—Así que… ¿Ese es Arthit?
El ambiente se volvió tenso mientras Gun analizaba con detalle al gato que colgaba del cuerpo de Kong, observando su cola y sus pequeñas orejas meneándose y revolviéndose entre tanto rizo. No estaba mal, aunque para Gun nunca nadie le ganaría a su cabello rubio y sus ojos azules, pero Arthit tenía toda la madera de ser un material digno para cualquier viejo verde que deseara satisfacer sus necesidades en algún prototipo de Neko Corporation.
Kong bajó a Arthit con mucho cuidado, y aunque Arthit se mantenía sosteniendo la mano del mayor, se acercó sin temor al rubio frente a sus ojos, olfateando cerca de este, con su par de orejas más levantadas de lo normal, analizando el olor del rubio, aunque no, no lo reconoció. Gun hizo lo mismo, solo que menos exagerado, meneó su cola una vez notó que Arthit era casi de su mismo tamaño.
—Hmm. —Gun volteó hacía el pelinegro, que se mantenía igual que Kong, esperando su primer comentario, en lo que Arthit admiraba la cola más esponjosa que la suya meneándose de un lado a otro.— ¿Y la comida, Off? —Kong aclaró su garganta, llamando la atención del rubio y de su pequeño.
— Hay toda la comida que quieras en la cocina, Gun, pero necesitamos que nos hagas un favor.
—Favor por comida, que novedad. —Rodó los ojos el minino, recordando cómo había vivido toda su vida y se cruzó de brazos en una clara muestra de autodefensa, retrocediendo unos pasos, apegando más su cuerpo al de Off. — Te advierto que ya no hago nada sexual, Kong, Off dijo que esas cosas están mal y me siento tranquilo entregándole mi culo solo a él, así que si es algo de eso, no. ¡Off, dile! —Habló infantilmente el pequeño de ojos azules, mientras Off observaba el marco de la puerta, preguntándose si era posible golpearse hasta perder la conciencia. Ojalá algún día Gun aprendiera a hacerle caso a esa estúpida voz de tu cabeza que te dice “No digas eso, suena mal”, sí, ojalá algún día.
—Eh… No es eso. Gun, Off, mejor pasen ¿Si? Ahora les explico todo.♡♡♡♡♡
— ¿QUÉ?
Tanto Kong, como Off y Arthit cerraron los ojos y se encogieron cuando escucharon el fuerte grito del minino, sentado frente a ellos en el sofá individual, mientras Arthit estaba arrodillado a su lado, con sus manos en el brazo del sofá, admirando esas felpudas orejas rubias que meneaba el gato que ahora se inclinaba agresivamente hacia adelante.
—Déjenme ver si comprendo lo que me están diciendo. —Gun gruñó, hasta que observó a Arthit demasiado cerca y soltó una maldición, levantándose del sofá para alejarse del minino. —¡Con un demonio! ¡Arthit, mierda! Ya deja de olerme, puta madre.
— ¡Meooow! —Muy por el contrario de lo que Kong pensaba, de imaginarse a su pequeño corriendo a sus brazos después de semejante grito, Arthit solo se levantó del suelo y le maulló a Gun, captando su atención, logrando que el otro felino meneara las orejas y girara su rostro con totalidad al pequeño de rizos.
— ¿Cómo pretendes que no le grite? ¡Me ha dicho que tengo que cuidar de ti y de dos mocosos! Encima ¿Por qué mierda no sabes hablar? Pareces un bebé más, Arthit.Muy por el contrario de lo que ahora Off y kong se esperaban, Gun estaba calmado o más de lo que ellos podían siquiera creer. El rubio manteniendo una conversación con el pequeño felino a su lado, claramente ambos no se acercaban, continuaban cuidando su espacio mutuo y no tenían ninguna intención de lanzarse sobre el otro, pero era sorprendente la forma como el rubio entendía cada maullido de Arthit.
Los ojos de Kong brillaron emocionados, él sabía que tenía un buen pequeño, pero no al punto de escucharlo, aún sin entenderlo, tratar de calmar a la fiera frente a ellos, o protegiéndolo a él, sí, Arthit estaba protegiendo a Kong y a off de los gritos de Gun.
—Calmados mis huevos, Arthit ¿Cómo quieres que me calme? ¡Estos imbéciles me han traído aquí a base de mentiras! En fin, a ti puedo aguantarte si te amarro a una silla o te encierro en un cuarto, pero dos mocosos ¡Son esos mini humanos que cagan y comen y lloran! No, no lo acepto.
Gun se volvió a tumbar en el sofá, rendido, mientras Arthit se mantenía quieto, incluso llevó su mirada a Kong, esperando que este dijera algo al respecto. Arthit en realidad estaba totalmente excluido del tema, lo único que sabía era que tenían que cuidar a Hyo y Prae, pero no comprendía la razón, Kong y él se podían encargar perfectamente de ambos pequeños, no era la primera vez tampoco.
—Gun, escúchame. —habló Kong, oyendo el claro gruñido del rubio mientras apartaba sus manos de su rostro, al parecer tratando de relajarse y no continuar mandando a la mierda a todos. — No solo te trajimos para que los cuides, eres el único que puede entender a Arthit y al que Arthit puede entender con facilidad, necesito que de alguna forma le expliques que no será para siempre, ya tuvimos problemas antes porque lo dejé solo, y yo… Te lo ruego, solo este día, luego te prometo darte lo que quieras, por favor.
Gun escuchó cada palabra saliente de la boca del ojiazul, llevó su mirada a Off y recibió una sonrisa leve, comprensiva, Off era justo, él no iba a obligar a Gun a que acepte semejante cosa, peor aun cuando por culpa de sus parciales no le estaba prestando la debida atención a su pequeño minino.
El rubio comprendía que si decía que no, Off hablaría con Kong para dejar en claro eso, su última palabra. Luego de ver al ojinegro afirmar con la cabeza, Gun llevó su mirada a Arthit, observándolo caminar lentamente hasta el regazo de Kong, acurrucándose sobre sus piernas, escondiendo su rostro en su cuello, admirando como el mayor rodeaba al pequeño con sus brazos, repartiendo dulces caricias en su costado.
Soltó un largo suspiro, admirando la escena, Kong y Arthit eran muy parecidos a Off y a él, porque a pesar de su mal genio y de sus muchas discusiones, ellos tenían sus fines de semana, cuando se acurrucaban juntos en el sofá a ver las películas de súper héroes que tanto le gustaban a Off. Gun sabía que su favorito era Linterna Verde, y que Off soñaba dibujar como en esos comics de donde hacían las películas, para Gun no era imposible, una vez había descubierto un cuaderno de bocetos de Off, con muchos dibujos de él en caricaturas, a Gun le gustó
verse en aquellas imágenes, pero más aún le agradó ser lo principal dibujado en aquel cuaderno.
Él no tenía razón para odiar a Arthit. De acuerdo, quizás era un pequeño sumamente desesperante porque parecía hacer vomitar arco iris a cualquiera que lo viera; Arthit reflejaba esa inocencia que él ni siquiera recordaba haber tenido e incluso le sorprendió el notar que Arthit no sabía hablar, entonces pensó que era parte de los nuevos prototipos, esos separados de los demás, “los especiales”, los puros, aquellos que nadie tocaba, que no los follaban, que no los hacían sentir la mayor escoria del mundo.
Pero aun así, no tenía por qué odiarlo, Arthit no le había hecho nada e incluso era agradable encontrarse con uno igual a él.
ESTÁS LEYENDO
NEKO CORPORATION
FanfictionKongphob es un joven de cabello castaño y ojos azules, él vive una vida totalmente normal hasta que un pequeño niño-gato toca a su puerta pidiéndole alimento. Este niño resultará ser uno de los experimentos de una organización llamada Neko Corporat...