Alexa y Alex

07 | Conclusiones

Aaron en multimedia ♡

Capitulo siete

Alexa: 

Práctico yoga desde los 16 años, fue mí vía de escape cuándo mi padre sé fue, la forma en la que hacía que no pensara ni en él, ni en ninguno de mis otros problemas. La yoga es relajante, Alivia y te quita el estrés. La practicaba tres veces a la semana, se volvió parte de mi rutina, parte de mí. Había dejado de hacerlo por falta de tiempo pero volví a recurrir a la yoga. lo necesitaba.

Es por eso que estoy en mi cuarto terminando de hacer la última pose antes de irme a la universidad. 

Habían transcurrido tres días. Tres días en los que no hablo con mamá. Ella me ignora, yo la ignoro, ambas somos muy orgullosas, pero por ella, la persona que siempre estuvo conmigo, soy capaz de dejarlo de lado. No quiero que se vaya molesta conmigo. 

Tamara había dicho que debía darle un poco de espacio, dijo que se le pasaría, creo que le he dado el espacio suficiente, es hora de hacer las paces. 

Una vez bañada, me decidí por un pantalón ancho lila junto con un top sencillo blanco, combinado con unas zapatillas con plataforma. Me hice una alta cola de caballo y salí de casa. 

Ya no esperaba a Alex, había intentado sacarle información cuando volví a casa tres días atrás, pero como Alex es Alex, me dijo que no, tan simpático cómo siempre. 

Esperaba qué mí amigo se dignara a aparecer, se había ofrecido a llevarme para que me ahorrará tomar el metro.

Aaron es un moreno alto de ojos verdes y sonrisa encantadora, le encanta cambiarse el color de cabello, ahora lo tiene blanco y se le ve bastante bien. Estudia ingeniería y estoy segurísima que siente algo por Charlotte, claro que ella no lo sabe, nunca se dio cuenta cuando él es tan obvio.

Tú tampoco notas las cosas obvias.

Un toque en mi hombro hizo que me girara un poco solo para ver quién era.

—¿Qué quieres? —dije secamente sin mirarlo. 

—Lexi, no puedes ignorarme toda la vida— reclamó atrás de mi 

—Te recuerdo que tú siempre me ignoras, no es mucha la diferencia. 

—Lexi, vamos, no seas infantil, hablemos 

Voltee a verlo. —¿Hablar? ¿De qué vamos a hablar?, ¿me dirás quién es León?, ¿o vamos a hablar de lo que hacías en tu habitación?

¿Cómo es posible de que él guardara un secreto con mi madre antes de enterarme yo misma? Me parecía una completa injusticia.

El pelinegro bajó la vista—. No puedo— murmuró. 

—¿Y eso porque...?— lo alenté a seguir.

—Se lo prometí a tu madre— evitó mi mirada.

—Vamos Alex, no puede ser tan grave.

—Créeme, por lo que sé, lo es.

—¿Y cuál es el problema yo sepa? no soy una niña— me crucé de brazos frustrada.

No le veía sentido a esto.

—Mira...— Intentó explicar pero fue interrumpido por el ruido de un claxon. Aaron por fin había llegado. 

—Suba al auto mi damisela encantadora, aquí llegó su príncipe a rescatarla —expresó con un teatral tono caballeroso. 

—¿Quién es?, ¿es tu novio?— cuestionó alarmado —¿Tienes novio? — me dedicó una mirada entre el desconcierto ¿y el enojo?

—¿Mi... novio?— dije asqueada —¿Qué te pasa? es Aaron, mi mejor amigo. Aaron, él es... Alex— le di una obvia.