Alexa y Alex

23 | Verdades que duelen

Capitulo veintitrés

Alexa:

—Apresúrate.

—No, tú relájate.

—Es imposible que esté relajada en este momento Alex, deberías saberlo.

—No digo que no lo estés— defendió su punto—, solo inténtalo, el tipo no va a moverse de ahí, y después, cuando sepamos toda la verdad, podremos seguir con nuestras vidas.

Puede que tenga razón.

—De acuerdo, entonces tendrás que distraerme— propuse y despegó la mirada del camino para darme una mirada cansada, sabía que tendría que hacer algo para entretenerme.

—Como sea.

—¿A qué edad perdiste tu virginidad?

Lanzó una larga carcajada antes de responder:—¿Es en serio Lexi?, ¿no se te ocurrió nada mejor?

—La verdad, nop.

—Pues tenía dieciséis....— respondió y notó que esperaba que siguiera así que continúo—, justo era mi cumpleaños y fue sumamente incómodo. Hace unos años tuve una novia que se llamaba Karen. Mi primera novia, ninguno de los dos sabía lo que hacía, ella se puso un tanto incómoda y... bueno, ninguno de los dos acabó, pero al fin y al cabo cuenta como primera vez—. le restó importancia.

—Dios, que bochornoso— me burlé.

—No te rías, a ver, ¿cómo fue la tuya?

No planeaba contarle esa historia, claro que no, era demasiado vergonzosa —, yo soy la que hace las preguntas— traté de evitarlo.

—Anda, no seas injusta.

—Está bien— me rendí —, fue con un amigo a los quince y su mamá nos encontró, eso sí que es incómodo y para más, era el primo de Víctor.

—¡Puf!— hizo una mueca de lástima —,eso lo supera todo.

—Ni que lo digas...— y me atreví a mencionar lo que me carcomía la duda por dentro —, ¿Por qué ayer dijiste que no eras una mala persona y no querías que pensara eso? Y dame una razón válida, no una falsedad— seguí con el interrogatorio, seguía sin cuadrarme del todo.

Él pareció nervioso repentinamente, vi como los músculos de sus brazos y manos se tensaron alrededor del volante, al igual que su quijada. No quería decirlo, era notorio,no obstante, ya había soltado la bomba.

—No es nada importante—. Vaciló en decirme pero finalmente habló: —con Lucas nos encontramos de frente al hijo de puta que abusó de Violeta.— mencionó entre dientes con un tono cargado de irá pura.

—¿Qué?, ¿qué no es relevante?—. espete con suma cavilación y un toqué de tristeza por el hecho de que no haya confiado en mí—, ¿por qué no lo mencionaste?

—No quería preocuparte...

—Alex— lo interrumpí —, si queremos que esto— nos señalé —, funcione, tenemos que confiar el uno en el otro, ¿No crees?, la base de una relación es la confianza. Quiero que confíes en mí, quiero ser a quién recurres cuando te den una buena noticia; cuando sientas que el mundo te odie; cuando estés enojado, para todo. Entiendo que no confíes en mí del todo, pero quiero que sepas que estaré para ti y a tu lado, para lo que necesites, aunque no sea buena dando consejos, estoy más que dispuesta a escucharte.— traté de darle seguridad.

Me dolía que no confiara en mí, él había logrado que yo confiara en él sin sentirme insegura, quería que él sintiera lo mismo, y sobre todo con esto.