JACE, ERES UN IDIOTA | En un mundo lleno de idiotas, Jace Norman es el rey. _____ Hernández así lo declaró cuando se conocieron, luego de que el pobre rubiesto cayese en una broma hecha por la chica que no iba dirigida hacia él.
Lo que parecía ser...
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Jace'sPOV:
Un mes. Sólo un mes había pasado desde que voté por ___idiota para que entrara al estudio y trabajara junto a nosotros en Henry Danger. No la había visto desde entonces hasta hoy en la mañana, cuando llegó junto a Lilimar.
Estaba vestida sencillamente, pero había que admitir que le quedaba bien. Llevaba unos leggins negros, un suéter de algodón verde militar y vans negras. Su cabello castaño iba recogido en una coleta alta y en su mano llevaba un frappé de Starbucks que seguro se lo compró debido a que Lilimar siempre se antoja de uno por la mañana. Esa tipa tienen una obsesión bien seria con el Starbucks.
Cuando se perdieron de vista, fui a la cafetería del estudio y me senté en la mesa donde estaban Sean, Isabela, Brec, Haley y Tammy, que últimamente se había hecho muy amiga de nosotros. Tomé asiento al lado de mi amigo y le quité la manzana que tenia en la mano, dándole un mordisco.
—Claro, Jace, puedes comerla.
Ignoré el sarcasmo en su voz y le di otro mordisco.
—Vaya humor el que tienes —comentó Isabela.
La miré diciéndole con los ojos que estaba en lo correcto. Ella me conocía lo bastante bien como para saber eso. Por alguna razón es la amiga más cercana que tengo aquí, ¿no?
—Si, Jace, parece que hubieran cancelado tu programa favorito —habló Tammy.
—¿Qué ocurre, hermano? —preguntó Sean.
—Ella ocurre —señalé con la cabeza a ____idiota, que acababa de entrar.
Casi todos en la mesa rodaron sus ojos, como si estuviesen hartos. Okay, eso me ofendió.
—¿Qué?
—No sé por qué te cae tan mal —dijo Tammy—. Es una buena chica. Muy divertida, por cierto.
—-No le cae mal, Tams —habló Brec—. Lo que ocurre es que como le hizo una broma, no puede superarlo. ¿No es así, Norman?
Exactamente, Brec. Aunque no quise darle el gusto de conocerme, así que no respondí, fingiendo ignorarla y comer la manzana de Sean que ahora era mía.
No soy de esos chicos que se creen menos por caer en la broma de una chica, pero que cayese en una broma que no iba dirigida hacia mí, como un estúpido, no era algo de lo que quisiera presumir. ¿Afectó esto a mi ego? Si, diríamos que si. No soy un egocéntrico, pero que aquella chica se me enfrentara de la manera en la que lo hizo y que, por si fuera poco, me llamara mal actor... Vale, eso me lastima peor.
Es como una patada justo en las pelotas del ego, por así decirlo.
—¿Quien está listo para un nuevo día en el estudio? —chilló Lilimar, cuando ella y su prima habían llegado—. Es el primer día de trabajo de _____, ¿no es increíble lo rápido que pasa el tiempo?