3 | Una inesperada decisión

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—Bien, aquí tienes.

Le entregué a Rubiesito la ropa presentable que le prometí. No fue fácil; tuvimos que saquearle el camerino a Coy Stewart (un compañero de Lili de la serie) sin que él se diera cuenta, ya que es de la misma talla que Jace.

Éste sonrió y fue a cambiarse. Mientras lo esperábamos, Haley y Tammy llegaron donde nosotras.

—¿Y bien? ¿Cómo les salió la broma? —preguntó Haley.

—Eh...

—Me bañaron de slime a mi por accidente —Rubiesito salió de su camerino, ya todo limpiecito.

—Wow, ¿y tu eres flash o qué? —exclamé, asombrada por su rápido cambio. Yo me tardaba horas luchando con una simple camiseta.

Él me observó raro, mientras las chicas reían.

—Como decía —retomó, decidiendo que era mejor ignorarme—, la chica aquí a mi lado —me señaló— me llenó de slime y tuve que cambiar de atuendo ya que hoy son las audiciones de Henry Danger.

—Oye, Jace, yo también te llené de Slime ¡Dame crédito, eh! —exclamó Brec.

—¿Ustedes llenaron a Jace Papi Norman de slime? —preguntó Tammy, asombrada. Luego se sonrojó al darse cuenta de lo que acababa de decir—. Por favor, olvida lo que dije —le susurró a Jace y este rió.

—Olvidado —dijo, chasqueando los dedos—. Pero lo que no voy a olvidar es que estas dos chicas me llenaron de...

—Si, Jace, ya todo el mundo sabe que te llenamos de slime, ahora dilo sin llorar —lo interrumpí, rodando los ojos—. Pero ya cumplí la parte de mi trato trayéndote toda esta mierda —señalé su vestuario—. Ahora cumple tú con el tuyo.

Él rodo los ojos, asintiendo de mala gana. Me hizo señas con el dedo para que lo siguiera, cosa que hice pero al notar que ninguna de mis amigas venía tras mío, me detuve, volteando a verlas.

—¿Y bien? —pregunté, ellas sonreían.

—Nosotras no podemos ir, _____ —habló Isabela, mirando su reloj—. Es la hora de comer.

Esta becerra debe estar jodiendo.

—Ah, okay ¿me dejarán con este idiota sólo porque es la hora de comer? —inquirí, causando que Jace me observara mal por millonésima vez en el día.

—Eh... sip —todas, incluyendo la nueva Tammy, se encogen de hombros.

Abrí la boca, sorprendida, herida, traicionada. Vaya, hay que ver que el dinero y el hambre matan amistades.

O sea, yo amo la comida pero no más que a ellas. 

O quizás no, pero quién sabe. Así que decidí no juzgarlas.

Jace, eres un idiota [Jace Norman y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora