XXIX

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Capítulo veintinueve
-Equivocación-
Barcelona 05:00

Me despierto respirando aceleradamente, con lágrimas en los ojos y una mano en el corazón. He soñado con el día en que Pedri me hizo eso por el ruido del timbre constantemente en la puerta. Al principio cuando lo escuché pensé que era parte de la pesadilla, pero ahora que estoy despierta sé que es real.

Automáticamente me asusto de sobremanera, empezando a temblar. No por favor, otra vez no. Siempre que escucho un timbre me pongo más nerviosa de lo normal, y si de por sí lo escucho en la madrugada puedes dar por hecho que bien no estoy.

Me giro apresuradamente a mirar a mi lado y me relajo notoriamente al observar que Pedri sigue aquí, a mi lado, durmiendo como un angelito, con un pequeño puchero en sus labios. Vale, si no es por él, ¿Qué coño es?

Me levanto lentamente poniéndome mis cholas de levantar y camino con precaución hacia la puerta. ¿Lo malo? No tengo mirilla para ver quién es.

Cuando abro la puerta, mi sorpresa es tal al encontrarme a mí mejor amigo, Ori, Valentina y... ¿Xavi? Mi cara se vuelve roja como un tomate y jalo de la camisa de Pedri hacia abajo lo más que puedo. Es todo un espectáculo, el mayor tiene una cara seria, sus brazos cruzados pero me mira de manera amigable, aunque enfadado con algo. Mi mejor amigo tiene una sonrisita en la cara, como si está situación le gustara, al igual que la pelinegra. Sin embargo, Valen está pálida y con los ojos muy abiertos. Vale, confirmo que algo pasa.

-Emmm, ¿Buenos días?- digo, poniéndome el pelo por detrás de las orejas, cada vez con las mejillas más sonrojadas.

-Buenos días, señorita Sara, soy Xavi y me gustaría hablar con Pedri. ¿Está aquí, no?- yo asiento y les permito pasar a cada uno. Antes de que entre, le pregunto con la mirada a mi mejor amigo "¿Qué pasa?" Y él se limita a encogerse de hombros.- Sara, ¿Puedes levantarlo?- Xavi se gira hacia mí y yo asiento, ya un poco más segura.

-¿Quieren algo de tomar?- los invito y le indico a Gavi que ponga la cafetera en lo que yo despierto a mí ¿Amigo?, cuando el mayor de ellos asiente.

En cuanto entro a la habitación me tumbo a su lado y le abrazo de manera tierna, rozando la punta de mi nariz con la suya. Nunca me ha gustado despertar a nadie de forma brusca, mucho menos a él. He visto que, en lo que lleva durmiendo conmigo, ha dormido bastante más y ya no tiene tantas ojeras.

-Amor, tienes que despertar.- le doy varios besitos en la mejilla hasta que veo que abre sus ojitos levemente.

-Lunita, amor mío, es muy temprano. Ven, vamos a seguir durmiendo.- me abraza por la cintura y me pega a él posesivamente, a lo que yo río.

-Tenemos visita, chico bueno.- le informo y él abre los ojos mientras frunce el ceño.

-¿Quién?- ya está completamente despierto pero sigue abrazado a mí, sin intenciones de moverse.

-Pues... Tú míster está afuera.- abre los ojos como platos y se levanta de manera rápida. Veo cómo va a salir de la habitación y lo llamo.- Tss, tú, que estás en ropa interior eh.-

-Muchas gracias Lunita.- suelta una risa y se pone los pantalones de pijama de cuadros. Yo le sigo, levantándome y poniéndome unos pantalones cortos para después salir de la habitación.

-¿Qué pasa?- pregunta Pedri nada más salir.

-Buenos días, chavalín.- habla Xavi soltando una risita.- Ya decía yo que porqué no me rendías a veces en los entrenamientos.- el ya nombrado se pone rojo como un tomate y yo acompaño a el mayor soltando una risa.

This love ❑ Pedri González. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora