucho a las personas que nacen con sangre azul.

Fanfic de GAP THE SERIE: Mordida de posesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora