Extra IV

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Extra IV
Barcelona 06:05
Ori

Me levanto sobresaltada de la cama cuando escucho el timbre, y automáticamente sé que algo pasa por dos cosas: son las seis de la mañana y puedo llegar a escuchar un sollozo fuerte en la puerta.

Tengo un trauma con este tipo de cosas desde que era pequeña, puesto a que la noticia de mis padres surgió así. Una mañana de agosto, a las cinco menos diez, cuando tenía diez años, escuché el timbre del apartamento en el que vivíamos en Brazil, lugar de nacimiento de mi madre. Justo habían discutido horas antes y mi padre había desaparecido de casa. Cuando mi madre abrió la puerta, la recibió un puñetazo en el ojo, seguido de gritos y más golpes, golpes que yo presencié. Cuando Jasper los escuchó, no dudó en correr a golpearle. Un niño de doce años golpeando al abusivo de su padre. Hasta muy bien de la cabeza salió.

Luego de eso, la policía intervino por las demandas de los vecinos. Mis padres se divorciaron y mi progenitor acabó en la cárcel durante cinco años. Desde entonces, no he vuelto a saber de él. Mi madre se casó con el que considero de verdad mi padre y vivimos perfectamente en Barcelona, mi ciudad de nacimiento.

Me levanto rápidamente, poniéndome mis sandalias de color rosa. Corro por los pasillos hasta llegar a la puerta y me recibe una Sara, completamente roja y con el rostro lleno de lágrimas. Nada más verme, se tira a mis brazos hasta que siento como le fallan las piernas y me la llevo hasta mi cuarto.

-Joder, ¿Qué pasa?- pregunto, impaciente ante la falta de respuesta.- Sara, háblame, por favor.- Tengo un nudo en el pecho que no se va.

La siento en mi cama y le limpio las lágrimas con un pañuelo. Obligándola a respirar conmigo, haciendo movimientos con las manos para que siga mis respiraciones. Cuando se calma, me percato que lleva algo en su mano, pero lo oculta tanto que no puedo llegar a saber que es.

-Emmm…- intenta hablar con la voz rota pero un poco más relajada que antes.- Ori, estoy embarazada.- y justo ahí, me muestra una prueba de embarazo positiva que me deja con el corazón en el piso.

(...)

SARA, DOS DÍAS DESPUÉS

Ha pasado un año desde el accidente, un año desde el día que, mientras volaba por los aires, sólo le pedía a lo que sea que esté allá arriba que cuide a Pedri. Yo me vi muerta, pero logré sobrevivir.

Los chicos han ganado la liga y la copa del rey pasada, pero caímos en semifinales de Champions contra el Manchester City. Sin embargo, esta vez hemos llegado a la final, que se disputará en una semana.

Y sí, Holi, voy a ser mamá. ¿Que si Pedri lo sabe? No, voy a contárselo hoy. Puede ser que se moleste por no habérselo dicho antes, pero quiero que sea especial, bonito, no llorando por no saber qué hacer. Porque sí, al principio lo dudé, pero tengo veintidós años y me veo completamente capacitada para ser madre. Tengo estabilidad económica, mental y una muy buena relación con su padre. Así que, ¿Por qué no?

Me aliso mi vestido blanco con flores rojas y me miro en el espejo. Me he cortado un poco el pelo, haciendo que ahora me llegue un poco más abajo de los hombros y en mi color natural, adiós rojo. Tengo la habitación llena de globos rojos y una cajita con varias cositas para poder decírselo. Está colocada encima de la cama y con varios pétalos de rosa sobre la habitación. Cómo no soy muy buena decorando, he hecho lo mejor que pude con ayuda de Valen, Ori y Sira, las cuales se enteraron esa misma mañana que llegué a casa de Ori empapada en lágrimas.

Escucho la puerta abrirse y me tenso, volviéndome a mirar al espejo.

-¿Lunita? ¿Amor? ¿Estás aquí?- lo escucho gritar y hago un puchero porque siempre me muero de ternura cuando me llama así.

-¡En el cuarto!- lo llamo.

Cuando entra abre los ojos por completo y suelta las cosas de entreno en la cómoda. Tiene el pelo revuelto y los ojitos cansados, se está esforzando muchísimo por la champions, cuidando al cien por cien la alimentación y ejercitándose correctamente.

-¿Qué es todo esto amor?- Se acerca a mí para cogerme de la cintura y darme un beso más bien largo en los labios. Al separarse, nos sienta en la cama conmigo encima y me mira esperando la respuesta.

-Te tengo una sorpresita.- le acaricio el pelo y él inevitablemente cierra los ojos y se recuesta en mi hombro, soltando un suspiro. La verdad me preocupa exageradamente el hecho de que no haya descansado nada.- Venga, ábrelo.- le doy la caja temblando pero con seguridad. Sé que me quiere, y aunque no sé si quiera ser padre, sé que no va a reaccionar de manera agresiva ni mucho menos.

Lo primero que saca de la caja -Sigue conmigo encima- es unas pequeñas botas de fútbol de color rosa y negro, igual que las suyas pero en mini. Sonrío al recordar el detalle de que en una de sus botas tiene escrito "Familia🇮🇨" , pero en la otra tiene un "Lunita" y justo debajo un "04/10/22", día en que nos conocimos.

Saca una pequeña camisa del Barça de la primera equipación y, al girarla, se puede leer un 8 y un "papá" justo encima. Veo como se tensa e intenta hablar pero yo le pongo un dedo en los labios y le indico que siga sacando de la caja.

Por último, ya con las manos temblando, saca la prueba de embarazo. Se queda serio, en shock, mirándola. Cuando ya pasan los cinco minutos me empiezo a agobiar, pero de un momento a otro siento su mano acariciando mi vientre y me percato de que su mirada ha pasado del objeto a mi barriga. Lo miro con algo de temor y, con la mano temblando, le indico que me mire poniéndola en su mejilla.

-Si tu no quieres no…- frunce el ceño cortándome directamente.

-¿Tú estás loca? ¡Claro que quiero! Es nuestro hijo, joder, te amo.- sigue sin creerlo cuando pone ambas manos sobre mis mejillas y me planta un beso, dejándome sobre la cama y con cuidado de no escacharme.

Va bajando los besos hasta que me levanta el vestido, dejando libre mi vientre adornado con un piercing azul cielo que me supongo que tendré que quitar cuando mi barriga empiece a crecer.

-Prometo ser suficiente para ti.- le habla al bebé y automáticamente se me llenan los ojos de lágrimas. Siento pequeños besos en mi vientre y mi corazón se calienta, quitando cualquier miedo.

(...)

Grito llorando cuando Pedri mete un gol en la final de Champions, dejándonos a 3-0 del Bayern Munich. El equipo alemán ha pegado un bajón terrible desde que en el mercado de verano Musiala se marchó al Madrid.

Mi novio corre hasta la cámara con el balón y se lo pone debajo de la camisa, simulando una barriga. El estadio estalla en pitidos y gritos coreando su nombre. Gavi, el cual no sabía nada, salta encima de él llorando como un bebé. Cuando se separan, el sevillano me mira y me lanza un beso, dejando las lágrimas a un lado.

El partido finaliza y yo brinco cualquier grada, bajando corriendo hasta el campo. Cuando llego, el primero al que veo es a Pedri, al cual abrazo, saltando encima suya mientras escucho sus llantos de felicidad.

-Es nuestra amor, lo sabía, lo sabía.- le repito emocionada.

-SARA PÉREZ, SERÉ TÍO.- Gavi me quita de encima de Pedri y me abraza alzándome por los aires.

Todo el mundo comienza a celebrar y se hace la celebración como se debe, hasta que Leo Messi lleva la copa en las manos, caminando hasta el resto de la plantilla para levantarla.

Somos campeones de Champions y ahora el mundo sabe que Pedri será padre. ¿Y yo? Yo soy muy feliz, más de lo que me imaginaba.

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He sido la persona más feliz escribiendo esto.

¿Están viendo el Barça - Girona?

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

This love ❑ Pedri González. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora