One Shots|| 𝙰𝚕𝚒𝚌𝚎 𝙸𝚗 𝙱𝚘𝚛𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍 [ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ]

Chishiya

Alex estaba sola en el medio del campo, rodeada de girasoles que se extendían tan lejos como podía ver. La belleza de las flores amarillas la dejó sin aliento, y por un momento se olvidó de que estaba en medio del peligroso juego de supervivencia de Borderland.

De repente, escuchó pasos detrás de ella y se dio vuelta para enfrentar a su próxima víctima, pero se encontró simplemente con su novio, Chishiya.

—¡Qué susto me has dado! —exclamó Alex, todavía temblando de la sorpresa—. ¿Qué haces aquí?

—Me he dado cuenta de que te habías ido sin avisar —respondió Chishiya con una sonrisa—. Y me pareció que te había llevado el campo de girasoles.

Alex rió, aliviada de tener a alguien con quien compartir ese momento de belleza.

—No puedo creer lo hermoso que es todo esto —dijo Alex, mirando a su alrededor—. Es como si el mundo estuviera en paz por un momento.

Chishiya asintió, admirando el paisaje junto a ella.

—Sí, es como si nada malo pudiera pasar aquí.

Durante unos minutos, Alex y Chishiya se quedaron en silencio, admirando la belleza de los girasoles. Pero pronto, Alex se giró hacia él con una sonrisa.

—¿Sabes qué? Esto me recuerda a algo.

Chishiya la miró, confundido.

—¿A qué te refieres?

—A una canción que solía cantar mi madre —explicó Alex, cerrando los ojos mientras recordaba la letra—. Decía algo así como "en un campo de girasoles, encontré a alguien que me hizo feliz".

Chishiya sonrió, comprendiendo lo que ella quería decir.

—Eso es hermoso —dijo él, tomándole la mano—. Pero creo que ya has encontrado a alguien que te hace feliz.

Alex sonrió, sintiendo el calor de su mano en la suya.

—Sí, lo he encontrado. Y me siento tan agradecida por ello.

Chishiya la acercó a él y la abrazó con fuerza.

—Yo también me siento agradecido por tenerte a mi lado, Alex.

Ella lo miró a los ojos y supo que no necesitaba más palabras. Los dos sabían lo que sentían el uno por el otro.

De repente, un ruido los interrumpió y Chishiya se giró para ver a un grupo de jugadores que se acercaban.

—Tenemos que irnos —dijo él, sin soltar a Alex—. Pero antes, quiero que sepas algo.

Alex lo miró con curiosidad.

—¿Qué es?

Chishiya sonrió y señaló los girasoles a su alrededor.

—Estos girasoles siempre te recordarán lo mucho que te quiero, Alex.

Ella lo besó suavemente y juntos corrieron hacia su próximo desafío, con el recuerdo de los girasoles y su amor en sus corazones.