Alex en multimedia ♡
Capitulo tres
Alexa:
Tuve que parpadear varias veces para asimilar a quien tenía enfrente mío. No era para nada similar al Alex que conocía.
Aún recuerdo al niño de doce años delgaducho, alto y con un peinado mirando hacia el cielo. Siempre creyó que se veía como un chico malo pero en realidad se veía ridículo. Jamás pensé que él se podría ver tan...atractivo.
Tenía el sedoso cabello azabache cayendo desordenado por su frente, haciéndolo ver bastante guapo. Unos intensos orbes café oscuros, casi negros en los que fácilmente podría perderme en ellos. Una tez pálida como la leche, la nariz recta y una filosa mandíbula.
Baje mi vista y...uff ví sus trabajados brazos al descubierto, llenos de tatuajes.
Y los tatuajes son nuestra debilidad
Traía una camiseta que marcaba todos sus mus... un carraspeo me hizo volver a la realidad y es cuando siento el calor subir a mis mejillas al notar que, literalmente me lo estaba comiendo con la mirada.
Que. Vergüenza.
Esperaba que mis mejillas no me delataran. Pero en mi defensa, no es mi culpa que esté tan bueno.
Más que bueno.
Alcé mi vista a su rostro rápidamente y me lo encontré esbozando una sonrisa burlona que se ensanchó cuándo bajó la vista. Y la vergüenza se hizo más grande al notar mi apariencia. Estaba con una camiseta gigante de Bob esponja que me quedaba a mitad de muslo, me la dió Aaron, mi mejor amigo y unos calzones de abuelita. Nada más.
A estas alturas debía parecer un tomate.
Intenté bajar más la camiseta aunque fue patético, no bajó más.
—¿Terminaste de comerme con la mirada Lexi— Sentí mi rostro arder más, si eso era posible, obviamente se había dado cuenta si prácticamente estaba babeando.
Cambié mi expresión a uno de completa indiferencia intentando disimular.
—Y-ya quisieras, y-y no me digas Lexi, sabes que no me gusta.
Dije todo tan rápido que ni siquiera yo me había entendido, estaba muy nerviosa y ni siquiera sé el porque.
—Cómo digas, Lexi—Remarcó la última palabra, burlón, dándome una repasada discreta.
Rodé los ojos. Que pesado, recién estaba llegando y lo primero que se le ocurre es venir a molestarme.
—¿Acaso no me vas a saludar?— preguntó acomodándose la rata en las manos y mirándome desde su altura.
Era muy alto, con suerte le llegaba al pecho.
¿Cuánto medirá? Uno ochenta y cinco cómo mínimo. Era como un edificio.
—Ni se te ocurra y menos con esa... rata asquerosa que tienes, tírala a un basurero o que se yo, es repugnante.—Hice una mueca de asco.
—Oh, ¿hablas de Tony? no es una rata, es un hámster— la acercó a mi dirección.
—Alex, aleja esa cosa de mí. Ahora—intenté parecer intimidante pero me tembló la voz del miedo.
—¿O que?—dijo burlón.—¿ lloraras princesa?— Seguía acercándose.
—S-si no alejas esa cosa de mi ahora voy a encargarme q-que bigotes se la coma— dije viendo con terror a esa rata que movía los bigotes y chillaba.
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Alexa y Alex
RomanceAlexa tenía una bastante normal hasta que su madre llega a decirle que su amiga y su hijo, el cual detesta, se mudan a su hogar. Su plan inicial es hacer como que no existe, pero teniendo a un Alex en tu casa, eso es imposible. Alex es conservado...