One Shots|| 𝙰𝚕𝚒𝚌𝚎 𝙸𝚗 𝙱𝚘𝚛𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍 [ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ]

𝓐𝓻𝓲𝓼𝓾

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Pedido para: vlsphte

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—¿Por qué tú novio pasa más tiempo con ella que contigo?

Esa inocente pregunta hecha ya hace unos días por Ann ahora resonaba en la cabeza de Valentina día y noche. Se vio desarmada ante no saber la respuesta, e intimidada por la belleza de Usagi, con quien su novio vivía pegado. Quizá Arisu no se daba cuenta, pero ahora que a la japonesa le habían abierto los ojos, solo miraba las señales que ese par se daban, el cómo los ojos de Arisu poco a poco volvían a tener el brillo que perdieron cuando Chota y Karube fueron asesinados en el juego de corazones.

Le dolía no ser la causa de la recuperación de su novio, pero no quería ser egoísta como para hacerle un drama de la nada. Suficientes problemas tenían ya él como para tener que lidiar con los celos de su novia.

Pero se cansó, porque todo tiene un límite. Esa noche se dirigió hacia la habitación de Alice, que no quedaba muy lejos de la suya. Habían decidido dormir separados porque así resultaría más sencillo abarcar más terreno para la investigación que llevaban entre manos. Había algo extraño, una pequeña melodía resonando en el pasillo, de esas viejas que probablemente los padres de todos los jugadores escuchaban cuando eran jóvenes.

La puerta del cuarto de su novio estaba entre abierta, y no le fue difícil a Valentina determinar que la música provenía de un viejo radio de baterías que estaba dentro de esa habitación.

Quiso tocar la puerta, pero la curiosidad le ganó y miró a través del umbral, deseando después no haberlo hecho.

«Me dijo que me amaba y que no la amaba a ella. » Los ojos de Valentina se llenaron de lágrimas y se mordió el labio aguantando un sollozo. Arisu y Usagi bailaban apenas meciendo sus cuerpos, las manos de su novio estaban en las caderas de la chica, quien recostaba la cabeza en su hombro y descansaba los brazos por detrás del cuello de Arisu. Estaban tan inmiscuidos en ese momento que no la notaron, aún después, cuando el japonés le susurró algo en el oído, y ella se sonrojó.

«Si en verdad me amas no lo hagas. Por favor, si todavía me amas, no lo hagas. » susurró para sí misma, pero el universo no la escuchó. Arisu y Usagi se besaron, un beso tierno, de esos que antes él le daba a ella. Valentina miró con el alma destrozada el brillo en los ojos de ambos.

No tenía fuerzas para confrontarnos, en realidad, no podía culparlos. Dicen que amar es también dejar ir, y él necesitaba sanar, aún si no fuera ella quien debía ayudarlo en el proceso. Cerró la puerta lentamente, con todo el dolor de su corazón, procurando no romper el íntimo momento que se vivía dentro, y avanzó por los pasillos hasta derrumbarse en su cama y llorar desconsoladamente.

Si bien, estaba expresando la mayor prueba de amor que podía para Arisu, también necesitaba sanar ella misma por dentro. Tomó las pocas cosas con las que había llegado a ese nuevo Tokio y partió por la puerta de enfrente, no quería seguir ahí, mirando todos los días al chico que amaba con alguien más.

Pero La Playa no perdona traidores. Un tiro en la cabeza antes de siquiera haber caminado los 50 metros acabó con la vida de Valentina antes de que su nueva aventura iniciara. Le arrebató la vida en segundos, marcando finalmente la última pérdida del antiguo Tokio con la que tendría que vivir Arisu.