08 | Tarde de películas con Alex

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Capitulo ocho

Alexa:

Recuerdo que en los días lluviosos, mi panorama era estar arropada todo el día, tomando café y viendo una maratón de películas de terror. Solía hacerlo con mamá, era nuestro día, se volvió una tradición; sin embargo, desde que papá se fue su rutina se volvió monótona, ir a trabajar, llegar a casa, pregúntame cómo me fue, y volver a trabajar. después ya no era la misma, ya no tenía tiempo para nosotras.

Ahora estamos a jueves y está lloviendo en pleno verano ¿Quién entiende el clima?

Incluso tuvieron que cancelar las clases. Mamá y Tamara viajaron en la mañana así qué no sé toparon con la tormenta pero la casa se siente más vacía, es cómo si estuviera sola ya que Alex ni siquiera sale de su habitación, la verdad no lo entiendo, ayer en la noche llegó a mi cuarto a decirme que me contaría todo lo que está pasando y hoy cuando fuí a preguntarle pasó de mí.

Así que sin nada más que hacer me pongo a hacer el traje para diseño y confección.

para crear un atuendo lo primero que hago es una lluvia de ideas, pongo diferentes estilos, formas y materiales que necesito para crear algo.

Luego selecciono lo que quiero y dibujo, pongo a volar mi creatividad, combino colores, comenzó haciendo algo básico y poco a poco lo voy personalizando hasta dar con algo único y fuera de lo común.

Ahora mismo estoy sentada en mi escritorio con un lápiz en la mano pensando en que hacer, comienzo con algo básico, trazo líneas, las borro, no me convencen. No me sale nada, tengo muchas cosas en la cabeza cómo para pensar en algo.

Decido que no voy a hacer nada ahora, total, tengo una semana para hacerlo, es tiempo más que suficiente, me paro de la silla y voy por algo de comer, y una pastilla porque me duele mucho la cabeza.

Voy bajando las escaleras con mi pijama corto porque al parecer mis pijamas de invierno no están y voy directo a la cocina, llegó a la isla, y me agarró la cabeza con las manos cuando siento un latigazo de dolor.

—¿Estás bien?—dijo Alex atrás mío, preocupado.

—Si, solo me duele un poco la cabeza— murmuré restándole importancia, me dolía demasiado.

— A ver, mírame—levantó mi cabeza con una mano y tocó mi frente con la otra. Frunció el ceño —Estás hirviendo, ve a la cama y abrígate—ordenó.—¿No ves qué hace frío? te llevaré algo.—

—Si, si — No le llevo la contraria porque me siento realmente mal.

Alex:

Estaba hirviendo, ¿Cree qué no se va a resfriar con este clima, si anda con un pijama tan corto y descalza por la casa?

¿Y qué me haya echo caso a la primera? ¿a mi? es porque enserio se siente mal, se que le encanta llevarme la contraria.

Ayer, cuándo le dije que iba a contarle todo, me arrepentí al instante, se que merece que le diga la verdad pero la conozco, aunque hayan pasado nueve años, se cómo es de curiosa y si le cuenta va a querer averiguar más por su cuenta y se puede meter en algo que no le conviene, no quiero que le pase nada malo.

Saco un paracetamol, lleno un vaso de agua y humedezco unos paños con agua fría para que le baje la fiebre.

Entro a su cuarto y la veo tapada hasta la cabeza. Dejo el vaso con agua y la pastilla en su velador y la destapó — moriré — dice exageradamente sin abrir los ojos.

—No morirás, sólo te resfriaste porque eres estúpida al pensar que puedes andar así cuando hace tanto frio.— la regaño mientras le pongo el paño húmedo en la frente.

Alexa y AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora