A la mañana siguiente Alec se levantó para ir a trabajar, aún no creía lo que había pasado el día anterior, estaba feliz de poder experimentar por primera vez el calor de otra persona, no podía olvidar la suavidad de los labios de Johan, el tamaño de sus manos y su firme agarre en su cintura, cada vez que pensaba en ello se sonrojaba. La mañana pasó rápidamente, esperaba ansioso la llamada de Johan, por un lado tenía miedo de que solo estuviera bromeando y que nunca se contactara con él, pero aún así miraba su celular pensando que en algún momento sonaría, no quería esperar más para volver a besarlo, la sensación de besar y ser besado seguía en su mente, era una sensación completamente nueva que había descubierto y mientras Johan estuviera dispuesto quería seguir haciéndolo hasta que sus labios se derritieran.
...
Johan se despertó tarde ese día, tuvo turno nocturno el día anterior por lo que ni siquiera se molestó en poner alarma, cuando vio el celular se dió cuenta que eran las doce y treinta, recordó que debía llamar a Alec y comenzó a acordarse de lo sucedido, el lindo chico del café, cabello negro, ojos oscuros, de una tes clara, su cuerpo se veía delgado y esbelto, era tan lindo que no pudo apartar su mirada de él mientras bebía su jugo, cuando se dió cuenta de que su turno había acabado, salió rápidamente del café con el pretexto de fumar y se quedó esperando en el callejón a que saliera. Creyó que el tendría experiencia al ver que se sonrojó al darse cuenta de la mirada de Johan, no esperó que ese lindo chico no tuviera siquiera experiencia en besar, eso lo volvió loco por dentro, él era perfecto, cuando le preguntó sobre si podía enseñarle a besar Johan estuvo más que dispuesto, podría jugar sin compromisos y podría moldearlo según sus preferencias, no se dio cuenta de cuánto le había gustado realmente.
...
Alec terminó su turno y subió a su apartamento, cuando estaba a punto de abrir la puerta sonó su celular.
- Diga?
- Ya te olvidaste de mí?- la voz del otro lado del celular hizo que se le pusiera la piel de gallina, lo reconoció en seguida.
- Johan?
- Cómo estás?
- Bien y tú?
- Bien, estás en tu trabajo?
- No, acabo de salir.
- Tienes tiempo? Quiero verte.-
Quedaron de verse a las seis en la plaza cercana al café, Alec comenzó a arreglarse, se vistió con unos jeans negros, una polera blanca y una chaqueta a juego, salió sonriendo y se dirigió a la plaza.
Al llegar vio que Johan se encontraba sentado en una banca, se veía muy guapo, sus rasgos lo hacían destacar de los demás. Cuando se dio cuenta de la presencia de Alec se levantó y caminó hacia él, lo tomó por la cintura y lo besó en la mejilla, las orejas de Alec comenzaron a enrojecerse.
- Hola.- dijo Johan
- Hola.
- Quieres ir al cine? Da la casualidad que tengo dos boletos, si nos apuramos podemos llegar.
- Cine?
- Decepcionado? Hay más cosas que aprender que besarse, si no puedes crear el ambiente no funcionará.
- Ya veo, entonces vamos.
Alec y Johan se pusieron en marcha, Johan tomó la mano de Alec y la puso dentro de su bolsillo, Alec se sorprendió pero no la quitó, caminaron tomados de la mano hasta llegar al cine.
Ya en el cine se sentaron en la parte del fondo, no había mucha gente, solo unas diez personas a parte de ellos.
- No ha venido casi nadie.- dijo Alec.
- Es porque no es una película muy entretenida que digamos.
- Entonces porque compraste boletos para esta?
- Hay más cosas que hacer en un cine que solo ver una película.- respondió Johan con una sonrisa coqueta.
La película comenzó y como dijo Johan no era muy entretenida, se trataba de una chica que quedó atrapada en una cueva y debe sobrevivir, toda la película ocurre en primer plano, se notaba que era de bajo presupuesto.
Alec sintió como Johan posaba la mano en su pierna, se tensó y se volteó para reprocharle, antes de poder decir algo Johan lo besó.
- Te dije que abrieras la boca.- susurró Johan.
- Alguien nos puede ver.
- Nadie se dará cuenta, estamos bastante lejos del resto.
Johan volvió a besarlo, está vez Alec se dejó llevar y respondió su besó, estaba avergonzado y emocionado al mismo tiempo, estuvo esperando todo el día por esto, la sensación de sus labios contra los de Johan era mágica, podría volverse adicto a esto. Johan sujetó su mejilla con su mano y siguió besándolo, la mente de Alec se puso en blanco, ni siquiera se dio cuenta cuando la película finalizó.
- Deberíamos salir ya.- dijo Johan al ver que iniciaban los créditos. Alec tenía la mirada perdida, estaba sonrojado, se sintió triste al pensar que eso sería todo por hoy.
Caminaron hacia la estación, Alec no quería separarse, quería besar a Johan y no soltarlo, en efecto, se había vuelto adicto a sus besos. Johan se percató que Alec no quería que terminara así.
- Quieres ir a mi casa?
- Q... qué!?
- No te haré nada, solo pensé que podríamos seguir practicando mientras vemos otra película.- Alec se sonrojó.- Si dices que no no te obligaré.
- No es eso, solo estoy sorprendido.
- Entonces deberíamos ir? Da la suerte que no trabajo está noche.- Alec asintió avergonzado, aunque se mostraba tímido realmente quería ir con Johan y seguir practicando, sus labios estaban hinchados por los besos dados en el cine, sin embargo eso solo le hacía querer más.
Johan volvió a poner la mano de Alec en su bolsillo y se dirigieron a su casa.
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Lluvia de besos
Teen FictionAlec un dulce chico de veintidós años recién salido del closet, jamás ha tenido novio y mucho menos dado un beso, un día conoce a Johan de veinticuatro años quien se declara a si mismo como bisexual, así que decide pedirle consejos sobre como besar...