Sara Pérez, la joven empresaria, vuelve a Barcelona para inaugurar su nuevo proyecto. Pero allí se encontrará con aquella persona que no quería ver, pero sintiendo lo mismo que cuando lo vio por primera vez. ¿Conseguirá él volver a ganarse su amor...
-Joder, que puta mierda.- se queja Ori poniendo su frente sobre el volante una vez aparcamos fuera de la empresa.
-Solo se nos ocurre a nosotras salir teniendo que ir a trabajar el día siguiente Oriana, esto me mata.- intento no frotarme los ojos para no arruinarme el maquillaje.
Nos bajamos del coche y me aseguro de que mi falda beige esté bien planchada. Me coloco bien la chaqueta negra antes de colgarme el bolso y tomar mi café con la otra mano.
Camino hasta mi oficina pero antes de llegar me para una chica pelirroja de ojos verdes. Es bastante linda y transmite buenas vibras.
-¡Hola! Sara, ¿Cierto?- yo asiento con una sonrisa.- Encantada, soy Valentina, la directora de marketing.-
-Bueno, yo soy Sara, directora ejecutiva.- abro mi oficina y entro, dejando mi bolso y mi café en la mesa.- pasa si quieres.-
-Oh sí...- veo como pasa tímidamente, con las manos juntas delante suya.
-¿Qué querías?- me giro a mirarla mientras me apoyo en la mesa con los brazos cruzados.
-Bueno, me han comunicado un cambio de financiación de la empresa. Hay un empresario muy interesado y el señor Hernández no está muy convencido. Me han encargado que hable con usted y con la señorita Oriana para hablar de su opinión.- me explica y yo asiento.
La verdad es que librarme del padre de Andrea no es una mala opción, pero también me asusta el no saber aún la identidad de este supuesto inversor. ¿Quién coño será?
-Hombre, principalmente me gustaría saber quién es el inversor, y si eso no es posible, más que sea sus características en el ámbito laboral.- le explico.
-Por lo que me han informado es un empresario muy importante, con buen caché y muy buena mano en los negocios. No han querido darme muchos más detalles.- hace una pequeña mueca. Yo enciendo mi móvil porque me llega una notificación de Ari y la chica abre los ojos.- ¿Ese es Gavi? Perdón, sin querer he mirado tu fondo de pantalla, no debí haberlo hecho.- baja la cabeza y me río levemente.
-Tranquila, es normal, a veces pasa. Y sí, es Pablo Gavi, mi mejor amigo.- vuelvo a encender el móvil y le enseño la foto. Somos Gavi y yo en una piscina de Barcelona un par de días antes de irme, salimos riéndonos y él abrazándome mientras me da un medio beso en la cabeza que se mezcla con su risa.
-Oh, wow, no sabía que tenías relación con él.- se pone roja como un tomate.
-Uuuuu, a ti te gusta mi amigo, ¿No?- entrecierro los ojos de manera divertida.
-No no, bueno... Es solo el típico Crush famoso imposible que tenemos todas.- baja la cabeza.
-Te entiendo, no pasa nada.- le guiño un ojo.- tienes más o menos mi edad, ¿No?-
-Sí, tengo 20 años recién cumplidos.-
-Pues fíjate, me has caído bien, tengo que trabajar y demás, pero si quieres podemos tomar algo después, incluyendo a Ori obviamente.-
-¡Vale! Me parece un buen plan.- sonríe abiertamente, resaltando sus ojos.
-Nos vemos después entonces.- le sonrío y ella repite la acción antes de salir de la oficina.
(...)
Termino mi jornada de trabajo loca de la cabeza. Se notan las pocas horas que he dormido, pero eso no ha evitado que trabaje a cien por cien. La empresa va viento en popa, es una de las más trending en Barcelona ahora mismo, y estamos en trámites para expandirla por toda España.
Frunzo el ceño cuando me llega una notificación. Enciendo y veo que es una foto que me ha enviado Gavi, ¿Qué estará haciendo este ahora?
Team🤍
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adivina quiénes te están esperando Lunita. Pd: soy tu futuro esposo.
¿Vinnie Hacker?
Muy graciosa mi amor, muy graciosa😒
Ya bajo pesaos.
-¿Nos vamos?- Ori entra a mi oficina y yo asiento terminando de recoger todo.
-¿Cómo te fue?-
-Bien, pero estoy un poco cansada. ¿Y tú?-
-Bien también, pero jamás vuelvo a salir de fiesta un día antes de trabajar.- salimos del edificio y me encuentro un Pedri y un Gavi esperándonos.
Saludo a mi mejor amigo con un gran abrazo para después abrazar igual a Pedri, quizá tardando un poco más de lo que debería.
-Ay mierda, espera.- cojo mi móvil y le marco a Valentina. Me ha dado su número antes mismo, así que no deberá de estar muy lejos. Al tercer tono me lo coge.- Hola corazón, ¿Te vienes a mi casa?-
-Vale, pásame la ubi.-
-Hecho.- le cuelgo y mis dos chicos me miran extrañada.- Hoy van a hacer una nueva amiga.- les guiño un ojo para luego subirme al coche.
El camino a casa es bastante animado, ponemos música y bailamos. Ori va sola en su coche porque no quería dejarlo en el trabajo. Iba a ir con ella pero ciertos chicos celosos me han chantajeado, me han prometido una gran caja de chocolates y una ante eso no se puede negar.
Llegamos a mi apartamento todos al mismo tiempo, incluso Valentina, que baja de su coche mirando al móvil.
-¿Quién es?- me susurra Gavi a mi lado mientras la mira fijamente. Ya le ha echado el ojo.
-Ah no Gavira, es mi amiga, con ella ni mierdas, ya tengo bastante con no poder ni nombrarte delante de Ariatna.-
Él levanta los brazos en señal de rendición, pero no puede contestarme porque Valentina llega a dónde estamos nosotros, fuera del edificio.
-Hola Valen.- le sonrío abiertamente y ella por fin levanta la mirada, quedándose de piedra a ver a mis guapos acompañantes.- Ellos son Gavi y Pedri, chicos, ella es Valentina.-
-Encantado.- mi chico bueno le tiende la mano y ella se la acepta, roja como un tomate.
-Igualmente.- habla bajito, le da muchísima vergüenza y se nota.
-Encantado, soy Gavi.- mi amigo le tiende la mano con su característica sonrisa socarrona y ella se la da, repitiendo lo mismo que con el canario, pero esta vez es distinto.
Se miran como si les llamara la atención el otro, se miran con ganas, y eso no me gusta. Se perfectamente que Ari ha seguido con su vida, se tira al que quiere, y está en todo su derecho, al igual que él, pero no quiero volver a tener que abrazar a mi mejor amigo porque esté llorando por amor. No digo que ella sea mala, pero...
Gavi, te quiero demasiado como para dejarte caer así otra vez.
