This love ❑ Pedri González. ✓

III

Capítulo tres
-Dos lunitas-
Barcelona 17:00

Ha pasado una semana desde la inauguración de la empresa. Ori y yo empezamos a trabajar exactamente en dos semanas. Según nos ha comentado el señor Hernández, se está encargando de darnos unas instalaciones en condiciones y por eso el tiempo de espera.

Y hoy es viernes y sí, estamos a 4 de octubre, el cumpleaños de Ori, y para eso mismo me estoy preparando.

-Otra, otra noche, otra. Cuéntale, cuéntale.- canto yo al son de Don Omar mientras me termino de perfeccionar la ralla del ojo.

Llevo un vestido simple negro, muy, muy corto. Hace resaltar mi pelo, que lo tengo ondulado esta vez, me ha apetecido.

Mis labios están pintados con un rojo mate que me combina con la melena. Joder, que puto pibon.

Cojo mi bolso negro y salgo de la casa, asegurándome de tener todo.

Me subo a mi coche y empiezo a replantearme muchas cosas. Un año, ha pasado un año desde que mi vida cambió por completo en ese cumpleaños. Joder, hacía ya un año que conocía a Pedri y mira en las circunstancias en las que nos encontramos. Le odio y él… No sé ni qué coño tiene conmigo.

Aparco el coche en nuestra discoteca de confianza y sonrío. En el fondo me da muchísima nostalgia, pero a su vez felicidad. Gracias a un día como hoy hace un año, ahora soy quien soy ahora, rodeada de buena gente.

Camino hasta el reservado porque he llegado un poco tarde y ellos ya están dentro esperándome.

Al llegar veo como una Ori está siendo abrazada por Ari y Aitana. En los sillones de encuentran Ansu, Balde, Gavi, Eric, Ferran, Jasper y, como no, Pedri.

Marc y Xavier se han ido de viaje a Italia, por eso no están aquí, dando por culo como siempre.

-¡Sara!- me sonríe Ori y yo corro a abrazarla muy fuerte. Cómo quiero a esta chica dios.

Al abrazo se unen Ari y Aitana, cosa que me hace sonreír el doble. Cuando nos separamos voy saludando de dos besos a todos, pero me quedo algo parada cuando llego a Jasper.

Está con los ojos abiertos como platos, mirándome de arriba a abajo. Vale, se me olvidaba que no sabía de mi cambio de look.

Al final me armo yo de valor y le saludo de dos besos por educación, pero no me paro a mirarlo. Cuando llego a dónde está Pedri este ni me mira. ¿Ah sí? Pues vale. Me encojo de hombros en su cara y camino hasta donde están las chicas, la barra.

-¡Ronda de chupitos!- grita Ari y ahí se que esta noche va a estar muy buena.

(...)

Bailo al son de un rubio que me coge por las caderas. Está muy bueno, me suena de algo, pero ahora mismo no sé de qué. Bailamos con la canción de "Cúrame" y sí, no sé qué va a pasar con este chico, pero quieta no me quedaré.

-Tu no eres ella pero te deseo.- canto yo, cuanta razón.

Me giro a mirarlo a los ojos y le sonrío. Él se arma de valentía y me comienza a besar de una manera necesitada. Coloca sus manos en mi trasero y me pega lo suficientemente a él como para saber que está excitado.

Abro los ojos sin separarme del beso y miro a mí alrededor, me siento observada. Mis dudas se van cuando, a un par de metros de nosotros se encuentra Pedri en la misma situación que yo con una chica. Pero espera, ¿No era que estaba enamoradísimo de su novia?

Él y yo hacemos contacto visual mientras que nos besamos con personas distintas. El hambre de besar al chico aumenta y eso hago, subiendo el nivel del beso, sin apartar mi vista del que admito que es el amor de mi vida. Porque quizás esas ganas no sean más que las ganas comprimidas que le tengo a él.