Niragi

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[Pedido de: Chaaotic_mess]

Soft

—Si solo te les quedas mirando, no van a resolverse solas.

Alex levantó la mirada solo para encontrarse con los ojos avellana de su amigo Niragi escudriñando su rostro; tenía unas flores de cerezo entre las manos y otras descansando sobre su cabeza, producto del árbol que estaba encima de la mesa del parque donde habían decidido llevar a cabo su cita de estudios.

Alex odiaba las matemáticas, por más que intentaba entenderlas en su cabeza no tenían un absoluto sentido. Los números se le atiborraban en la mente y tomaban un lugar sin retorno, y por eso solo un milagro podía salvarla en el periodo de exámenes.

El milagro era Niragi, quien amaba las matemáticas y a Alex, aunque no en ese orden específico.

—Lo detesto—se quejó cerrando el libro y juntando las manos encima de la mesa—, no entiendo nada. Es imposible, lo siento por hacerte perder el tiempo.

Niragi sonrió y negó levemente.

—Nunca pierdo el tiempo cuando se trata de ti—mencionó dejando las flores encima de la oreja izquierda de Alex—, solo no son tu fuerte, pero si volvemos a intentar...

—Estoy muy frustrada—se negó la joven agachando la cabeza—, ni con toda la ayuda del mundo pasaré la prueba, me castigarán y entonces...

El chico tomó ambas manos de la joven dando un apretón fuerte en ellas.

—Vas a lograrlo—dijo—, siempre te estoy cuidando la espalda, mira.

Abrió el libro y con una caligrafía magistral escribió el nombre de la chica. La letra era idéntica a la de ella, luego resolvió las ecuaciones y problemas, transformando los números en los que Alex escribía, con la exacta forma que les daba.

—Si el plan A no funcionaba, llevo meses perfeccionando esto—dijo sonriendo levemente—, solo dame quince minutos y cambiamos pruebas, mientras tanto intenta resolverlo y me das una señal.

Alex se levantó casi inmediatamente, rodeó la mesa y le dio un abrazo fuerte a su amigo, escondiendo su cara contra su pecho. Niragi no reaccionó al principio, pero cuando entendió perfectamente, sus brazos pasaron por la espalda de Alex, y su barbilla se posó en su cabeza.

El cabello de Alex olía a cerezas, a Niragi le gustaba aquel olor.

—Eres increíble—dijo Alex—, te adoro, de verdad significa mucho para mí.

—Cualquier cosa—mencionó él—, haría cualquier cosa por ti.

—Te besaría, pero eso sería extraño—le dijo, y la mirada de Niragi decayó un poco.

Alex no lo sabía, y no la culpaba. Después de todo, ella era muy bonita, era una atleta innata y muy popular en la escuela, pero desde el primer instante en que Niragi se atravesó en su vida, jamás lo juzgo. Lo llamó de todas las formas posibles para que se integrara a su grupo, y cuando se dio cuenta de que aquello no era posible porque las personas con las que se relacionaba le detestaban, prefirió cortar lazos con ellos.

Las burlas a Niragi se detuvieron porque ella lo había pedido, y él le agradeció de mil y un formas.

Aquel examen era lo mínimo que podía hacer por su Alex.

Y ocurrió, durante el examen el incesante sonido del reloj taladraba la mente de Alex, pero Niragi a su lado lucía tranquilo mientras resolvía el examen casi con los ojos cerrados, escribiendo en una perfecta caligrafía y ocasionalmente borrando algunos resultados y luego haciéndolos nuevamente para que aquella hoja quedara más creíble. Incluso tuvo la idea de dejar un ejercicio sin resolver y en su lugar garabatear un poco.

El profesor pasaba al lado de su mesa cuando Niragi dejó caer su bolígrafo; en un rápido movimiento de su parte cambió la prueba con la de Alex, le sonrió al profesor cuando este le tendió la pluma y volvió a su examen a únicamente colocar los resultados, sin el excesivo procedimiento que se le solicitaba al resto de la clase.

Entregaron sus exámenes a los 10 minutos, después el profesor se tomó el tiempo pertinente para calificarlos. Bajo la mesa, Alex le tomó la mano a Niragi, estaba muy nerviosa por saber los resultados o si se meterían en problemas por su pequeña artimaña.

Uno a uno, con la peor nota fueron saliendo los jóvenes, algunos algo cabizbajos o rezongando por haberlo hecho pésimo, otros tanto festejaban cuando la línea cortó entre los que habían acreditado la prueba, y Alex respiró tranquila.

Los lugares por encima del 9 comenzaron, y Niragi se extrañó de no escuchar el nombre de la joven. Se puso nervioso de pronto cuando solo quedaban ambos en la sala. Los habían descubierto, no hubo duda alguna en su mente.

—Alex—le llamó el profesor—, le debe estar sumamente agradecida a su compañero. Nueve punto dos, jamás había rebasado del seis anteriormente. Niragi, tienes un diez nuevamente.

—¡Dios! —dijo Alex levantándose sin mayor cuidando y sembrándole un beso en la mejilla al joven para después tomar la prueba y salir corriendo del salón—, ¡Gracias, gracias!, ¡te veo en los casilleros!

Niragi sonrió una vez que ella abandonó el salón y comenzó a recoger sus cosas. El profesor se levantó y rodeo el aula hasta encontrarse frente a él y extenderle la prueba con su intacto diez, él le agradeció y estaba dispuesto a irse hasta que el mayor colocó una mano en su hombro.

—Invítala a salir—le recomendó—, creo que es un buen momento, vamos. Haz que las dos semanas de detención valgan la pena.

A Niragi se le cayó la cara de la vergüenza, los ojos completamente abiertos lo delataron cuando comenzó a balbucear y luego el profesor sonrió de lado.

—Por favor, los dibujos fueron un buen detalle, pero ella ni siquiera tocó su lápiz durante todo el tiempo—mencionó, y él pareció querer excusarse—. Eres un buen chico, Niragi, solo no vuelvas a hacerlo.

Él volvió a mencionar un centenar de veces que lo sentía, pero el hombre le interrumpió nuevamente dándole una palmadita en la espalda y diciéndole que si no abandonaba el aula lo pensaría y cancelaría la prueba.

Niragi salió y se dirigió al filo de las escaleras, Alex lo miró y corrió hacia él para darle un gran abrazo, Niragi sonrió y la atrapó en el aire, ella volvió a dejar un beso en su mejilla.

—¡Mi héroe! —declaró una vez que sus pies volvieron a tocar el suelo—, te debo algo, lo que sea. Vamos a comer, yo invito.

Y tomó su mano para dirigirse a la salida, pero él no se movió. Alex lo miró con desconfianza, y él tomó una bocanada de aire fuerte, agarrando valor.

—En realidad, me gustaría ser yo quien te invitase a almorzar.

—Niragi, no puedes, no es justo. Haz hecho tanto por mí que me toca, te lo debo, vamos. No seas terco.

—Alex—le detuvo—, quiero invitarte a almorzar, al cine o a donde sea que quieras ir, pero no quiero hacerlo como amigos.

Alex se encontraba tan sorprendida como emocionada, pronto su cara cambió a una sonrisa.

—¿Me estás invitando a una cita? —preguntó, y aunque no fue su intención, aquello hizo sentir un poco inseguro a Niragi—. Creo que le debo una recomendación a la revista Teen, en verdad.

Él la miró sin comprender.

—He estado como dos meses siguiendo todas las instrucciones de su sección, "¿en verdad le gustas?" —confesó sin ningún tapujo—, pensé que era imposible o que no te gustaba, incluso cuando incrementé el contacto físico, nada parecía funcionar.

—¿Qué? —preguntó él.

—Me gustas, Niragi—dijo Alex—, y llevo intentando hacértelo saber desde tu cumpleaños.

Él se rio por lo estúpido que se sentía en ese momento por no haberse dado cuenta, pero aquello cambió cuando sintió los delicados labios de Alex dándole un corto beso que no tuvo oportunidad de responder.

—Lo siento, ¿fue muy pronto? —preguntó ella—, es que llevo tanto tiempo esperando que...

Pero ahora ella fue la interrumpida. Niragi había callado su hablar con un tierno beso que ella no tardó en seguir.

Se amaban, y así estaba destinado a ser.

One Shots|| 𝙰𝚕𝚒𝚌𝚎 𝙸𝚗 𝙱𝚘𝚛𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍 [ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora