22 | Los borrachos no mienten

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—¿Alguien pidió alcohol? —Sean y Tammy llegaron con dos botellas de vodka y jugo en cada mano.

—¡Que viva la alcoholización de menores! —festejó Jace.

Estábamos en su casa. Era en el único lugar donde podíamos hacer una "reunión sana" como festejo de mi contrato solo porque sus padres se fueron convenientemente a un viaje de negocios. Estábamos al cuidado de Glory, pero la misma acababa de terminar sus exámenes y salido de vacaciones, así que también festejaba.

—Hablen por ustedes, yo soy mayor de edad —le quitó a Sean las bebidas que traía—. Estaré en mi cuarto escuchando a Taylor Swift. Por favor, no me molesten y no se intoxiquen. Ahórrenme dolores de cabeza que estoy bastante feliz ahora mismo, ¿entendido?

—¡Entendido, Glory! —exclamamos todos.

La chica se perdió en el pasillo de su casa. Yo me levanté del sofá y caminé hacia la estéreo que tenían los Norman en una esquina.

—¿Algún gusto musical? —pregunté—. Y Lilimar, tienes prohibido mencionar a los 1D.

—Me privas de mis necesidades básicas —hizo un puchero.

Al lado de ella, Isabela se carcajeó. Estaba bajo el brazo de Jace, quien me miraba a mí con diversión. Le guiñé un ojo. Bien, no como él que no sabe guiñar.

—¿Alguien más? Porque créanme que si es por mi pongo reggaetón del viejito pa' que pasemos un buen rato al son de Bandolero.

—¿Esa es la canción que aparece en Fast & Furious? —preguntó Xander, a lo que asentí—.  ¡Dale, dale! Amo esa canción. ANKE DIGA QUE SOU, A BANDOLEURO ONDE VOUY.

—Excelente español, mi Kuino —reí. Lilimar, Tammy e Isabela no pensaban lo mismo—. Ahora di arriba.

Xander entrecerró los ojos. —Deja de querer que haga el ridículo.

—Eso es imposible —dijo Jace—. Siempre quiere que hagamos el ridículo.

—Eso es exactamente mi objetivo en la vida, Rubiesito —respondí, poniendo la canción con mi móvil—. ¿Y bueno? ¿Qué están esperando para empezar a servir?

—La autorización de la celebrada, por supuesto —Froy, a quien también habíamos invitado, fue a la cocina y con ayuda de mi prima (totalmente sonrojada) y Sean (el tercero en discordia sin tener idea de que era el tercero en discordia) sirvieron los tragos.

¿Qué si estaba nerviosa por beber? Nah, ya lo había hecho con Lilimar una vez a los quince, cuando encontramos la reserva de Vodka sabor a fresa de la tía Mayte mientras ellas dormían. Esa vaina sabía a acetaminofén en jarabe potenciado a mil. Fue asqueroso, pero igual dimos tres chupitos antes de correr el riesgo de marearnos y que la abuela nos encontrara tiradas en el suelo.

Jace, eres un idiota [Jace Norman y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora