— ¿Cómo está?
Kong se acercó con mucha calma a su pequeño, mientras le limpiaba el abdomen y le acomodaba su polera, no eran buenos días para estar en la playa, el aire corría con demasiada fuerza y él temía que Arthit se enferme, así que lo mantenía con distintas poleras con diseños infantiles, esas que a su novio le encantaban tanto.
Besó la nariz del minino, quien solo se acurrucó en el pecho de Kong, aunque él continuaba sin entender nada, solo obedecía las palabras de su amor porque sabía que luego le tocaban muchos besitos como recompensa.
—Está bien, el feto se encuentra bien, solo…
Amy cortó la oración, sentándose en una de las bancas que Kong le había indicado antes que podía, no era la primera vez que hacían eso, de hecho era la segunda. Arthit acababa de cumplir cuatro semanas de embarazo, cuatro semanitas donde su estómago había crecido y Kong no podía sentirse más como un novio y padre orgulloso, inflándosele el pecho cada que observaba al minino menear las orejas cuando se encontraba frente al espejo, seguro preguntándose la razón de su pancita grande.
— ¿Solo qué…? Amy, la última vez que viniste dijiste que tenías que confirmar algo hoy. Dime si algo le está pasando a Arthit o al bebé, por favor.
—No es nada malo, Kong. El cuerpo de Arthit se ha adaptado excelentemente al cambio con un feto creciendo en su vientre, sin embargo, tienes que saber que el tamaño del feto no es el tamaño que debería tener cuando está cumpliendo apenas los veintiocho días.— ¿Está muy pequeño? Arthit es un niño, es normal que lo esté ¿No?
—Ese es el problema. Está muy grande.
Amy soltó un suspiro, mientras sacaba del maletín una placa y le mostraba una fotografía de la ecografía anterior que le había sacado a Arthit, Kong realmente no entendía mucho de esas cosas, sin embargo, a juzgar por ambos, sí era visible como en el estómago de Arthit se encontraba un bebé mucho más grande que en la placa del costado.—Esas son dos ecografías de fetos a sus veintiún días. Como notarás, el de Arthit es considerablemente grande, además de que, confirmándolo con la ecografía de hoy, el bebé sigue creciendo más y más.
— ¿Qué significa eso?
— ¿Sabes cuánto dura el embarazo de un felino, Kong?♡♡♡♡♡
—Hey, amor. ¿Cómo estás?
Kong había terminado de lavar los platos donde Arthit y él habían comido. Estaba algo nervioso, así que más de una vez se había quedado quieto, dejando que el agua corra mientras su mente se llenaba de imágenes, de pensamientos, de ideas de cómo hablar con Arthit sobre todo lo que estaba ocurriendo, porque no era una tarea sencilla.
Después de haber terminado, subió las escaleras hasta la habitación que compartía con el minino y lo encontró ya con su pijama. Le había comprado un conjunto, un pijama blanco con pequeños ositos arcoíris y la parte superior en forma de camisa de manga larga, hasta con el cuello doblado. Bueno, todo eso más el agujero por donde salía la larga cola de su bebé, Arthit se veía tan adorable como absolutamente cualquier día, aunque Kong pudo notar una diferencia: Lo veía mucho más radiante a cada segundo que pasaba.
— ¿Kong? —Arthit alejó la mamadera de su boca, meneando las orejas mientras veía al mayor sentarse en la cama a su lado, así que automáticamente tomó lugar sobre su cuerpo, sentándose encima del regazo de Kong, mientras este lo acurrucaba en sus brazos, peinando los rizos rebeldes que Arthit despeinaba cada que se vestía, porque no importaba que esa pijama fuera con botones, de algún modo Arthit siempre se despeinaba, o también podía terminar colocando el botón en el agujero indebido, aunque esta vez no fue una de esas.
— ¿Terminaste tu leche, nene? —Arthit observó el biberón, moviéndolo de lado a lado, viendo que aún contenía algo de líquido y negó con la cabeza, llevándoselo de nuevo a la boca, tomando su larga cola para atraparla entre sus manos y empezar a peinarla.Kong había descubierto que ese era un tic de Arthit, o una forma de darse auto-apoyo, y de nuevo, él pensó que su niño no podía ser más adorable. — Bueno, tengo que hablarte de algo. Escucha ¿Recuerdas a Hyo y Prae? —Arthit asintió energético ¿Cómo olvidar a esos pequeños que, según Gun, solo cagan, comen, lloran y duermen? — Bueno, bebé ¿Sabes que ellos estuvieron en la pancita de mi mamá, verdad?
Arthit meneó la cabeza, tratando de ordenar las ideas, no era tan difícil para él imaginar que un bebé tan pequeño como lo eran los mellizos entrara en la panza de alguna mujer, él había visto mujeres muy, muy gordas a lo largo de sus días en la calle, aunque no fueron muchos, algunas señoras le asustaban y él creía que lo golpearían con su barriga o algo, sin embargo, no sabía cómo entraban dos nenes, como lo eran Hyo y Prae, uno estaba bien ¿Pero dos?
— ¿Auch? —Arthit colocó su mano sobre su abdomen, sobándoselo de imaginar que sería doloroso tener dos bebés en la panza, y pensar como salieron de ahí, sin embargo se calmó cuando sintió un dulce beso de Kong en su frente. Y sí, Arthit aprendió a decir “Auch” solito, gracias a una vez durante la semana cuando a Kong se le habían caído unas cajas sobre el dedo gordo del pie, y él gritó algo parecido, junto con otra palabra que Arthit le prometió a Kong no repetir.
—No, mi vida. No Auch. —Kong sonrió, pasando sus dedos por la suavidad de los rizos de su pequeño, encontrándose con el inicio de sus esponjosas orejas, acariciando en esa zona.

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NEKO CORPORATION
Fiksi PenggemarKongphob es un joven de cabello castaño y ojos azules, él vive una vida totalmente normal hasta que un pequeño niño-gato toca a su puerta pidiéndole alimento. Este niño resultará ser uno de los experimentos de una organización llamada Neko Corporat...