One Shots|| 𝙰𝚕𝚒𝚌𝚎 𝙸𝚗 𝙱𝚘𝚛𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍 [ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ]

Arisu [1/3]

[Pedido anónimo realizado por IG:)]

—Sí, es cierto, estaré en Tokio para The International— a través de la pantalla, Alex se pasó el cabello detrás de la oreja. Karube miró a Arisu, sonriendo como bobo a la laptop donde además de la voz de la chica, se escuchaban un montón de disparos—. Haré una convención, me gustaría conocerlos en realidad, sé que se quedaron con muchas ganas desde que fui al campeonato mundial de League of Legends y ni siquiera me utilizaron.

Arisu resopló enojado contra la pantalla. Recordaba muy bien aquello, lo enojados que habían estado los fans de la jugadora y streamer porque su equipo no quiso meterla en último momento. Los habían tachado de usarla de publicidad, y él y otras personas incluso fueron a manifestarse con carteles al respecto a las afueras de su hotel gritando que habrían ganado la copa de no ser porque decidieron dejarla fuera.

La verdad es que tenía mucho tiempo libre.

—Incluso perfeccioné mi japonés—dijo la chica en un inglés marcado—, "¡escuchen, sueno fenomenal"!

Arisu creyó que iba a desmayarse, sus manos se aferraron a la barra del bar mientras la escuchaba hablar con ese acento que consideraba bastante atractivo. Chota miró a Karube confundido, este se encogió de hombros y siguió fregando los vasos.

Alice escribió su mensaje rápidamente, sus dedos se movían en el teclado y después le dio en enviar. Alex quitó la vista de la pantalla de los juegos un segundo cuando la luz de una cantidad mayor de donación apareció y la música comenzó a sonar seguido de la voz robótica con el mensaje de Arisu.

—¡Oh, gracias Alice! —Alex sonrió y se llevó ambas manos al pecho para después tomar nuevamente el control y moverse en la silla—. He estado usando un nuevo Shampoo, uno de cereza, quizá sea eso por lo que dices que mi cabello luce tan bien. Entonces, decía, sobre la convención...

Chota miró a Karube nuevamente, pero este ahora le devolvió la mirada de extrañeza. Le cerró la laptop a Arisu quien casi se volvió loco en ese momento.

—¡¿QUÉ HACES?! —gritó abriéndola y colocando su contraseña a gran velocidad—. ¡Estaba por decir cómo conocerla!

—¡Búscate una vida! —le dijo Chota, aunque él pareció no escucharlo.

—...no les pediría dinero para eso, no hay boletos ni nada por el estilo—"menos mal" dijo Karube, pero Alice tampoco lo escuchaba—. Yo les estoy muy agradecida por su apoyo, en verdad, incluso cuando no era nadie en este mundo. Han estado conmigo durante tanto tiempo así que se los quiero recompensar, hay dos maneras porque será algo pequeño para poder dedicarles el suficiente tiempo a todos.

—Haz que tu dinero valga la pena, Alice—se burló Karube—. Invítala a salir, está tan loca que podría aceptar. ¿No dijiste que a veces te contestaba los mensajes de Instagram? No tienes nada que perder.

—La dignidad—acotó Chota tomando de su vaso.

—Bueno, como quiero agradecer a mis seguidores más fieles, aquellos que estén suscritos a mi canal y que hayan hecho el mayor número de aportes tienen su pase asegurado siempre que se encuentren en el top 30—mencionó.

—Dinero, dinero—dijo Karube—. Como si no lo supieras ya.

—¿Estás en el top 30?

Pero su cara de desilusión les hizo saber que no.

—También hay otras maneras, tranquilos—el chat comenzó a explotar, Alex había terminado el juego y ahora su mirada se dirigía puramente al espectador detrás de la pantalla—. Tienen que estar activos en los directos, habrá pistas a lo largo de estos que tendrán que enviar a...¿cómo era? Lo que sea. Las instrucciones estarán posteadas en mi Instagram por la tarde.

—Seguidores...seguidores...—murmuró Karube—. Ni siquiera es tan bonita.

—¡SHH! —les calló.

—¡Oh, gracias Stephen! —Alex hizo su típica seña de agradecimiento cuando recibía donaciones, incluso lanzó un poco de confeti en su set—. Son tan amables, en verdad, eso me lleva a la última parte y... Sí Kento, sí ha habido señales a lo largo del directo, señales secretas que tuvieron que haber captado para la dinámica, ¿no lo notaron?

Alice se quiso arrancar de los cabellos, claro que él no lo había notado. Estaba concentrado en el juego y en ella tanto que lo que sea que pasaba a su alrededor lo evitaba completamente. En el chat comenzaron a enviar señales de haber visto algo, pero Alex les riñó por aquello. Arisu tomó una pluma y jaló una de las servilletas para anotar como loco las pistas que la gente comenzaba a estipular en el chat.

—La última es en especial para aquellos ciudadanos de Japón que estuvieron en Tokio en mi visita anterior—Arisu dejó caer la pluma, sus manos se dirigieron al teclado de igual forma comenzando a escribir signos de interrogación y emojis de emoción. Chota ya le estaba ayudando a levantar las sillas de las mesas a Karube, estaban por cerrar y salir—. ¿Recuerdan que estuvieron fuera del hotel? Sus carteles de apoyo se sintieron como un cálido abrazo, y ahora yo se los daré a ustedes.

—Eso suena terriblemente mal—se burló Karube, aunque para Alice solo existían él y la chica detrás de la pantalla.

—Jake, mi amigo, salió aquella noche y les dio unas pulseras de merch oficial, aunque estas eran doradas—Arisu miró su muñeca izquierda donde aquella pulsera descansaba—. Eran una edición que saldría únicamente durante aquella competencia pero como terminó mal, entonces fueron aún más limitadas. En fin, espero que no los hayan vendido o perdido, porque todas esas personas que conserven su pulsera podrán entrar a la convención, estar en el panel de preguntas con derecho a tres y de igual forma un meet and greet que...

Arisu comenzó a temblar casi inmediatamente. Chota miró a Karube de reojo, pero su vista estaba en el más bajo.

—¡Sácalo! —dijo Karube—, explotarás si no lo haces.

Y Alice gritó tan fuerte que quizá despertó a los vagabundos que habían estado buscando basura en la puerta trasera de bar hacía un par de horas.

—¡Iré, podré conocerla! —se levantó tan entusiasmado que hubiera caído de no ser porque Karube lo sostuvo. Arisu se colgó del cuello de su amigo en un efusivo abrazo, que después pasó a Chota—. ¡Dios, la conoceré!

—Felicidades, supongo...—Karube le palmeó el hombro con una media sonrisa de lado—. ¿Cuándo son esos juegos que dices?

—En una semana...

[...]